22/11/2024
El manipulador tiene una asombrosa habilidad, un sofisticado mecanismo de actuación casi infalible. Sabe influir en nosotros, conoce qué piezas tocar, qué decir y qué callar para alcanzar el pleno control sobre nuestras emociones. Reconocer sus técnicas y artimañas a tiempo nos puede salvar de situaciones de gran desgaste personal y sufrimiento.
Hay quien dice que existe un delgada la línea entre una persona que pide ayuda frente a quien manipula al otro para obtener réditos. En este último caso, ve al prójimo como un objeto, una mercancía, una cosa, un recurso para aprovechar. Son egoístas y utilizan diversos métodos para apelar al otro mediante diversas estrategias: la ilusión, el chantaje, el victimismo…
Existen diferentes razones por las que un hombre o una mujer ejerce de manipulador o manipuladora. Por ejemplo, a veces tras estos comportamientos está la simple comodidad, el miedo o incluso la autoafirmación. Prefieren el camino más corto, las mentiras y las promesas incumplidas para alcanzar la cumbre social y obtener el poder sobre nosotros. Saber identificar sus métodos nos permitirá tomar ventaja frente a ellos para poder garantizar nuestro equilibrio personal
Si bien son muchos los métodos, este post se refiere a: "El uso de la culpa como estrategia más dañina"
"Con todo lo que he hecho por ti ¿ahora me dices esto?"
Esta es sin duda una de las frases más usadas por el manipulador de manual, ese que no duda en proyectar sobre nosotros todo el peso del mundo, toda la responsabilidad y mala fe. Nos hará creer que no tenemos corazón, que descuidamos a las personas que más queremos y que actuamos con elevado egoísmo.
Hay que poner filtros y no dejarnos avasallar. Es más, otra artimaña habitual es agenciarse aliados imaginarios para crear mayor impacto emocional en nosotros: “pues debes saber que mis compañeros de trabajo opinan también que eres una mala amiga, que siempre vas a tu ritmo y no tienes en cuenta a nadie