25/11/2025
El informe
Y llegó el cuarto informe de la gobernadora Indira Vizcaíno Silva, ese documento mágico donde Colima se convierte, por arte de discurso, en un lugar que solo existe en la imaginación del Gobierno del Estado. Un Colima donde la inseguridad “va bajando”, aunque los homicidios, los asaltos y el cobro de piso insistan en arruinarles la narrativa. Qué incómodos, ¿verdad?
En este informe, la gobernadora presume becas, puentes y carreteras como si fueran la solución definitiva a la crisis de seguridad, a la falta de medicamentos y al estancamiento comercial provocado por la violencia. Al parecer, en esta administración la fórmula es sencilla: si no puedes dar seguridad, al menos que la gente llegue rápido al hospital… si es que hay médico.
Porque, según el informe, Colima está avanzando. Pero quienes vivimos aquí sabemos que avanzamos al borde del abismo. La realidad nos recuerda que lo que se gobierna no es un estado, sino un espejo: se habla bonito, se rebautiza todo con palabras como “Mejorar” y “Bienestar”, y listo, problema resuelto. Gatopardismo puro: cambiarlo todo para que todo siga exactamente igual.
Pero no nos confundamos: no hay nada que presumir. No hay un logro que la sociedad pueda sentir. No hay mejora, no hay bienestar, no hay transformación. Lo único constante es que en Colima siguen mandando los mismos de siempre, con las mismas mañas de siempre, envueltos ahora en un discurso nuevo, eso sí, para que parezca que pasa algo.
Y mientras tanto, aquí seguimos: en un año incendiario, marcado por la violencia, escuchando informes que suenan más a cuento que a realidad.
Al final, uno se pregunta: ¿de qué sirve un informe lleno de brillo si está construido sobre el fuego de Colima?
¿Qué opinas?