16/07/2025
El hijo al que nunca se le exige nada… se convierte en adulto que no soporta nada.
Muchos padres creen que amar es evitar incomodar al hijo.
Entonces le resuelven todo. Le permiten todo. Le toleran todo.
Pero lo que están formando… no es carácter, es debilidad emocional.
El niño a quien nunca se le dice que no… será el adulto que no sabrá resistir el fracaso, el rechazo ni la frustración.
El verdadero amor no siempre dice “sí”.
A veces ama más el que corrige, que el que complace.
Formar carácter duele… pero no formar carácter destruye.
EJEMPLO REAL:
Una madre dijo en consulta:
“Yo no le exijo nada porque ya bastante tiene con la vida. Solo quiero que sea feliz… pero ahora no tolera ni que le pidan recoger un plato.”
El exceso de permisividad crea hijos frágiles.
Frágiles ante el deber, ante el esfuerzo, ante cualquier límite.
EJERCICIO:
Esta semana, define con tu hijo:
1. Tres reglas no negociables en casa (Ej: levantar su plato, respetar horarios, cuidar el tono al hablar).
2. Un sistema claro de consecuencias y recompensas, sencillo pero constante.
3. Hablen del porqué: explícale que esas reglas no son castigo, son entrenamiento para la vida.
4. Revisa cada 3 días cómo se siente él… y cómo lo estás haciendo tú como guía.
Repite esto durante un mes. Verás cambios de fondo, no solo de forma.
CONSEJO PRÁCTICO
No confundas amor con permisividad.
El amor verdadero forma límites que sostienen, no libertades que desbordan.
Tu hijo necesita un corazón cercano…
pero también una mano firme.
El adolescente sin límites hoy…
será el adulto que culpe a todos mañana.
No formar carácter por “amor” es como no vacunar por miedo al pinchazo.
Y luego, la vida cobra… sin anestesia.
Créditos al autor