
03/07/2025
📸 Fotógrafos excluidos, familias inconformes: polémica por comunicado de la Parroquia de Yerbabuena
Un comunicado emitido por la Parroquia Nuestra Señora del Patrocinio que se ubica en Yerbabuena, Gto. ha generado inconformidad entre padres de familia y profesionales de la fotografía. El documento, dado a conocer a días de celebrarse los sacramentos de Comunión y Confirmación, informa que una “comisión especial de fotografía” será la única autorizada para cubrir los eventos religiosos. Con ello, se prohíbe el ingreso de fotógrafos externos y se impone la adquisición de imágenes a través del mecanismo que disponga dicha comisión.
📌 Padres de familia se organizan y consultan legalmente
Al conocer el contenido del comunicado, varios padres de familia —quienes ya habían contemplado contratar por cuenta propia servicios fotográficos para documentar este momento especial en la vida de sus hijos— se reunieron de forma privada para expresar su molestia y preocupación.
Ante el posible impacto en sus derechos como consumidores y como parte activa de la comunidad parroquial, decidieron consultar a un despacho jurídico especializado en derechos civiles y económicos, el cual, tras revisar el caso, les externo lo siguiente:
“La medida anunciada por la parroquia, al prohibir el ingreso de fotógrafos externos y centralizar la comercialización de las imágenes, puede constituir una práctica de competencia desleal y eventualmente una práctica monopólica relativa, según lo establece la Ley Federal de Competencia Económica (LFCE)”.
“Además, impone limitaciones indebidas a la libertad de contratación de los padres, quienes tienen pleno derecho de elegir a su proveedor fotográfico. Si se exige pago por imágenes tomadas por un tercero impuesto, se está obligando indirectamente al consumo de un producto bajo condiciones unilaterales”.
“Este tipo de prácticas no sólo afectan a los fotógrafos profesionales, sino también a los consumidores, al impedirles evaluar la calidad, el estilo y los precios del servicio, y al cerrar la posibilidad de que sus recuerdos sean capturados con valor artístico y sensibilidad personalizada”.
⚖ Un posible acto discriminatorio y excluyente
El análisis jurídico también señala que el comunicado no define quién integra la “comisión de fotografía”, ni si dichas personas tienen preparación técnica, experiencia profesional o ética visual para cubrir eventos religiosos.
Esto representa una vulnerabilidad para las familias, quienes pueden recibir imágenes de baja calidad, sin narrativa estética ni sensibilidad espiritual. A la par, se excluye sin fundamento a decenas de fotógrafos independientes y agremiados, muchos de los cuales han documentado durante años estos ritos con profesionalismo y discreción litúrgica.
La exclusión total, sin posibilidad de acreditación o rotación, puede interpretarse como un acto de discriminación económica y profesional que afecta el trabajo digno y la economía creativa local.
📷 ¿Dignidad o imposición?
Aunque el comunicado señala que la medida busca “asegurar que los sacramentos se celebren con la dignidad y respeto que merecen”, tanto juristas como fotógrafos profesionales coinciden en que la dignidad no se construye desde la exclusión, sino desde la organización, el respeto mutuo y la transparencia.
Hubiera sido más sano y justo:
• Establecer una acreditación previa para fotógrafos.
• Exigir discreción, límites técnicos y conducta ética.
• Rotar entre fotógrafos locales con experiencia en eventos litúrgicos.
• Acordar formatos y tarifas previamente con las familias.
📣 ¿Y ahora qué sigue?
Los padres de familia están considerando solicitar por escrito a la parroquia una revisión de la medida, e incluso contemplan la posibilidad de llevar el caso ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en caso de que se realice una venta condicionada o sin opción a rechazar el producto.
Por su parte, fotógrafos locales han señalado que este tipo de decisiones reproducen esquemas de monopolio religioso disfrazado de organización litúrgica, donde el control de las imágenes también significa el control del relato visual y, en muchos casos, un negocio paralelo sin regulación.
✍ Conclusión
Este caso abre un debate urgente sobre el papel de las instituciones religiosas en el acceso a servicios privados, y cómo las decisiones mal fundamentadas pueden afectar derechos civiles, prácticas profesionales y el valor simbólico de las imágenes en los rituales de fe.
La fe no debe contradecir la libertad. Y el respeto a lo sagrado no debe usarse como excusa para imponer lo lucrativo.