12/06/2025
En el marco de la conmemoración del Día del Padre, Takeru Akamatsu recibió un inesperado, pero merecido reconocimiento: su certificado oficial de deudor alimentario, otorgado bajo los lineamientos de la Ley Sabina Nacional.
Este documento, lejos de celebrar su paternidad, expone públicamente su incumplimiento durante un año y cinco meses con el pago de la pensión alimenticia correspondiente a su hija. Mientras la menor ha crecido sin el apoyo económico y afectivo de su padre, Takeru ha optado por evadir su responsabilidad, ignorando los derechos fundamentales de la infancia.
El certificado, emitido como medida de presión y visibilización, incluye un mensaje claro y contundente:
“Feliz Día del Padre”, acompañado de la fotografía del sujeto irresponsable, en una acción simbólica que busca romper el silencio y la normalización del abandono paterno.
La Ley Sabina, impulsada por colectivas de madres buscadoras de justicia, tiene como objetivo exhibir a quienes sistemáticamente incumplen con su deber parental. Esta legislación permite que los nombres de los deudores alimentarios sean inscritos en registros públicos, e incluso puede limitar trámites como pasaportes o licencias de conducir.
El caso de Takeru Akamatsu no es aislado. Es el reflejo de una problemática nacional: padres que desaparecen tras la separación, dejando a las madres a cargo total del sustento y cuidado de sus hijas e hijos, mientras ellos rehacen su vida sin consecuencias.
Este certificado no es una burla, sino una forma de justicia simbólica. Una manera de recordar que ser padre no es aparecer con regalos una vez al año, sino estar presente y cumplir con lo que la ley —y la ética— demandan.
Vamos todas juntas.