Vive Ensenada

Vive Ensenada Comunidad creada para compartir tus experiencias, anécdotas y fotografías de Ensenada, lugar mágico!!
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🌫️ Martes de brisa en el puerto… La brisa llegó temprano, jugando entre los faroles y peinando las palmeras con pacienci...
04/11/2025

🌫️ Martes de brisa en el puerto…


La brisa llegó temprano, jugando entre los faroles y peinando las palmeras con paciencia de mar.

El muelle se despereza entre el gris del cielo y el murmullo suave de las olas,
como si todo Ensenada respirara al mismo ritmo.

Hay días así, que no necesitan sol para brillar.
Días que huelen a sal, a historia y a hogar.
Días que te invitan a caminar despacio
y dejar que el viento te recuerde
por qué aquí, incluso el silencio, tiene alma.

Lunes de bruma en Ensenada… Hay días en que el puerto respira despacio.El viento trae un murmullo salado,las luces titil...
03/11/2025

Lunes de bruma en Ensenada…


Hay días en que el puerto respira despacio.
El viento trae un murmullo salado,
las luces titilan como si también soñaran, y el aire húmedo se posa sobre la piel como un recuerdo que no se quiere ir.

Hoy Ensenada camina entre la niebla,
con esa calma que sólo ella sabe tener,
entre la brisa que se disfraza de lluvia
y las calles que parecen guardar secretos del mar.

No hace falta sol para que sea hermoso; basta la quietud de este instante para sentir que seguimos en casa.

El último suspiro del horario de verano…  El sol se esconde despacio, como si también supiera que hoy se despide una eta...
02/11/2025

El último suspiro del horario de verano…


El sol se esconde despacio, como si también supiera que hoy se despide una etapa de luz.
En el horizonte arde un cielo dorado, pintando con fuego las letras que dicen Ensenada, tierra que siempre sabe decir adiós con belleza.

Porque cada atardecer aquí tiene algo de ritual…
un instante para agradecer, otro para recordar,
y uno más para prometer que volveremos a mirar el mar cuando el tiempo cambie, pero el alma siga igual.

Cuando el reloj retrocede, Ensenada nos recuerda que lo esencial nunca se atrasa:
el mar, la calma y los colores del cielo que no necesitan permiso para volver a brillar.

Se va el horario de verano, pero la luz de Ensenada nunca se apaga.

Sábado gris…  El sol tímido entre la bruma, como si también quisiera quedarse a dormir un poco más.Sus primero rayos est...
01/11/2025

Sábado gris…


El sol tímido entre la bruma, como si también quisiera quedarse a dormir un poco más.
Sus primero rayos esta vez no se derraman sobre el mar, pintando de miel las olas y tiñendo de nostalgia el aire.

Hay días que no se viven, se saborean aun cuando amencen pintados de gris.
Madrugadas que no se miran, se sienten.
Momentos que no se explican, se guardan.

Así puede ser Ensenada cuando el día comienza: un respiro de eternidad entre el murmullo del mar y el abrazo de la bruma.

Cuando la brisa del mar se adueña de las calles, Ensenada se vuelve gris pero no deja de sorprender.

Viernes de puerto y de calma…  Hay noches en que Ensenada parece detener el tiempo.El mar se aquieta, las luces se estir...
31/10/2025

Viernes de puerto y de calma…


Hay noches en que Ensenada parece detener el tiempo.
El mar se aquieta, las luces se estiran sobre el agua y hasta el viento guarda silencio para escuchar su propio reflejo.

El ancla, oxidada y fiel, recuerda que no todo lo que se detiene está perdido; a veces, detenerse también es una forma de permanecer.

Entre el murmullo del muelle y las luces del puerto, la ciudad respira esa paz que solo entienden quienes han amado el mar.
Aquí, cada destello es una historia, cada ola una despedida, y cada silencio… un regreso.

En Ensenada, incluso la quietud tiene alma de mar.

Jueves dorado en la bahía… Dicen que hay amaneceres que se quedan grabados en la memoria…pero los de Ensenada no se conf...
30/10/2025

Jueves dorado en la bahía…



Dicen que hay amaneceres que se quedan grabados en la memoria…
pero los de Ensenada no se conforman con eso: se te quedan en el alma.

El sol sube despacito, tiñendo los cerros y el mar de ese color miel que solo existe aquí.
La brisa huele a sal, a historia, a promesas dichas frente al muelle y a silencios compartidos mirando el horizonte.
Y ahí está la luna, escondiéndose, como si también quisiera ver cómo el día llega.

Cada reflejo sobre el agua parece decirnos: “detente un momento, que la belleza está pasando frente a ti”.

En Ensenada, el mar no se mira… se escucha, se respira y se agradece.

Miércoles con alma de puerto… A esta hora, cuando el sol aparece y la luna se despide tímida entre las palmas, Ensenada ...
29/10/2025

Miércoles con alma de puerto…


A esta hora, cuando el sol aparece y la luna se despide tímida entre las palmas, Ensenada parece suspender el tiempo.
El aire huele a mar, a historias que han pasado frente a este muro de piedra, y a pasos de gente que viene a recordar, a mirar o simplemente a sentir.

Aquí, en estas letras azules que dicen Tierra Majestuosa, caben todos los atardeceres que alguna vez nos robaron un suspiro.
Cada visitante deja un poco de sí… y cada ensenadense se lleva un pedazo de cielo.

Porque no importa cuántas veces camines este malecón: Ensenada siempre encuentra la forma de volverte a enamorar, aunque ya la conozcas de memoria.

Ensenada no se visita… se siente, se respira y se extraña.

Martes que huele a despedida de sol… Dicen que en Ensenada los atardeceres no se ven… se sienten.Porque cada uno tiene u...
28/10/2025

Martes que huele a despedida de sol…


Dicen que en Ensenada los atardeceres no se ven… se sienten.
Porque cada uno tiene un alma distinta: unos saben a nostalgia, otros a promesa, y otros —como este— parecen decirnos que lo simple también puede ser grandioso.

Ahí está el muelle, guardando historias que se contaron entre risas, amores que se despidieron sin palabras y sueños que todavía esperan su marea.
El cielo, mientras tanto, se tiñe de oro y cobre, como si el día quisiera firmar su último cuadro antes de irse.

Aquí, cuando cae el sol, el tiempo se detiene.
Y uno no puede hacer más que mirar, respirar profundo y recordar que vivir en Ensenada no es solo habitar un lugar… es pertenecerle al mar, aunque sea por un instante.

Hay atardeceres que no terminan: solo cambian de color dentro de uno.

Lunes con alas en Ensenada… Hay vuelos que no se planean… simplemente ocurren.Como esta gaviota que se levantó del malec...
27/10/2025

Lunes con alas en Ensenada…


Hay vuelos que no se planean… simplemente ocurren.
Como esta gaviota que se levantó del malecón justo cuando el sol empezaba a pintar el cielo, recordándonos que en Ensenada, hasta los amaneceres parecen tener alma.

Aquí todo vuela distinto: los sueños, los aromas del puerto, las risas del domingo que todavía flotan en el aire.
Y aunque el lunes llegue con su lista de pendientes, basta mirar el horizonte para entender que no hay rutina capaz de apagar esta luz.

Porque en esta ciudad, incluso los silencios tienen melodía marina, y cada mañana es una oportunidad para empezar —otra vez— desde el borde del muelle.

En Ensenada, hasta el viento tiene ganas de quedarse.

Domingo en Ensenada: el arte de detener el tiempo… Hay algo en los domingos de Ensenada que invita a bajar el ritmo.Tal ...
26/10/2025

Domingo en Ensenada: el arte de detener el tiempo…



Hay algo en los domingos de Ensenada que invita a bajar el ritmo.

Tal vez sea el vaivén del mar que murmura despacito, o el sol que se filtra entre las palmeras como si no tuviera prisa por brillar. Las calles despiertan tarde, los cafés huelen a conversación y las olas, desde temprano, parecen aplaudirnos por estar vivos.

Dicen que quien aprende a mirar el mar ensenadense, ya no ve igual ningún otro. Porque aquí el mar no solo refleja el cielo: refleja lo que sentimos.
Y uno entiende, sin decirlo, que esta ciudad no se visita… se pertenece.

Así es Ensenada: te enseña que la belleza no está en correr hacia lo nuevo, sino en volver a mirar lo que siempre estuvo ahí.

“Ensenada no se olvida, se recuerda con los ojos abiertos.”

Donde el cielo baja a saludarnos Hay días en que Ensenada se mira al espejo… y se reconoce hermosa.El mar amanece quieto...
25/10/2025

Donde el cielo baja a saludarnos



Hay días en que Ensenada se mira al espejo… y se reconoce hermosa.

El mar amanece quieto, tan quieto, que parece contener la respiración para no romper su reflejo. A un lado, los gigantes del puerto —grúas, barcos, contenedores— nos recuerdan que aquí también se mueve el mundo. Pero solo Ensenada logra que el trabajo suene a melodía marina.

Hace más de un siglo, cuando el muelle era apenas un esbozo y el viento traía el olor de las uvas del Valle, los primeros barcos llegaban con curiosos, aventureros y soñadores. Desde entonces, el puerto no ha dejado de recibir historias: unas se quedan, otras parten… pero todas dejan algo de sí.

Hoy, entre el reflejo del agua y las sombras de las palmeras, uno entiende que Ensenada no compite con el tiempo: lo acompasa.

Aquí no corremos, contemplamos.
No presumimos, compartimos.
Y si el mar calla, es porque está escuchando nuestras memorias.

“Ensenada no envejece… se vuelve más profunda.”

La Calma Antes del Viento…Ensenada te regala esta paz solo si te atreves a mirar donde nadie más mira: a la luna, en ple...
24/10/2025

La Calma Antes del Viento…

Ensenada te regala esta paz solo si te atreves a mirar donde nadie más mira: a la luna, en pleno día, vigilando el despertar de los sueños.

¡Qué vista! Esto no es un amanecer dramático, es la verdadera Ensenada: serena, firme y majestuosa. Mira ese azul profundo del cielo, tan limpio que parece pintado, y esa luna plateada que se atreve a competir con el sol que ya calienta las colinas. El agua está tan quieta que los barcos, los pescadores y hasta esa barrera flotante (¡nuestra vieja amiga para contener derrames!) se miran a sí mismos con total claridad.

Las casas escalando la colina no son solo ladrillo; son generaciones de familias que eligieron este rincón, sabiendo que vivir aquí es aceptar la calma del mar como parte del alma.

Esta postal nos habla de la tierra y el mar, y ellos tienen historias.
¿Sabías que el nombre de las colinas que ves, particularmente el cerro conocido como Cerro de la Vigía (o el que está justo detrás del puerto), fue crucial no solo para la navegación, sino también para el desarrollo de la industria pesquera? Mucho antes de ser famosos por la pesca en el puerto, los primeros pescadores usaban los picos de estas colinas como referencia visual para volver al puerto después de días en el mar. Se decía que si lograbas ver el "color oro" de la tierra al amanecer, sabías que la travesía había valido la pena.

El día que tomamos esta foto, la luna decidió salir a hacer "patrulla matutina" con el sol. ¡Hasta el astro rey tiene que hacer equipo con ella para recordarnos que aquí, en Ensenada, no nos gusta el drama nocturno, sino la luz constante!

Si hoy te sientes acelerado, si sientes que tienes mil cosas pendientes y el ruido te aturde, esta foto es tu medicina.

El mar te susurra: "No tienes que apresurarte. El destino está en el reflejo." Mira ese reflejo perfecto. Es lo que pasa cuando dejas de luchar contra la corriente y permites que tu propia calma te muestre la belleza de lo que eres.

Ensenada es tu raíz inquebrantable. Las montañas no se mueven. El mar siempre vuelve. Y tú también mereces esa quietud profunda. Hoy, no busques el ruido, busca el reflejo. ¡Ahí está tu paz!

Si pudieras sentarte justo donde está el fotógrafo, en silencio absoluto, ¿qué única palabra de gratitud le susurrarías a Ensenada en este momento de calma? ¡Compártela y usa el hashtag !

¡Que este día sea tan claro y sereno como nuestro cielo!

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