07/05/2025
❗NO LLORES AL LEERLO ❗🥺
"La última búsqueda"
Don Julián siempre fue un hombre de
campo: manos duras, espalda encorvada por
los años y el corazón templado por las
pérdidas. Su esposa, fallecida hace una
década, le dejó como único consuelo a su
hijo Esteban, un niño risueño con los ojos
vivos y una risa contagiosa. Pero los años
fueron implacables, y la adolescencia
transformó a Esteban en un extraño.
Primero fueron las ausencias, luego los ojos
rojos, después los silencios, las mentiras...y
finalmente, la desaparición.
Don Julián buscó a su hijo por todos lados.
Caminó por barrios peligrosos, habló con
gente que ni la policía quería mirar, se metió
a tugurios donde las sombras susurraban
cosas que él no queria ofr. Cada vez que
alguien le decía "Lo vi", la esperanza se
encendía en su pecho como una vela
temblorosa.
Pasaron meses. Años
Una noche, un desconocido le hizo una llamada:
"Busque en el monte detrás del canal viejo.
Pregunte por 'La tapia Blanca'."
Sin dudarlo, Don Julián
salió con una linterna y una pala. Horas
después, encontró lo que nadie debería
encontrar: una fos4 cl4nd3st1n4 mal
cubierta, cruzada por huellas recientes.
Cavó con manos temblorosas. Uno por uno,
los cuerpos comenzaron a aparecer.
Esteban estaba allí.
No como él lo recordaba. Ni como esperaba
encontrarlo. Su rostro estaba d3sf1gur4do,
su cuerpo marcado por t*rtur4s que
hablaban de días de horror. Lo habían
m4t4d* hacía tiempo, como a tantos otros.
Don Julián cayó de rodillas. No lloró. El
llanto se le había secado mucho antes. Solo
murmuró:
-Perdóname, hijo... no llegué a tiempo.
Desde aquel día, Don Julián no volvió a
casa.Se quedó en el monte, vigilando la
fos4, colocando cruces para cada cuerpo
que encontraba. Dicen que habla con los
mu3rt*s, que les cuenta historias para que
no se vayan solos. Y cada vez que encuentra
otro, les da nombre. Aunque sea falso.
Aunque no sepa quiénes fueron.
Porque para él, todos podrían haber sido
Esteban.