
26/05/2025
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Gano 12 mil al mes… pero voy en camino a la libertad financiera
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Así empezó todo
Yo soy albañil. Trabajo con el sol en la nuca, las manos partidas y el lomo doblado. Desde los 14 años le entré a la obra porque la escuela ya no me daba para más. Estudié hasta la primaria, pero aprendí más viendo a los maestros mezclar cemento que en los pupitres viejos de la secundaria.
Tengo 4 hijos y una esposa que vale oro. Con 12 mil pesos al mes vivimos. Apenas, pero vivimos.
Nos hemos acoplado. Ella es buena para estirar el dinero. Yo me rompo la madre trabajando. Hacemos un equipo, uno de esos que no salen en las películas pero que sostienen este país.
Pero no pienso quedarme ahí.
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El punto de quiebre
Cada que salgo de la chamba, me pongo mis audífonos y me echo videos de YouTube. Esos que hablan de “ingresos pasivos”, “libertad financiera”, “que el dinero trabaje para ti”. Al principio me sonaba como a ciencia ficción.
Yo, con el pantalón lleno de mezcla y los dedos llenos de callos, escuchando a un tipo desde su oficina con aire acondicionado diciéndome que podía ganar dinero sin trabajar.
Me reía. Pero me quedaba. Porque algo en mí decía: “¿y si sí se puede?”
Y un día, uno de esos youtubers soltó una frase que me dejó pensando toda la semana:
“No necesitas ser rico para empezar. Pero necesitas empezar para ser libre.”
Ahí fue cuando me cayó el veinte.
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Lo que nadie me dijo
Nadie te dice que el dinero también es mental.
Que uno puede estar jodido por fuera pero peor por dentro si no cree que puede cambiar su historia.
Yo pensaba que los ricos nacían ricos y los pobres nos moríamos igual. Pero luego empecé a ver historias de gente como yo:
• Un señor que vendía tamales y ahora tiene franquicias.
• Un chavo que empezó vendiendo en línea desde su celular.
• Una doña que hace jabones artesanales y los manda a todo México.
Y me di cuenta que lo que tengo no es poco:
• Tengo salud.
• Tengo manos que trabajan.
• Tengo una mujer que me impulsa.
• Tengo hambre de cambiar.
• Tengo acceso a internet.
• Tengo 30 minutos al día para aprender.
Eso es más de lo que muchos creen.
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Esto aprendí
No importa cuánto ganas… importa qué haces con eso.
Nosotros gastamos justo lo que ganamos: 12 mil pesos. Pero si logro generar $13,000 de ingresos pasivos, aunque sea poco a poco, ya estoy del otro lado. Ya sería libre de la carrera de la rata. Libre de trabajar solo por dinero.
Estoy investigando formas de hacerlo:
• Vender herramientas o equipo por internet.
• Crear un canal para enseñar lo que sé de albañilería.
• Invertir en CETES desde $100.
• Comprar y revender materiales.
• Empezar una tiendita con mi esposa.
• Rentar algo que ya tengamos.
• Hacer contenido de lo que vivo y lo que aprendo.
No son sueños guajiros. Son planes.
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El final que no esperabas
No tengo estudios, pero tengo visión.
No tengo dinero extra, pero tengo voluntad.
No tengo títulos, pero tengo valores.
Mi esposa me dice:
—Tú eres el motor, pero también eres la dirección. Y vamos pa’rriba.
Mi meta es que antes de que se acabe este año, tengamos esos 13 mil al mes sin tener que sudar cada peso. Y lo voy a lograr. Porque sé que puedo. Porque no estoy solo. Porque si yo, como albañil, puedo… tú también.
Así que no te rajes. No importa de dónde vengas ni cuánto ganes. Lo importante es creer que se puede y moverse, aunque sea despacito.
Saludos del albañil “millonario”.
Todavía no llego, pero ya voy en camino.