02/10/2025
📰 El sensacionalismo periodístico en México ha sido utilizado como un arma política y social. A través de titulares alarmistas ⚠️, fotos sacadas de contexto 📸 y “exclusivas” sin evidencia 🙄, los medios han logrado golpear y desprestigiar a figuras públicas, comunidades enteras y sectores sociales, instalando en la opinión pública la idea de culpabilidad sin pruebas.
🔥 En muchos casos, el sensacionalismo ha servido para desviar la atención de problemas reales y fabricar chivos expiatorios. Comunidades religiosas ⛪, pueblos originarios 🪶, sectores culturales 🎭 y organizaciones sociales 🤝 han sido señalados en primeras planas como “peligrosos”, “corruptos” o “radicales”. Todo con base en rumores y filtraciones interesadas. O sea… ¿informar? 🤔 No, más bien construir una narrativa que legitime la marginación y hasta el odio social.
💰 Este periodismo funciona como aliado del poder político y económico: fabrica distracciones y realidades convenientes 🎭. Como advierte Ignacio Ramonet: “el sensacionalismo no informa, deforma”. En México, ha sido la cortina de humo perfecta para tapar la corrupción y las crisis que de verdad importan. Pero claro, ¡mientras algunes discuten "el escándalo del día", lo importante pasa desapercibido! 👀