24/10/2025
La Calma Antes del Viento…
Ensenada te regala esta paz solo si te atreves a mirar donde nadie más mira: a la luna, en pleno día, vigilando el despertar de los sueños.
¡Qué vista! Esto no es un amanecer dramático, es la verdadera Ensenada: serena, firme y majestuosa. Mira ese azul profundo del cielo, tan limpio que parece pintado, y esa luna plateada que se atreve a competir con el sol que ya calienta las colinas. El agua está tan quieta que los barcos, los pescadores y hasta esa barrera flotante (¡nuestra vieja amiga para contener derrames!) se miran a sí mismos con total claridad.
Las casas escalando la colina no son solo ladrillo; son generaciones de familias que eligieron este rincón, sabiendo que vivir aquí es aceptar la calma del mar como parte del alma.
Esta postal nos habla de la tierra y el mar, y ellos tienen historias.
¿Sabías que el nombre de las colinas que ves, particularmente el cerro conocido como Cerro de la Vigía (o el que está justo detrás del puerto), fue crucial no solo para la navegación, sino también para el desarrollo de la industria pesquera? Mucho antes de ser famosos por la pesca en el puerto, los primeros pescadores usaban los picos de estas colinas como referencia visual para volver al puerto después de días en el mar. Se decía que si lograbas ver el "color oro" de la tierra al amanecer, sabías que la travesía había valido la pena.
El día que tomamos esta foto, la luna decidió salir a hacer "patrulla matutina" con el sol. ¡Hasta el astro rey tiene que hacer equipo con ella para recordarnos que aquí, en Ensenada, no nos gusta el drama nocturno, sino la luz constante!
Si hoy te sientes acelerado, si sientes que tienes mil cosas pendientes y el ruido te aturde, esta foto es tu medicina.
El mar te susurra: "No tienes que apresurarte. El destino está en el reflejo." Mira ese reflejo perfecto. Es lo que pasa cuando dejas de luchar contra la corriente y permites que tu propia calma te muestre la belleza de lo que eres.
Ensenada es tu raíz inquebrantable. Las montañas no se mueven. El mar siempre vuelve. Y tú también mereces esa quietud profunda. Hoy, no busques el ruido, busca el reflejo. ¡Ahí está tu paz!
Si pudieras sentarte justo donde está el fotógrafo, en silencio absoluto, ¿qué única palabra de gratitud le susurrarías a Ensenada en este momento de calma? ¡Compártela y usa el hashtag !
¡Que este día sea tan claro y sereno como nuestro cielo!