27/05/2025
El día miércoles 21 de mayo se dio por clausurado el Jubileo de los XXV años del IFTIM y con ello el ciclo escolar 2024-2025.
Estuvieron presentes nuestras autoridades académicas, docentes, alumnos y miembros de las distintas comunidades religiosas que conforman nuestro Instituto.
"Hoy la narrativa es una clave para entender la historia y el presente. Si alimentamos el relato de que el mundo es malvado, y de que la humanidad está constitutivamente dañada por el mal, no sólo crearemos estructuras de defensa, daremos el siguiente paso y, como en el futbol, diremos la mejor que la mejor defensa es el ataque, y pasaremos a la guerra; de hecho, decía el Papa Francisco, ya vivimos una guerra a pedazos...
Nacimos como IFTIM hace veintiséis años, casi; llegamos a este lugar y construimos este edificio como respuesta a una crisis eclesial frente a la que no respondimos con violencia ni con visceralidad; desde la comunión eclesial, nuestras familias religiosas ofrecieron una respuesta de fraternidad intercongregacional y, desde el inicio, pensamos al IFTIM no sólo como un centro de estudios y reflexión teológica, sino también como un espacio de fraternidad y de fermento del Imperio de Dios en la historia.
Comenzamos este año escolar de júbilo narrando nuestros orígenes, recordando con gratitud lo nuevo que nació de la crisis sin que eso nos quitara la pasión por ser quienes somos ni de pertenecer a la Iglesia y al Señor, a quien finalmente pertenecemos.
Nosotros no nos narramos desde la violencia, ni nos recordamos desde el victimismo ni desde el resentimiento. Nosotros nos narramos desde la confianza y la esperanza cierta de que el Señor Resucitado hace nuevas todas las cosas. Porque como escribió García Márquez, la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla. Es decir, nosotros narramos desde lo que tenemos en el corazón, y confiamos y aguardamos que entre las heridas y las cicatrices de la incomprensión y de la violencia, el amor de Dios, su compasión, no se nos ha perdido, ni se nos puede perder, porque la Gracia del Señor no conoce de límites, y sigue sobreabundando donde abunda el pecado.
Gracias, a quienes en todos los servicios hacen que el IFTIM siga siendo un espacio de sorofraternidad, de reflexión, de libertad, de alegría, de compasión, de compromiso y de esperanza. Aquí nadie sobra y, sin decirlo, llevamos veinticinco años, más, viviendo la sinodalidad, caminando juntos".
Mensaje de Clausura por el Decano de estudios, P. Miguel Ángel Aguilar Manríquez, MJ.