27/08/2019
Hace unos días iba caminando por la calle y vi a una abuelita con su nieta (de unos 6 años) detenidas afuera de un coche, como que no entendí bien lo que hacían, por lo que le dije a mi acompañante que nos detuvieramos a ayudar, al parecer la abuelita necesitaba ayuda para subir la banqueta, y entrar a su casa, me llamo la atención de que a pesar de su impotencia, la abuelita estaba muy tranquila y nos agradeció mucho por ayudarla, eso me puso a reflexionar, porque no cualquiera se pone tan tranquilo frente a una necesidad, y eso es lo que nos enseñan los abuelitos, a ser pacientes, fuertes y agradecidos con la vida.
Algunos ya no están, pero siempre los recordaremos de la mejor manera, y a los que están, hay que disfrutarlos y aprender lo más que se pueda de sus experiencias.