30/06/2025
Tres Conclusiones
El tiempo concedido al Espíritu para una reencarnación, por más largo, es siempre corto, comparado al trabajo que estamos llamados a realizar. Es importante, por lo tanto, el aprovechamiento de las horas.
Meditemos en el gasto excesivo de fuerzas en las que nos empeñamos ligeramente en el trato de asuntos de la repartición ajena.
¿Cuántos miles de minutos y de frases gastamos por década, sin la más mínima utilidad, exponiendo temas y cuestiones que no nos conciernen?
Para ilustrar esa pérdida inútil, reflexionemos en tres conclusiones de interés fundamental.
LO QUE LOS DEMÁS PIENSAN. - Lo que otros piensan es idea suya. No podemos utilizar su cabeza para imprimirles las interpretaciones de que son capaces delante de la vida. Un indígena y un físico contemplan la luz, manteniendo conceptos absolutamente antagónicos entre sí. Sucede lo mismo en la vida moral. Necesitamos nutrir el cerebro de pensamientos limpios, pero no está en nuestro poder exigir que los semejantes piensen como nosotros.
LO QUE LOS DEMÁS DICEN. - La palabra de los amigos y adversarios, de los conocidos y desconocidos, es creación verbal que les pertenece. Se expresan como pueden y comentan las ocurrencias del día a día con los sentimientos dignos o indignos de que son portadores. Efectivamente, es nuestro deber cultivar la conversación juiciosa; sin embargo, no disponemos de medios para interferir en la manifestación personal de los seres que nos rodean, por más queridos que nos sean.
LO QUE HACEN LOS DEMÁS. - La actividad de nuestros hermanos es fruto de elección y resolución que les corresponde. Sabemos que la Sabiduría Divina no nos creó para copias unos de otros. Cada conciencia es dominio aparte. Las criaturas que nos rodean ciertamente actúan con excelentes intenciones, en esa o aquella esfera de trabajo, y si aún no consiguen comprender el mérito de la sinceridad y del servicio al prójimo, eso es un problema que les corresponde a ellos y no a nosotros.
Es fácil deducir que no podemos huir de la acción noble, en beneficio de nosotros mismos, pero no nos compete influir en las decisiones ajenas, que el propio Creador deja libres.
En vista de ello, cooperemos con los demás y recibamos de los otros la ayuda que necesitamos, aceptando a todos, pero sin perder tiempo con lo que puedan pensar, decir y hacer. En resumen, respeto por los demás y obligación para nosotros.
André Luiz
Libro: Estudie y Viva, de los espíritus Emmanuel y André Luiz/ colaboración Mediúmnica de Chico Xavier y Waldo Vieira - Capítulo 22.2