07/08/2025
"¿De qué sirve acumular tanto si no aprendemos a vivir?"
Cuando morimos, el dinero que tanto cuidamos sigue en el banco...
Pero mientras estamos vivos, muchas veces sentimos que no alcanza para disfrutar.
La realidad es que muchas personas se van de este mundo dejando grandes sumas sin usar.
Un empresario chino muy exitoso falleció y dejó una fortuna. Su esposa, con 1.9 mil millones de dólares en la cuenta, terminó casándose con el chofer.
Entonces, el chofer reflexionó:
> “Todo este tiempo creí que trabajaba para mi jefe… pero ahora entiendo que él trabajó toda su vida para mí.”
Esa es la paradoja de la vida:
Nos esforzamos por tener más, pero a menudo olvidamos vivir más.
Por eso, tener salud, disfrutar lo simple y valorar el momento presente es más importante que cualquier cantidad de dinero.
Observa esta realidad:
En los celulares más caros, más del 70% de las funciones casi no se usan.
En los autos lujosos, rara vez usamos todo su poder.
En las casas grandes, mucho espacio permanece vacío.
En nuestros closets, gran parte de la ropa no se usa.
Trabajamos toda una vida y, al final, más del 70% de lo ganado es para que otros lo gasten.
Por eso, cuida tu 30% como un tesoro:
Hazte chequeos de salud aunque te sientas bien.
Toma agua aunque no tengas sed.
Aprende a soltar, incluso cuando te cueste.
Cede, incluso si tienes razón.
Sé humilde, aunque la vida te haya elevado.
Valora lo que tienes, aunque no sea mucho.
Ejercita tu cuerpo y tu mente, aunque estés ocupado.
Haz espacio para quienes amas, aunque tengas mil pendientes.
La vida es un suspiro... ¡vivámosla con intención!
Ama a Dios y a las personas con todo tu ser.
Haz espacio para la oración y la Palabra.
Cuida lo que comes, cuida tu descanso, cuida tu energía.
Vive con entusiasmo, empatía y energía.
Lee, ríe, camina, sueña despierto.
No cargues con rencores ni con lo que ya pasó.
No vivas para complacer a todos. Vive para agradar a Dios y estar en paz contigo.
Perdona, agradece, sonríe, llama a tu familia, siembra bondad.
Haz reír a alguien cada día.
Recuerda: ni el éxito ni el dinero te darán la paz que nace de un corazón sano y agradecido.
Y sobre todo:
> Dios sana, Dios guía, Dios provee... pero tú debes decidir vivir.