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EL HIJO ADICTO: EL ADULTO QUE SE CONGELÓ EN EL LLANTO INFANTIL.Cuando una madre o un padre miran la adicción de su hijo,...
05/11/2025

EL HIJO ADICTO: EL ADULTO QUE SE CONGELÓ EN EL LLANTO INFANTIL.
Cuando una madre o un padre miran la adicción de su hijo, no solo ven una dependencia, sino el rostro de un alma que se detuvo en el tiempo.

El cuerpo tiene 20, 30 o 40 años, pero la psique sigue anclada en la lógica más inmadura:

Quiere la calma inmediata sin tolerar el vacío o el dolor (la misma frustración del bebé).

Huye de la responsabilidad, porque ser adulto duele y exige renuncias.

La sustancia se convierte en ese "chupón químico" que nunca falla, la madre sustituta que promete paz, pero que roba la vida a cambio.

La Adicción: Un síntoma que rompe la casa de cristal sistémica.

Aquí está la verdad más dura: La adicción nunca es un problema individual.

Es la punta del iceberg de un dolor o un patrón disfuncional que atraviesa a toda la familia. El adicto, inconscientemente, carga y muestra el desequilibrio de todo el sistema. Es el miembro que más visiblemente grita que algo no está sano en el clan.

Es esencial recordar que nuestros ancestros a menudo resolvieron sus propios dolores desde su sabiduría, sin psicólogos ni herramientas como las que tenemos hoy. El adicto, a nivel inconsciente, puede estar siendo leal a un dolor que no se pudo mirar en el pasado y que él intenta anestesiar hoy.

El Verdadero Camino: Un esfuerzo de salud colectiva.

La recuperación no puede recaer solo en los hombros del adicto. Para que él pueda crecer y madurar, todo el sistema debe moverse.

El compromiso es de todos:

Para el adicto: La recuperación comienza al aceptar que debe hacerse responsable de sí mismo, tomando la fuerza que el Padre da para ir a la vida, sin excusas.

Para la familia: La contribución a la salud consiste en dejar de infantilizar al adicto (dejar de ser la madre sustituta o el salvador) y atreverse a cambiar los patrones que permiten que la adicción exista. La sanación del hijo exige el coraje de que la familia también crezca y asuma su propia cuota de responsabilidad y dolor.

Reflexión y Declaración de Liberación:

La terapia busca que ese hijo, que se detuvo en el tiempo, se permita finalmente madurar. Y para eso, la familia debe hacer una declaración de liberación: "Este patrón no nos pertenece, y todos contribuimos a una nueva salud sistémica".

Las heridas emocionales de la infancia, como el rechazo, el abandono, la humillación, la traición y la injusticia (basad...
04/11/2025

Las heridas emocionales de la infancia, como el rechazo, el abandono, la humillación, la traición y la injusticia (basado en el modelo de Lise Bourbeau), no solo afectan la salud mental, sino que también pueden sabotear la salud física a través del estrés crónico, el desarrollo de mecanismos de defensa perjudiciales y la somatización de emociones no gestionadas.
A continuación se detalla cómo cada una puede impactar negativamente en la salud:
*Como sabotea la salud cada una de las heridas ?
💔 1. Herida de Rechazo
Máscara: el huidizo
Emoción raíz: miedo a no existir o no ser aceptado
Efecto en la salud:
• Tiende a desconectarse del cuerpo; vive mucho “en la cabeza”, por lo que puede olvidar comer, dormir o cuidar de sí mismo.
• Problemas relacionados con la piel (porque es el límite con el mundo), alergias, trastornos alimenticios (querer desaparecer) o problemas respiratorios (como si “no tuviera derecho a ocupar espacio”).
• Energéticamente, su sistema inmunológico se debilita por la falta de autoafirmación.
Sabotaje: se rechaza a sí mismo, negando su cuerpo y sus necesidades.
Sanación: aprender a habitar su cuerpo y sentirse digno de estar aquí.
Afirmación: “Ocupo mi lugar en el mundo con amor.”
•Impacto mental: Genera una sensación de no tener derecho a existir, baja autoestima y miedo intenso a no ser suficiente o a ser invalidado. Esto puede llevar a un comportamiento esquizoide, de desapego, o a la búsqueda constante de aprobación externa.
•Impacto físico potencial: Puede manifestarse en un cuerpo más pequeño o frágil (como mecanismo para "ocupar menos espacio"), uso de ropa grande para no exponerse y fatiga, insomnio y ansiedad debido a un estado constante de alerta.
💔 2. Herida de Abandono
Máscara: el dependiente
Emoción raíz: miedo a estar solo o no ser sostenido
Efecto en la salud:
• Trastornos que expresan falta de apoyo o desnutrición emocional: cansancio crónico, depresión, problemas digestivos o metabólicos (no asimila lo que recibe).
• Dolores en la espalda baja o piernas, porque siente que no tiene base ni sostén.
• Puede enfermar para recibir atención o cariño inconscientemente.
Sabotaje: su cuerpo manifiesta el deseo inconsciente de ser cuidado.
Sanación: cultivar seguridad interna y confianza en su capacidad de sostenerse.
Afirmación: “Me sostengo con amor y confío en la vida.”
•Impacto mental: Provoca un miedo persistente a la soledad, dependencia emocional y dificultad para confiar o establecer límites sanos en las relaciones. La persona siente un vacío afectivo constante que intenta llenar externamente.
•Impacto físico potencial: El estrés crónico y la ansiedad por separación pueden elevar los niveles de cortisol (la hormona del estrés), lo que afecta al cerebro y puede manifestarse en fatiga, insomnio y un estado constante de alerta. La internalización del dolor puede llevar a la somatización.
💔 3. Herida de Humillación
Máscara: el masoquista
Emoción raíz: culpa y vergüenza
Efecto en la salud:
• Acumula tensión en el sistema digestivo y reproductor, porque reprime mucho placer.
• Problemas en la garganta (dificultad para expresarse sin culpa), sobrepeso (protección y castigo inconsciente), problemas de piel (vergüenza).
• El cuerpo refleja la carga de “me avergüenzo de ser quien soy”.
Sabotaje: el cuerpo se enferma para expiar culpas y “castigarse”.
Sanación: aceptar el placer, el merecimiento y la expresión libre.
Afirmación: “Honro mi cuerpo y merezco disfrutar sin culpa.”
•Impacto mental: Conduce a una autocrítica extrema, vergüenza constante y una percepción de sí mismo como menos digno o valioso. La persona puede desarrollar una personalidad dependiente y olvidarse de sus propias necesidades para complacer a los demás (masoquismo).
•Impacto físico potencial: La internalización de la rabia y el estrés puede generar problemas digestivos, tensión muscular crónica y, a largo plazo, enfermedades relacionadas con un sistema inmunológico debilitado por el estrés constante de no expresar emociones ni defenderse.
💔 4. Herida de Traición
Máscara: el controlador
Emoción raíz: desconfianza, miedo a perder el control
Efecto en la salud:
• Tensión muscular constante, rigidez en cuello, hombros y espalda.
•Impacto mental: Destruye la confianza en los demás y genera miedo, ira y una sensación de inseguridad e incertidumbre. Puede llevar a una hipervigilancia y síntomas similares al trastorno de estrés postraumático.
•Impacto físico potencial: La ira y la desconfianza constantes mantienen al cuerpo en un estado de lucha o huida permanente, lo que puede causar problemas cardiovasculares, insomnio, pensamientos intrusivos y tensión generalizada.
5.Herida de Injusticia
•Impacto mental: (Aunque no se cubrió directamente en los resultados, este es el patrón general para la quinta herida en el modelo de Lise Bourbeau). Conduce a la rigidez, el perfeccionismo y la incapacidad para delegar o confiar en el proceso natural de la vida. La persona se siente frustrada por la falta de equidad y puede volverse fría o exigente consigo misma y con los demás.
•Impacto físico potencial: La rigidez mental se refleja en el cuerpo, pudiendo causar problemas musculares, de espalda, migrañas y una tendencia a reprimir las emociones, lo que puede somatizarse en problemas de piel o relacionados con el control (como trastornos alimenticios).

"En resumen, el principal mecanismo de sabotaje de estas heridas es a través de la respuesta crónica al estrés, que altera el equilibrio hormonal y del sistema nervioso, lo que con el tiempo puede contribuir al desarrollo de diversas enfermedades físicas y mentales".

Conflictos del SOBREPESO,TENGO HAMBRE DE AMOR La palabra “alimento” proviene del latín alimentum que significa “cosas qu...
01/11/2025

Conflictos del SOBREPESO,TENGO HAMBRE DE AMOR

La palabra “alimento” proviene del latín alimentum que significa “cosas que se comen o beben para crecer y subsistir”. En Biodescodificación entendemos que el alimento que ingerimos mantiene una estrecha relación con el alimento emocional, por lo que la obesidad tiene que ver con el hambre de amor, de afecto, de atención y de ternura.

Si bien en un principio la función de la alimentación fue puramente la de sobrevivir, hoy en día se ha convertido, en una parte importante de este planeta, en una fuente de placer llegando en algunos casos a causar dolor o culpa.

Intención positiva
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa o agua que puede ser perjudicial para la salud.

Al igual que ocurre con el resto de “síntomas” la obesidad se manifiesta tras haber vivido en soledad una o varias situaciones inesperadas, altamente estresantes y sin solución aparente. Pero también es importante recordar que también tras todo síntoma se esconde una intención positiva, es decir que, aunque conscientemente no le encontremos una justificación, de alguna forma este síntoma es el mejor recurso que mi cerebro ha encontrado como solución a un conflicto generado que ha atentado contra mi supervivencia.

En la mayoría de los casos tras el sobrepeso se esconde una gran carencia afectiva e insatisfacción sexual. La comida se convierte en un paliativo de la insatisfacción, sea ésta del tipo que sea tipo que sea. El sobrepeso se “alimenta” de soledad, de aburrimiento, de tristeza, del sentimiento de rechazo y/o de fracaso, de sensación de impotencia y de ideas negativas. La única dieta efectiva es la abstención de pensamientos negativos del tipo “no soy capaz”, “yo no me merezco nada bueno”, “soy un inútil”, “no valgo”, “no sirvo”… que marcan una fuerte desvalorización.

Tu comportamiento y actitud lo dicen todo
Hay un tipo de personas para las que lo prioritario es ahorrar, no gastar ni un solo céntimo, y lo que hacen es acumular y acumular. La obesidad viene a ser la manifestación biológica de esa actitud, del miedo con el que se vive pensando en que algún día pueda faltar. Se podría decir que la grasa es como un seguro a todo riesgo.

En ocasiones encontramos que tras la obesidad se esconde una madre dominante, posesiva, que mantuvo un exceso control sobre la alimentación (=pensamientos, sentimientos y creatividad). En este sentido la obesidad representa una oposición inconsciente a la autoridad materna que abusó de nosotros, pero este es el rechazo del niño dolido; como adultos hemos de comenzar a ver la otra realidad… y perdonar. Nuestra madre (al igual que nuestro padre o cualquier otra persona que haya influenciado en nuestra vida) lleva sus propios programas y con ellos su aprendizaje, y tan solo es un eslabón más dentro del gran árbol familiar… eslabón que se muestra presente en nuestra vida porque así lo hemos necesitado para nuestra evolución, nuestro darnos cuenta de aquello que hemos venido a aprender.

Pero la obesidad también puede estar suscitada:

por un contrato de fidelidad inconsciente hacia algún miembro del clan (“soy obesa como mamá”),
por una necesidad infantil de complacer para obtener amor, reconocimiento o seguridad: si mamá siempre me ha dicho “eres mi carga” yo voy a querer ser siempre “la carga de mamá”, porque puede más el deseo ser reconocida que la tristeza de sentirme rechazada,
por alguna creencia transgeneracional, como puede ser un clan dónde las mujeres hayan sido maltratadas y necesiten “hacerse fuertes”.
Necesito protegerme
Al sentirse desprotegidas, las personas obesas suelen experimentar el miedo muy habitualmente. Desde el punto de vista simbólico, las personas que engordan en realidad lo que hacen es “protegerse” de los demás, o de algún tipo de situación o trauma instaurado en su cabeza. A menudo es un conflicto que se repite en el tiempo, dónde hay una sensación continua de peligro. Fundamentalmente son conflictos de abandono y separación que aparecen de forma inesperada: “Cuando estoy solo estoy en peligro“.

La pregunta sería: ¿para qué me sirve estar obeso?
La obesidad puede derivar de un acumulo de grasa o de una retención excesiva de líquidos. En la obesidad no se acumula masa ósea ni muscular, no se agranda ningún órgano ni se llena ninguna cavidad de aires malignos; las células del cuerpo obedecen a la orden de acumular agua y/o grasa y no soltarla. La grasa retenida es energía estancada que no se va a usar y el agua emociones tóxicas que nos resistimos a eliminar.

Lo qué determina que la respuesta del cuerpo sea una u otra es la manera con la que se viva la situación conflictiva. Al contrario que ocurre en la acumulación de líquidos, donde se engorda de una manera rápida, la obesidad por acumulación de grasa es progresiva.

Acumulación de grasa

Nuestro cuerpo utiliza la grasa como protección (“me protejo de…”) y también como reserva de azúcar (“me siento solo”, “no tengo su cariño”).

Cuando buscamos las causas que dan origen al sobrepeso nos encontramos que éstas son numerosas, y es que la persona obesa no está expuesta únicamente a una sola situación de estrés, sino a múltiples conflictos derivados de su particular manera de vivir cada uno de ellos en base a los programas heredados de su árbol genealógico.

Tipos de conflictos:

Resistir: “He de hacer frente al otro”
Protección mecánica: “He de protegerme ante esta agresión”
Protección térmica: “Como no recibo suficiente calor (=amor) necesito guardarlo en mi interior
Protección de la mirada del otro: “He de pasar desapercibido”
Necesidad de reconocimiento: “Nadie me ve!
Abandono: “Me siento solo” “Estoy en peligro”
Carencia, hacer reserva: “Guardo reservas por si me falta”
Miedo al rechazo: “Me han dejado de lado”
Conflicto de seducción: “La redondez es salud”
Retención: Ante una separación, una muerte, un aborto..) es “quiero mantenerlo a mi lado”
Frustración: “Si muestro mis emociones pueden herirme”
Maternidad: “Quiero proteger a mi bebé”
Conflicto del gemelo perdido
Acumulación de líquidos

Existe otro tipo de sobrepeso provocado por la retención de líquidos: el agua conforma la mayor parte de las células además de ser nuestro primer referente (=líquido amniótico)). El conflicto en este caso se relaciona con la pérdida de referentes (“estoy perdiendo mis referentes -papá, mamá, pareja…-“),

Una situación puede ser vivida como un impacto emocional cuando tenemos la sensación de que la realidad del momento presente nos supera, nos sentimos incapaces de afrontarla y lo vivimos como una “lucha por la existencia”. Los órganos encargados de gestionar este conflicto son los riñones.

Tipos de conflictos:

Conflicto del refugiado o inmigrante: “Tengo que marcharme y dejar mi casa, mis amigos, mi familia”
Conflicto de derrumbe existencial: “Mi vida está en juego”
Conflicto de hospitalización: “No puedo estar en mi casa”
Conflicto de pérdida de los medios de subsistencia: “He perdido mi trabajo”
Conflicto de quedar abandonado: “Me siento solo”, “me han dejado atrás”
El propio síntoma de sobrepeso crea en la persona un continuo estrés al buscar una y otra vez deshacerse de los kilos de más. Sin embargo, al igual que sucede con el resto de los conflictos, las dietas restrictivas que se lleven a cabo mientras éste no esté desactivado terminarán produciendo lo que se conoce como “efecto rebote”.

El sitio dónde se acumule la grasa nos habla del tipo de conflicto
La grasa normalmente no se acumula en el 100% del cuerpo sino que lo hace en zonas específicas. ¿En cuáles? En aquellas “dónde haya tenido que ser más fuerte”, “dónde me haya sentido más vulnerable”…

¿No te parece maravilloso con qué exactitud se nos manifiesta la información? Y esto es lo que nos sirve de guía para la lectura del tipo de conflicto que se ha vivido. Nos sirve como ejemplo:

En el abdomen (en hombres): “Siento que mi vida la controla mi pareja”
En el abdomen en la mujer: “He de proteger a mis hijos”
En los hombros: “Debo ser fuerte”. “Llevo un gran peso sobre mis hombros”
Los abdómenes que caen (tapan el sexo): “Tengo que proteger mi sexo para que ahí no pase nada”
No olvides que:
La obesidad es la mejor solución que ha encontrado tu cerebro para sobrevivir y darte con ello una segunda oportunidad de resolver el conflicto psico-emocional que todavía persiste en tu mente. Normalmente en la obesidad la persona entra y sale constantemente en el mismo conflicto.
Lo que realmente engorda, más que el alimento en sí, son los remordimientos, es decir, tu propio juicio por el alimento que estás comiendo o que te imaginas comer: Si tú crees que te engorda ten seguro que lo hará. Creer es crear.
Reflexiones
¿Para qué acumulo grasa o líquido en este lugar específico de mi cuerpo?
¿Qué es lo que en realidad estoy acumulando y para qué me sirve?
¿Estoy expresando mis emociones, lo que realmente siento?
¿Qué oculto tras la grasa? ¿Tengo miedo?
¿A quién o a qué me parezco con esta imagen?
¿Necesito ser visto por mamá / papá? ¿Qué es lo que se espera de de mí?
¿He tenido suficiente espacio para crecer entre mis hermanos?
¿Estoy alimentando mi falta de amor con exceso de comida?TENGO HAMBRE DE AMOR

La palabra “alimento” proviene del latín alimentum que significa “cosas que se comen o beben para crecer y subsistir”. En BioNeuroEmoción entendemos que el alimento que ingerimos mantiene una estrecha relación con el alimento emocional, por lo que la obesidad tiene que ver con el hambre de amor, de afecto, de atención y de ternura.

Si bien en un principio la función de la alimentación fue puramente la de sobrevivir, hoy en día se ha convertido, en una parte importante de este planeta, en una fuente de placer llegando en algunos casos a causar dolor o culpa.

Intención positiva
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa o agua que puede ser perjudicial para la salud.

Al igual que ocurre con el resto de “síntomas” la obesidad se manifiesta tras haber vivido en soledad una o varias situaciones inesperadas, altamente estresantes y sin solución aparente. Pero también es importante recordar que también tras todo síntoma se esconde una intención positiva, es decir que, aunque conscientemente no le encontremos una justificación, de alguna forma este síntoma es el mejor recurso que mi cerebro ha encontrado como solución a un conflicto generado que ha atentado contra mi supervivencia.

En la mayoría de los casos tras el sobrepeso se esconde una gran carencia afectiva e insatisfacción sexual. La comida se convierte en un paliativo de la insatisfacción, sea ésta del tipo que sea tipo que sea. El sobrepeso se “alimenta” de soledad, de aburrimiento, de tristeza, del sentimiento de rechazo y/o de fracaso, de sensación de impotencia y de ideas negativas. La única dieta efectiva es la abstención de pensamientos negativos del tipo “no soy capaz”, “yo no me merezco nada bueno”, “soy un inútil”, “no valgo”, “no sirvo”… que marcan una fuerte desvalorización.

Tu comportamiento y actitud lo dicen todo
Hay un tipo de personas para las que lo prioritario es ahorrar, no gastar ni un solo céntimo, y lo que hacen es acumular y acumular. La obesidad viene a ser la manifestación biológica de esa actitud, del miedo con el que se vive pensando en que algún día pueda faltar. Se podría decir que la grasa es como un seguro a todo riesgo.

En ocasiones encontramos que tras la obesidad se esconde una madre dominante, posesiva, que mantuvo un exceso control sobre la alimentación (=pensamientos, sentimientos y creatividad). En este sentido la obesidad representa una oposición inconsciente a la autoridad materna que abusó de nosotros, pero este es el rechazo del niño dolido; como adultos hemos de comenzar a ver la otra realidad… y perdonar. Nuestra madre (al igual que nuestro padre o cualquier otra persona que haya influenciado en nuestra vida) lleva sus propios programas y con ellos su aprendizaje, y tan solo es un eslabón más dentro del gran árbol familiar… eslabón que se muestra presente en nuestra vida porque así lo hemos necesitado para nuestra evolución, nuestro darnos cuenta de aquello que hemos venido a aprender.

Pero la obesidad también puede estar suscitada:

por un contrato de fidelidad inconsciente hacia algún miembro del clan (“soy obesa como mamá”),
por una necesidad infantil de complacer para obtener amor, reconocimiento o seguridad: si mamá siempre me ha dicho “eres mi carga” yo voy a querer ser siempre “la carga de mamá”, porque puede más el deseo ser reconocida que la tristeza de sentirme rechazada,
por alguna creencia transgeneracional, como puede ser un clan dónde las mujeres hayan sido maltratadas y necesiten “hacerse fuertes”.
Necesito protegerme
Al sentirse desprotegidas, las personas obesas suelen experimentar el miedo muy habitualmente. Desde el punto de vista simbólico, las personas que engordan en realidad lo que hacen es “protegerse” de los demás, o de algún tipo de situación o trauma instaurado en su cabeza. A menudo es un conflicto que se repite en el tiempo, dónde hay una sensación continua de peligro. Fundamentalmente son conflictos de abandono y separación que aparecen de forma inesperada: “Cuando estoy solo estoy en peligro“.

La pregunta sería: ¿para qué me sirve estar obeso?
La obesidad puede derivar de un acumulo de grasa o de una retención excesiva de líquidos. En la obesidad no se acumula masa ósea ni muscular, no se agranda ningún órgano ni se llena ninguna cavidad de aires malignos; las células del cuerpo obedecen a la orden de acumular agua y/o grasa y no soltarla. La grasa retenida es energía estancada que no se va a usar y el agua emociones tóxicas que nos resistimos a eliminar.

Lo qué determina que la respuesta del cuerpo sea una u otra es la manera con la que se viva la situación conflictiva. Al contrario que ocurre en la acumulación de líquidos, donde se engorda de una manera rápida, la obesidad por acumulación de grasa es progresiva.

Acumulación de grasa

Nuestro cuerpo utiliza la grasa como protección (“me protejo de…”) y también como reserva de azúcar (“me siento solo”, “no tengo su cariño”).

Cuando buscamos las causas que dan origen al sobrepeso nos encontramos que éstas son numerosas, y es que la persona obesa no está expuesta únicamente a una sola situación de estrés, sino a múltiples conflictos derivados de su particular manera de vivir cada uno de ellos en base a los programas heredados de su árbol genealógico.

Tipos de conflictos:

Resistir: “He de hacer frente al otro”
Protección mecánica: “He de protegerme ante esta agresión”
Protección térmica: “Como no recibo suficiente calor (=amor) necesito guardarlo en mi interior
Protección de la mirada del otro: “He de pasar desapercibido”
Necesidad de reconocimiento: “Nadie me ve!
Abandono: “Me siento solo” “Estoy en peligro”
Carencia, hacer reserva: “Guardo reservas por si me falta”
Miedo al rechazo: “Me han dejado de lado”
Conflicto de seducción: “La redondez es salud”
Retención: Ante una separación, una muerte, un aborto..) es “quiero mantenerlo a mi lado”
Frustración: “Si muestro mis emociones pueden herirme”
Maternidad: “Quiero proteger a mi bebé”
Conflicto del gemelo perdido
Acumulación de líquidos

Existe otro tipo de sobrepeso provocado por la retención de líquidos: el agua conforma la mayor parte de las células además de ser nuestro primer referente (=líquido amniótico)). El conflicto en este caso se relaciona con la pérdida de referentes (“estoy perdiendo mis referentes -papá, mamá, pareja…-“),

Una situación puede ser vivida como un impacto emocional cuando tenemos la sensación de que la realidad del momento presente nos supera, nos sentimos incapaces de afrontarla y lo vivimos como una “lucha por la existencia”. Los órganos encargados de gestionar este conflicto son los riñones.

Tipos de conflictos:

Conflicto del refugiado o inmigrante: “Tengo que marcharme y dejar mi casa, mis amigos, mi familia”
Conflicto de derrumbe existencial: “Mi vida está en juego”
Conflicto de hospitalización: “No puedo estar en mi casa”
Conflicto de pérdida de los medios de subsistencia: “He perdido mi trabajo”
Conflicto de quedar abandonado: “Me siento solo”, “me han dejado atrás”
El propio síntoma de sobrepeso crea en la persona un continuo estrés al buscar una y otra vez deshacerse de los kilos de más. Sin embargo, al igual que sucede con el resto de los conflictos, las dietas restrictivas que se lleven a cabo mientras éste no esté desactivado terminarán produciendo lo que se conoce como “efecto rebote”.

El sitio dónde se acumule la grasa nos habla del tipo de conflicto
La grasa normalmente no se acumula en el 100% del cuerpo sino que lo hace en zonas específicas. ¿En cuáles? En aquellas “dónde haya tenido que ser más fuerte”, “dónde me haya sentido más vulnerable”…

¿No te parece maravilloso con qué exactitud se nos manifiesta la información? Y esto es lo que nos sirve de guía para la lectura del tipo de conflicto que se ha vivido. Nos sirve como ejemplo:

En el abdomen (en hombres): “Siento que mi vida la controla mi pareja”
En el abdomen en la mujer: “He de proteger a mis hijos”
En los hombros: “Debo ser fuerte”. “Llevo un gran peso sobre mis hombros”
Los abdómenes que caen (tapan el sexo): “Tengo que proteger mi sexo para que ahí no pase nada”
No olvides que:
La obesidad es la mejor solución que ha encontrado tu cerebro para sobrevivir y darte con ello una segunda oportunidad de resolver el conflicto psico-emocional que todavía persiste en tu mente. Normalmente en la obesidad la persona entra y sale constantemente en el mismo conflicto.
Lo que realmente engorda, más que el alimento en sí, son los remordimientos, es decir, tu propio juicio por el alimento que estás comiendo o que te imaginas comer: Si tú crees que te engorda ten seguro que lo hará. Creer es crear.
Reflexiones
¿Para qué acumulo grasa o líquido en este lugar específico de mi cuerpo?
¿Qué es lo que en realidad estoy acumulando y para qué me sirve?
¿Estoy expresando mis emociones, lo que realmente siento?
¿Qué oculto tras la grasa? ¿Tengo miedo?
¿A quién o a qué me parezco con esta imagen?
¿Necesito ser visto por mamá / papá? ¿Qué es lo que se espera de de mí?
¿He tenido suficiente espacio para crecer entre mis hermanos?
¿Estoy alimentando mi falta de amor con exceso de comida?

01/11/2025

LEALTADES FAMILIARES - KARMAS PENDIENTES

Abuelas que fallecen en el parto, la nieta es estéril

Abuelo que perdió todo su dinero, el nieto es tacaño y guarda su dinero.

Siempre obligados a vivir al extremo, nunca un punto medio.

Se puede ser leal inconscientemente incluso sin conocer la historia ni a la persona.

Siempre hay un miembro que no encajaba, un ladrón, delincuente, suicida, un accidente fatal, incestos, del cual no se habla nunca y que forma parte de los secretos familiares, pero invariablemente alguien resultará leal a ese familiar y es copia viva, sin conocerle.

IDEALIZACIÓN ES DE TRAGEDIA

El término Lealtad Invisible se debe al fallecido psiquiatra húngaro Ivan Boszormeny-Nagy quien, junto a Gerladine M. Spark, publicó el libro Lealtades invisibles, editado en castellano por la editorial Amorrortu y disponible en español.

El libro, profundo y algo farragoso, pero imprescindible, es demasiado técnico para ser entendido con facilidad, es posible realizar un resumen o extracto.

Boszormeny-Nagy, asegura que los trastornos, dolencias y problemas de las personas, provienen de un desequilibrio en el dar y recibir dentro del sistema familiar.

Lealtades poderosas, para la propia supervivencia.

Cuentas de justicia por así llamarlo.

El sistema familiar tiende siempre a la justicia, con independencia de lo que intenten o pretendan sus miembros de manera individual con sus propias vidas.

Hay que dar y recibir de manera equilibrada, amor, posesiones, respeto, energía.

Si alguien da mucho y no recibe tanto, se genera una deuda.

Si alguien gana dinero o afecto a costa de otros, les debe.

Si alguien pierde algo, amor, dinero, posición o estatus, para que otros ganen, le deben.

Es una ley universal y, por lo que los terapeutas hemos podido comprobar, es una Ley del Cielo.

Si los padres intentan que sus hijos llenen sus carencias y vacío y les den amor sin darlo a su vez en la suficiente medida, generan una deuda en su contra.

Es contra natura que un padre o una madre pretendan el amor de sus hijos, no es el orden natural de los sistemas familiares, del mismo modo que un jardinero no puede pretender que sus plantas le rieguen y le cuiden a él.

El mayor es siempre el que nutre y cuida al pequeño, los padres cuidan y nutren a sus hijos.

Si no lo hacen, incurren en deuda grave.

Y si no recibieron de sus padres la debida nutrición para ser amorosos, mala suerte, pero sus hijos no están para darles eso que no tuvieron y que a ellos les faltó.

Otro tema relativo a las Lealtades es que la vida del individuo no es importante con respecto al sistema, aunque creamos que sí.

Nuestra vida no importa, importa el colectivo… y cuanto antes nos demos cuenta de ésto, antes dejaremos de hacer daño y hacernos daño.

Se puede vivir una vida individual e independiente muy saludable si estamos en armonía con el sistema en el que vivimos, pues pertenecemos a él.

Lo que una generación deja sin resolver, será la siguiente la que, inocente e inconscientemente, trate de resolverlo; así queda atrapada en temas o asuntos que no son en realidad su responsabilidad.

Existe una transmisión transgeneracional de los problemas familiares que a veces crean una cadena de destinos difíciles o trágicos.

Los asuntos no resueltos de los sistemas familiares en generaciones anteriores y las injusticias cometidas dentro y fuera del sistema familiar pueden, inconscientemente, afectar la vida de las familias manifestándose en alguno o varios miembros del sistema, enfermedades inexplicables, depresiones, suicidios, relaciones conflictivas, trastornos físicos y psíquicos, dificultad para encontrar pareja, para prosperar, comportamientos conflictivos, etcétera.

EJEMPLOS DE LEALTADES :

-Un hombre adúltero, maltrata y humilla a su mujer y alguien tendrá que pagar por ello.

Posiblemente un nieto o descendiente llevará una vida de infelicidad o sufrirá adulterios y humillaciones constantes de las mujeres y parejas, para compensar el maltrato que su ancestro realizó a la abuela y a otras mujeres.

Es comprobado que cuando el abuelo ha sido infiel, suele ser un nieto el que paga por ello de distintas formas y modos, a veces incluso con su propia vida si el daño causado fué muy grande.

Lo usual es una enfermedad crónica.

-Cuando un miembro de la familia sacrifica sus intereses y posibilidades personales por otro o por el bien de la familia, se siente con derecho a ser retribuido por ese sacrificio y esperará que se le reconozca. Si esa deuda no es pagada por la generación que ha sido favorecida por éste sacrificio, a menudo se requiere que la siguiente generación liquide la deuda de algún modo o si no la siguiente.

-Mi experiencia me dice que, dado que somos ignorantes, inconscientes y bastante egoícos y egoístas, rara vez paga la deuda aquel que la contrajo, rara vez el verdugo repara su acción directamente, siempre son las víctimas, otros, quienes reparan, casi siempre es un descendiente, un sucesor el que lleva la carga que el ancestro, en su inconsciencia y falta de amor por sus semejantes, no supo afrontar ni resolver para evitar que otro cargara con lo suyo.

Pero pagarse, las cuentas siempre se pagan, SIEMPRE.

BALANZA DE JUSTICIA

-Por ejemplo.

Un niño nace como consecuencia de la muerte de otro.

La madre se empeñó en quedarse embarazada y luego se arrepiente y aborta prematuramente de forma consciente o inconsciente.

Pocos años después tiene otro hijo (e incluso le pone el mismo nombre o parecido, que le hubiera puesto al hijo que no llegó a nacer).

Este segundo niño, que si ha nacido, pagará por ello toda su vida… pues él vive gracias a la muerte de su hermano no nacido.

Posiblemente sea muy leal, de forma inconsciente, a su hermano muerto y siempre sienta que le falta algo, que no está completo… elementos como la melancolía, la tristeza o conductas autodestructivas le harán mucho daño, pues nota inconscientemente que no tiene derecho a la vida…

¿Qué derecho tengo yo a vivir si otro murió para que yo naciera?

Y si el no paga la deuda, sus descendientes lo harán.

Todas las mentiras y ocultaciones, resurgirán para ser resueltas.

Asesinatos, robos, faltas graves de respeto a nuestros semejantes… todo reaparece y alguien ha de resolverlo.

-Otro ejemplo muy cercano:

Alguien hereda o recibe un gran legado debido a la muerte prematura e injusta, el alejamiento o la expulsión del sistema familiar de otro miembro del clan.

El ha de pagar por algo que ha recibido sin merecerlo, a costa de lo que le han quitado a otros.

Y si no lo hace, los suyos, sus descendientes, tendrán que hacerlo en su lugar.

Insisto, todo se paga, todo se compensa, todo se equilibra dentro del sistema.

De manera inconsciente, el sistema familiar tenderá a restaurar la justicia dentro del mismo, de tal modo que mucho de lo que nos pasa, quizá no es nuestro, aunque sí que es nuestra responsabilidad resolverlo con el mayor amor posible, lo cual, no siempre es fácil.

LEALTAD INCONSCIENTE Y PARADÓJICA

La Lealtad hacia la familia de origen parte de Leyes Paradójica.

Lo que se ve no es lo que está por debajo.

Lo que parece no es lo que es.

Dos personas que parecen odiarse muchísimo, un padre y un hijo, por ejemplo, pueden, en el fondo, ser más leales el uno al otro, de lo que la gente imagina.

Un miembro de la familia que es un delincuente puede ser el más fiel a la familia de todo el sistema.

El que es declarado loco quizá es el más honesto, auténtico y valiente de todos los miembros de su clan, el más lúcido, el que se da cuenta de las cosas.

De hecho es posible que enferme para intentar que los demás abran los ojos.

Un mártir, una mujer o un hombre muy sufrientes y sacrificados por los demás, pueden en realidad estar ejerciendo un gran control sobre el resto de los miembros de su familia, haciéndoles sentir culpables y no dejándoles libertad para liberarse de su influjo.

A veces las víctimas tienen mucho más poder en la familia que el mandón exigente y gritón que parece ser (solo lo parece) el que tiene el poder y control del clan.

Alguien constantemente enfermo que debe ser cuidado por los otros es alguien que busca que se hagan cargo de él… que le paguen algo que le deben a él o a un ancestro.

Dos personas que se odian en el seno familiar pueden en realidad estar siendo muy leales el uno al otro y defender la misma causa.

Y luego están los pactos no verbalizados:

Una mujer es infeliz debido a su lealtad a la infelicidad de su madre, enfadada con los varones, enfadada con la vida y con el modo en que ésta la ha tratado.

Alguna de sus hijas, por amor inconsciente a ella, perpetuará en su vida ésta infelicidad. Incluso aunque se lleve mal con su madre, tengan continuas peleas y dejen de hablarse mucho tiempo, la hija es leal a la infelicidad su progenitora y, aunque conscientemente parece luchar por ser feliz y trata de abrirse camino en la vida, inconscientemente elige relaciones que, con el tiempo, no funcionarán, practica conductas que a la larga al autodestruirán y solo la harán daño… así se manifiesta su lealtad.

Porque, en el fondo, hay una gran lealtad, un gran amor ciego a aquellos que nos trajeron al mundo, incluso aunque les odiemos, no nos hablemos con ellos o nuestra relación sea distante o inexistente.

Creemos conocer las causas y las respuestas, pero no sabemos NADA.

Nuestra mente consciente – y nuestro inmenso e inútil ego- cree conocer las respuestas a nuestros problemas, pero no tiene ni la menor idea, ni la más mínima idea de lo que está sucediendo en realidad por debajo de esas apariencias.

NADA ES LO QUE PARECE.

Se puede ser leal a un muerto y para ello ni siquiera hace falta haberle conocido o saber su nombre o algo sobre su vida.

Y sin embargo nuestra vida será de manera inconsciente, un velatorio constante.

Se puede estar reparando un asesinato cometido hace tres generaciones del que nuestro consciente no sabe nada.

Podemos estar sufriendo el dolor en nuestro cuerpo que debería haber padecido el causante de causar dolores terribles en miembros de la familia o en otras personas hace varias generaciones.

¿Qué puedo hacer si intuyo o se que estoy tengo una lealtad familiar a un ancestro?

Para empezar, no hay nadie que esté libre de lealtades familiares, pactos no verbalizados y tareas kármicas por resolver… asi que si eres de los que piensa que a ti no te pasa nada… si no quieres saber nada el tema… Dormido@ vas.

Para poder desentrañar los nudos familiares es fundamental, IMPRESCINDIBLE, conocer el propio genograma familiar, el árbol genealógico.

Conocer tanto los nombres, como las fechas de nacimiento y muerte, como los abortos, que acabarán reapareciendo en las vidas de las generaciones posteriores.

Los abortos son extremadamente importantes… una vida que no llegó a cuajar siempre tiene consecuencias en nosotros y en los demás.

Se viven con culpa, se debe hacer un duelo, darles su lugar en nuestra familia y no permitir que su energía, que suele estar colapsada e incorpora rabia y tristeza por haber sido olvidad@, por no haber nacido, nos haga daño o se lo haga a nuestros hijos y nietos.

No sirve de nada vivir de espaldas a éstos problemas, porque de todo aquello que no nos hagamos responsables, se tendrán que encargar otros, nuestros descendientes, nuestros hijos, sobrinos, nietos.

Nada escapa al orden del sistema y el orden incorpora Justicia.

No obstante, el mismo amor que enfermó, cuando se vuelve consciente, es el que posee la fuerza y sabiduría de la solución; las lealtades invisibles emergen durante la configuración de las Constelaciones Familiares.

Se busca en el sistema a las personas excluidas, las olvidadas, las difamadas, las no honradas, las tratadas con injusticia, las que se fueron para ceder su espacio a otras y las que sufrieron vidas particularmente difíciles.

Con Amor y Justicia todo se resuelve.

Con Perdón, con Afecto, dando a cada cual su lugar, el respeto que se merece y lo que es suyo y le corresponde.

Encárgate que no te quede ni rencor ni pena profunda, no te canses de buscar a pesar de que te oculten o no te quieren dar información, siempre llega de alguna manera el momento de que las piezas se acomoden.

Namasté 🙏⭐🧙‍♂️

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