
07/08/2025
Un día estás lactando y sientes una tristeza enorme, pero no es depresión post-parto, entonces ¿qué tengo?. Esta sería el motivo numero 83736 para destetar, pero ¿sabes lo que te está pasando?, antes de tomar una decisión te dejo esta información.
"Me siento triste cuando voy a dar de mamar….justo antes de la liberación de la leche y en todas y cada una de las tomas, empecé a tener una sensación abrumadora de culpa, terror y horror. No sentía ningún dolor, ni problemas físicos, solo un torrente de emociones negativas que me golpeaban en el estómago apareciendo de ninguna parte, y que desaparecían unos momentos después de que la leche saliese por mi pecho. El resto del tiempo me sentía genial".
Se llama Reflejo de Eyección de la Leche Disfórico o D-MER (NT: del inglés, Disphoric Milk Ejection Reflex) y parece más frecuente entre las mujeres que dan el pecho de lo que nadie antes se habría imaginado.
El D-MER era una condición no reconocida antes del 2008, pero el fenómeno no es necesariamente nuevo en sí mismo. En algunas pequeñas comunidades online ya se había discutido entre madres lactantes, aquellas que habían decidido seguir amamantando a pesar de todo y que habían encontrado el valor para preguntar sobre lo que les ocurría.
El tema salía de vez en cuando entre los profesionales de la lactancia pero siempre se desestimaba rápidamente; la respuesta habitual era “solo es una caso aislado” o “no estamos seguros de lo que lo causa, solo sabemos que pasa, pero muy raramente”, o se entraba en las preguntas tipo: “¿Fuiste sexualmente abusada de niña? ¿Querías este bebé? ¿Tuviste una experiencia de parto traumática anterior?”
Nadie había hecho el esfuerzo hasta entonces de buscxactamente cuántas mujeres se veían afectadas o de investigar la causa…hasta ese año. El resultado de esta investigación fue que el D-MER no tiene ninguna relación con un estado psicológico. Es 100% hormonal y químico, y una condición completamente fisiológica.
Cuando una madre lactante sufre de D-MER habitualmente comienza a tener una breve aparición de sentimientos negativos que preceden a la bajada de la leche, al cabo de una semana de iniciarse la lactancia y coincidiendo con el establecimiento de la lactogénesis II o III. No está provocado necesariamente por el contacto de la boca con el p***n; puede pasar también cada vez que se activa el reflejo de eyección de la leche por reflejo condicionado (al quitarse el sujetador u oír llorar a un bebé), por la estimulación del p***n (por el bebé o por la extracción de la leche) o por bajadas espontáneas. Esta reacción emocional aparece de pronto y de manera muy intensa en forma de una fuerte oleada que se disipa después de que la leche se haya liberado del pecho.
Dependiendo de la intensidad del D-MER, este puede repetirse en cada bajada posterior.
Esta condición está bastante alejada de la depresión postparto. De hecho, la mayor parte de las madres que sufre D-MER no tiene ningún tipo de desorden postparto en absoluto y se sienten muy felices y normales hasta que se activa el reflejo de eyección de la leche (MER). Estas emociones, que surgen de repente y de la manera más injustificada, hacen que se sientan confusas; se sienten solas, como si fuesen la única mujer que experimenta esta sensación mientras amamanta, como una mala madre por su reacción emocional y, aunque unos minutos después tras la liberación de la leche se sientan bien, les queda en general una experiencia muy desagradable de la lactancia.
Viven en un mundo en el que les da terror la siguiente toma porque tendrán que pelear con los intensos y nebulosos demonios emocionales1. Es una montaña rusa emocional que para una madre lactante con D-MER se repite de 9 a 15 veces al día.
Cuando se inició la investigación sobre el D-MER, esta comenzó simplemente encontrando y reconociendo que un gran número de madres lactantes lo estaban experimentando. Lo que resultó muy sorprendente es que cada una de ellas pensaba que estaba sola en su experiencia ya que nadie hablaba de ello. ¿Cuál era el motivo de que estas madres no hubiesen dado el paso y hubiesen preguntado qué es lo que estaba mal? ¿O si al dar el pecho no deberían sentirse de otra manera?
Probablemente el motivo haya sido que el mensaje que reciben las nuevas madres es que al amamantar deberían sentirse maravillosamente bien, en una nube, amorosas y maternales. Así que cuando en vez de eso se sienten oscuras, frías y hostiles, se ven a sí mismas como un “bicho raro”, como alguien “no normal” o como una “mala madre”.
Fuente y artículo completo Prediatra con apego