09/04/2025
Tus letras me hicieron pensar y no creas que te quiero ayudar, no entiendo la razón. ¿Por qué no estás aquí? No me quería reír, el miedo me invadió y no supe qué hice mal. Cuando yo lo intenté, no había ninguna forma de interés. Pasaron meses y no llegabas. Miraba al cielo y algo me decía que te alejabas más de aquí. De niños te encontré, y hoy que ya soy todo lo que soñé, un pecado que ni siquiera es mío me dejó con frío, lejos de mi ritmo. Me metí en el limbo, de buscar tu cara, de buscar tus ojos. Yo sé que soy un loco, pero poco a poco este chico roto anhelo tus besos, pero solo tengo otro largo texto defendiendo al resto, un pretexto viejo que siempre sacaste y no me alejaste. ¿Por qué me enseñaste si no sentías nada? Esa cruel jugada te salió pesada. Mi mente cerrada no sabía nada, y en verdad, tú nunca me mirabas. Soy la sombra vaga que te atormentaba, y aunque no lo creas, hoy me siento mu**to, aunque no sea cierto. Pero es momento de que pase de esto. Este sentimiento me quiere de nuevo. Ya no soy el mismo, soy el espejismo de la cruel verdad. Lejos de mis sueños, noté que soy bueno, y hoy que estoy en ellos, no pierdo de nuevo. Me despido al fin, no me veas así. No creo que te duela, en verdad me quema este lento in****no. Tal vez no lo ves o no es de tu interés, pero con mis letras yo gané esta vez. El pasado malo que tenía se fue, ya soy poderoso, me siento hermoso y sé que tú lo ves, como lo hacen ellas que llegan de tres. Hoy las noches largas se vuelven finanzas, esas madrugadas donde no llegabas se volvieron fiestas, letras con hermanos. Al final, no somos y nunca lo fuimos, como tú dijiste, esto no se pudo. Te escribí el final que te prometí, me despido aquí, que te vaya bien. Ojalá te traten mil veces mejor, que nadie lo dude, que tú eres dolor, fuego y la razón por la que hice esto y descubrí mi don. Hasta nunca, amor, dejo el corazón de un niño de sexto que quería solo una razón para seguir vivo y no sentirme mal. A veces es cruel esta realidad, pero llegó algo que encendió la paz. El final costó y nunca lo negué, no sé cuántos años, pero lo logré. En mi historia existe una niña bien que no supo ver lo que el mundo es. Yo también sufrí, yo también lloré, no fue culpa mía y eso yo lo sé, ni tampoco tuya. La vida enseñó que nunca es seguro que en el mundo gane el que es más puro. Hoy soy el más puro y también un duro, un final escrito dejo en mi muro.
AJDG