Revista Arenilla

Revista Arenilla Arenilla es una revista cultural que nace en la ciudad de Comitán de Domínguez, Chiapas, México, tier

🤣🤣
15/07/2025

🤣🤣

15/07/2025
Felicidades a Braian Escobar, ganador de nuestra dinámica.
15/07/2025

Felicidades a Braian Escobar, ganador de nuestra dinámica.

15/07/2025
Ella es Danna María Belén García, Reina Departamental de Huehuetenango 2025 y Señorita Fiestas Julias 🌿 Hermosa represen...
15/07/2025

Ella es Danna María Belén García, Reina Departamental de Huehuetenango 2025 y Señorita Fiestas Julias 🌿 Hermosa representante de la región, oriunda de la Villa de Chiantla, Huehuetenango, Guatemala. El grupo Editorial Arenilla, desde Comitán, Chiapas, México, le envía un fraterno abrazo y la más calurosa felicitación. ¡Somos alas de un mismo plumaje! ¡Ciudades hermanas!

15/07/2025
ARENILLACARTA A MARIANA, CON LA PÉRGOLAQuerida Mariana: mi amigo Daladier me pasó copia de esta postal. Acá se aprecia l...
15/07/2025

ARENILLA

CARTA A MARIANA, CON LA PÉRGOLA

Querida Mariana: mi amigo Daladier me pasó copia de esta postal. Acá se aprecia la pérgola que había en el parque central del pueblo. ¿A qué época corresponde? Años cincuenta. Recordá que el parque central que vivió Armando Alfonzo Alfonzo, en los años cuarenta, tenía un kiosco. Mirá qué escribió Armando en su libro 1940: “…en el centro del parque, un kiosco de aspecto porfiriano, lo mismo albergaba a las marimbas que los jueves, domingos y días de feria amenizaban el paseo de los comitecos, que servía de altar de la patria durante las fiestas septembrinas o era el trono de la reina de la feria de agosto…”
En los años cuarenta hubo un kiosco. El mismo Armando Alfonzo cuenta que en esos años, en la capital del estado construyeron una pérgola así que la fiebre cundió y acá vemos el resultado de lo que hicieron en el parque central de Comitán: ¡una fastuosa pérgola!
Recuerdo mis clases de arquitectura en la UVM, en la Ciudad de México, y cuando una maestra habló de una pérgola en un jardín, mi idea de pérgola se cayó; es decir, en término estricto, una pérgola es una estructura que se sostiene sobre pilares y es usada para crear algo como un portalito. Todas las pérgolas chiapanecas fueron como la que acá tuvimos: una gran mole de cemento, como un dinosaurio en reposo. Al paso del tiempo (no sé qué pensés vos) la estructura asoma como un elemento extraño y hermoso, como un navío que llegó a esta orilla y quedó varado.
La gente trepaba a la parte superior por dos escalinatas generosas, desde arriba podían observar lo que sucedía en los pasillos del parque. Si mirás con atención, las barandas de protección tienen la tradicional celosía con los ladrillos haciendo figuras triangulares (a propósito, cuentan los biógrafos de Irma Serrano que la casa que tuvo en Tlalpan fue obsequio de su amante, Gustavo Díaz Ordaz, presidente de la república; pero que la casa del Pedregal ella la construyó y en el jardín mandó a poner este tipo de celosía comiteca).
Esta pérgola, cuentan, sirvió para lo mismo que el kiosco, hubo marimba en la parte techada y se realizaron actos cívicos y sociales. La innovación fue el espacio de debajo de la pérgola, hubo una cafetería. Era un bello diseño, porque la gente podía pasar por el túnel de un lado a otro, mientras en los extremos había mesas donde medio mundo tomaba un café o un refresco. ¿Ves los grandes ventanales? Quienes tomaban algo en la cafetería podían ver el parque. Ya te conté en una ocasión que este espacio estuvo atendido en algún momento por el señor Argüello, a quien le fue retirada la concesión porque el presidente municipal le envió una carta donde le decía que como no había cumplido con el trato le quitaban el derecho de usar la cafetería. ¿Cuál era el trato? Que el señor Argüello debía estar pendiente del jardín, de regar las plantas y de eliminar la maleza. No sé, pero en esta fotografía se ve que los maceteros de la escalinata no tienen ni una mata de jutús.
No sé si vos conocías esta fotografía. Yo no. He visto tomas, pero del lado contrario, donde se ve parte de la Manzana de la Discordia. Acá tenemos el portal poniente, se ve la casa de la familia Gordillo (la de dos plantas), residencia que, por fortuna, aún permanece en pie, casi como se ve, con sus tres balcones espléndidos.
Como mirás, el portal se suspendía al llegar a donde ahora está el Hotel Delfín (dicho portal se continuó en el tiempo de remodelación del centro histórico). Ahora toda esa zona está convertida en un corredor gastronómico, todos los restauranteros sacan mesas y sombrillas donde la gente toma alimentos y bebidas.
Una parte del piso del parque se ve morroñosa, dificultosa para caminar; en cambio, hay otro corredor donde se ve pulcra. ¿Ya viste que el portal estaba por encima del nivel de piso? Al término del portal se ve unos escalones que daban acceso a la banqueta de lo que ahora es el Hotel Delfín. Bueno, en términos reales, dicho desnivel continúa. Lo que llamó mi atención fue la rampa que se ve debajo de la copa del árbol. ¿Era entrada de autos para el patio del Hotel Delfín? Dicha rampa aún está.
No sé si invento, pero parece que esta postal se la compartió un amigo guatemalteco a Daladier. Puede ser, digo que yo no había visto una toma desde este lugar. Tal vez el fotógrafo la tomó desde un punto alto de una construcción de la Manzana de la Discordia, hoy inexistente.
Posdata: tal vez en la página de Imágenes Históricas de Comitán, Francisco ya tenga esta postal. No lo sé.
¡Tzatz Comitán!

15/07/2025
¡Mero argüendero!
15/07/2025

¡Mero argüendero!

15/07/2025
ARENILLACARTA A MARIANA, CON EL CINE COMITÁNQuerida Mariana: me robé la foto del Facebook. Es una ceremonia de graduació...
14/07/2025

ARENILLA

CARTA A MARIANA, CON EL CINE COMITÁN

Querida Mariana: me robé la foto del Facebook. Es una ceremonia de graduación, efectuada en el Cine Comitán.
A veces, en la sala cinematográfica no proyectaban películas, el escenario servía para actos cívicos y políticos.
El Cine Comitán servía para ceremonias de graduación. Ya te conté que mi graduación de secundaria fue ahí (ese día actuamos en una obra de teatro, dirigida por la gran Leonor Pulido, que era amiga del padre Carlos. ¿Viste lo que escribí? Actué en una obra de teatro, una comedia de enredos. Nadita, actué en el escenario del Cine Comitán).
Cuando vi esta fotografía que te comparto muchos recuerdos llegaron a mi mente. En primer lugar, las butacas. Siempre las recordé de ese color rojo quemado. Como se ve en la foto algunas tenían completos los descansabrazos y otras ya no los tenían. Ah, qué martirio poner tus brazos donde ya no había la correspondiente madera sino el ortigoso metal.
Muchos habitantes de Comitán recuerdan este cine (que estaba frente a la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez, actualmente hay una tienda de ropa). Lo recuerdan porque asistieron a una función de cine (la mayoría de cintas eran mexicanas, en el Cine Montebello proyectaban las norteamericanas) o porque acudieron a un acto cívico, una función de box o de lucha, o a una ceremonia de graduación, donde recibieron el documento de terminación de un ciclo escolar.
Yo, ya lo dije, fui también actor. Quienes actuamos en la obra nos sentimos por un ratito grandes actores y actrices: Rosa Elena Pulido fue como María Félix; Verónica Guillén fue Angélica María; Quique Robles: Jorge Rivero; y yo algo así como Viruta o como Capulina. Estoy hablando de 1971. El año de la foto que te comparto es posterior, pero la sala es la misma, con sus mismas butacas rojas.
En segundo lugar recordé la amplitud de la sala. ¿Cuántas butacas tenía el Cine Comitán? No lo sé, pero era un espacio grande (si entrás a la tienda de ropa ahora verás que tiene dos niveles, el nivel inferior corresponde a lo que era la sala, es un espacio generoso, muy generoso). Como advertirás, en la foto se alcanza a distinguir que tiene un cierto desnivel, lo que permitía que las butacas tuvieran la pendiente para que el de adelante no tapara la visibilidad del de atrás (en arquitectura aplican el término isóptica). La sala tenía tres pasillos, dos laterales y uno central (acá podés ver a dos personas que caminan por el pasillo central). El pasillo central cumplía una función esencial en las graduaciones y demás actos, porque por ahí pasaban los personajes importantes, así fuera Irma Serrano que cantaría o algún luchador o un político o una chica estudiante que recibiría su certificado. En los años sesenta el cine era una gran diversión para el pueblo, así que en domingos o funciones estelares, la sala se llenaba, tanto que en los corredores laterales quedaba gente parada. La sala carecía de una ventilación adecuada (¿aire acondicionado? Ah, pues, estamos chupando tranquilos); por eso, en las funciones vespertinas, los empleados esperaban que se hiciera la noche, para abrir unas ventilas que estaban en la pared de este lado (los vestigios de dichas ventilas aún pueden verse desde el estacionamiento del Hotel Internacional).
Los niños de los sesenta asistían a las funciones de la matiné y al salir iban a sus casas y en los sitios se convertían en Tarzán o en Santo o en Hopalong Cassidy. No sé si las chicas también jugaban a ser Rocío Dúrcal o Meche Carreño. No lo sé. Mis amigos sí imitaban lo que veían en la pantalla, tal vez soñaban con ser algo de lo que ahí veían, tal vez soñaban con ser actores y vivir aventuras extraordinarias. Te he contado que mi compañera de secundaria, Lety Pinto, sí soñaba con ser actriz y lo logró; tal vez los amigos de Javier Esponda pueden decir que éste soñó con ser actor y un día lo vieron en la pantalla grande. Lety fue una muchacha muy bella y Javiercito fue uno de los niños más bellos de nuestro pueblo. Si un día tenés oportunidad mirá la película “El jardín de Tía Isabel” y verás el rostro niño, hermoso, del Javiercito.
¿Cuántas personas cabían en el Cine Comitán? Perdí mi tiempo un rato haciendo cuentas medio mafufas. Miré que cada fila, más o menos, tenía quince butacas. ¿Cuántas filas había? Entre veinte y treinta, digo yo. Le pongamos las treinta, por quince, dan cuatrocientos cincuenta, por dos, hace un total de novecientos espectadores. Yo digo que sí. ¿Mirás qué espacio tan generoso?
Posdata: a veces pienso que nadie escuchó nuestros parlamentos, salvo el padre Carlos que estaba sentado en primera fila. No teníamos micrófonos, hablábamos casi gritando, pero la física tiene leyes inmutables, así que nuestras voces no llegaban más allá de dos o tres metros, como si fuera el virus de COVID se caían apenas salían de nuestras bocas. Por eso nadie de nosotros alcanzó la fama de la actuación.
Coda: Rubén dice que falta mencionar la sección de Gayola. ¡Es cierto! Bancas corridas, de madera, en la parte de arriba, donde estaba la cabina de proyección. Así que más audiencia. ¿Cuatrocientos más?
¡Tzatz Comitán!

Dirección

Comitan

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando Revista Arenilla publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Contato La Empresa

Enviar un mensaje a Revista Arenilla:

Compartir

Categoría

ARENILLA – REVISTA

Arenilla es una revista cultural que nace en la ciudad de Comitán de Domínguez, Chiapas, México, tierra de la gran escritora Rosario Castellanos, Belisario Domínguez y otros destacados personajes que le han dado lustre a este pueblo. Esta propuesta editorial se sustenta en el aval de un trabajo literario que es conocido y reconocido no solo en estas tierras chiapanecas, sino en otras partes de la república mexicana y Guatemala.

Arenilla presenta, en cada uno de sus números, a los más altos valores de la cultura regional. Se hace de manera desenfadada, sin tufos pretenciosos; lo hacemos ¡a la comiteca!; es decir, ¡bien hecho! Acá honramos a nuestros más relevantes personajes, no sólo a los reconocidos creadores, sino a aquellos ciudadanos comunes que aportan su trabajo para engrandecer a nuestras comunidades. Damos a conocer la historia de nuestro pueblo, su gastronomía, su arquitectura, su música, y todos aquellos elementos que convierten a Comitán en un lugar digno de presentarse a nivel mundial.

Arenilla es una revista que se caracteriza por usar el voseo, porque sabemos que es la esencia de nuestra identidad. Aquí hablamos de vos, con la misma dignidad con que lo hacen en otros países del sur, pero con el agregado de que los comitecos voseamos con un cantadito especial. Gracias por aceptar esta propuesta editorial. Estamos convencidos de que Comitán y la región, y todos aquellos lugares hasta donde llega Arenilla, merecen una revista a la altura de su tradición cultural. ¡Gracias!