
07/08/2025
VERDADES, COMENTARIOS Y ALGO MÁS
Por Raúl González Nova
¿Y el chofer herido? Se les cayó el teatrito a los Solís
Almoloya de Juárez
¿Y el chafirete? ¿Dónde está el supuesto chofer herido en el presunto atentado contra el presidente municipal Adolfo Solís Gómez? Esa es la pregunta que muchos ciudadanos se hacen, pero que nadie en el gobierno se atreve a responder.
El pasado viernes, la noticia del “ataque” corrió como pólvora en redes sociales. Pero no fueron los medios los que dieron la primicia: fueron los propios operadores de comunicación del Ayuntamiento quienes difundieron los primeros detalles, claramente con la intención de posicionar a Adolfo como víctima y héroe al mismo tiempo. Lo que no imaginaron es que la historia no resistiría ni el más mínimo análisis.
Horas después, cuando las contradicciones comenzaron a multiplicarse y las dudas crecieron entre la ciudadanía, vino el giro. Cambiaron el guion. De pronto, ya no fue atentado, sino “hechos aún bajo investigación”. Y, por supuesto, ya no podían dar más detalles. Qué conveniente.
Y por si no fuera suficiente el espectáculo, surgió una versión aún más absurda: que el chofer se habría disparado él mismo en la pierna. Sí, como lo lee: el mismo conductor se disparó solo. Nadie explica con qué arma, de dónde salió, si era suya, si tenía permiso o si era una de las armas que portan los escoltas del edil.
Y si el chofer portaba un arma oficial, ¿bajo qué figura legal estaba armado? ¿Estaba registrado como escolta? ¿Tenía licencia de portación? ¿O estamos ante un caso más de uso indebido de armamento oficial por parte del círculo íntimo del presidente municipal?
Pero las inconsistencias no paran ahí. La camioneta blanca que aparece en las imágenes dicen que no es el vehículo oficial del alcalde ni figura en el padrón vehicular del Ayuntamiento. ¿Qué hacía en la escena del supuesto ataque?
Aquí entra un personaje clave: Iván Solís, alias “La Iguana”, hermano del alcalde y —según múltiples fuentes internas— el verdadero operador político en la sombra. Esa camioneta, aseguran empleados municipales, es la que él utiliza para moverse como si fuera el mismísimo presidente municipal.
Entonces, ¿realmente hubo un atentado? ¿Quién iba en esa camioneta? ¿Dónde está el chofer herido? ¿De dónde salió el arma? ¿Por qué ese vehículo no está registrado oficialmente? ¿Por qué ahora tanto silencio si antes estaban desesperados por llamar la atención?
En Almoloya de Juárez, cada vez son más frecuentes los montajes, las medias verdades y los intentos del alcalde por victimizarse para encubrir su mala gestión. Pero esta vez el show se les vino abajo. Ni sus paleros, ni sus redes oficiales, ni su maquinaria de propaganda han podido sostener la farsa.
Lo más grave es que se está jugando con algo tan delicado como la seguridad pública para fabricar un espectáculo político. Y si las autoridades se atreven a investigar a fondo, podrían salir muchas verdades incómodas. Porque en esta historia, el “atentado” parece más inventado que real… y el único herido fue el ego del alcalde.