19/09/2025
Venía en el camión, casi la una de la tarde, una mamá con sus dos hijas iba junto a mí, una era adolescente y la otra tal vez unos ocho años... Ella, la pequeña le dice a su mamá: "Mamá, tengo hambre"... Su mamá le contesta con un tono enojado y de terrible hartazgo: "Ya sabes que los días que trabajo comemos tarde, así que ni me vuelvas a decir"... La pequeña, que a mi parecer nunca lo hizo con mala intención, solo bajó la mirada y se quedó triste y callada todo el camino, su mamá, enojada y viendo para otro lado...
Yo... Con el corazón apachurrado y viéndome a mi misma tanto de niña como de mamá, pero mucho más de mamá... Pensaba cuántas veces el cansancio del día, las largas jornadas, el día bajo el sol, las mal dormidas, las presiones de dinero, correr para acá y para allá, llegar por los hijos a la escuela, hacer de comer... En fin, todo eso que hacemos todos los días nos carcome el corazón y sin darnos cuenta nos quedamos frenadas a tal grado que esas personitas que deberían ser lo más importante terminan siendo con quienes nos desquitamos sin darnos cuenta... Justo porque son ellos quienes nos aman incondicionalmente...
Sentí mucho dolor porque me vi en ella... Sé que muchas veces inconscientemente he sido ella, que el cansancio de la pastelería me sobrepasa, que trabajar y a veces no ajustar las cuentas me desconecta el cerebro del corazón y que sin quererlo en algún momento mi hija ha sido esa niña en la esquina callada y triste porque su mamá no supo lidiar con el día a día...
Ya no sé por qué escribo todo esto... Ya se me fue el hilo... Solo quiero decirte a ti, mamá que me lees, a ti, papá que me lees, que te tomes un tiempo para contactar tus sentimientos antes de llegar a casa con tus hijos, para respirar y dejar de lado lo que no es para ellos... Para recordar que ellos son el motor, no el "punching bag".... Y al llegar los abraces con todo el amor y les des un beso y recibas su abrazo para recobrar las fuerzas...
Buenas noches!!
Mony-PanDeAzúcar