Etttereo

Etttereo Si no ardes por algo o por alguien, si nada te sacude hasta el alma, si apenas te llega el entusiasmo, vas mal, algo te detiene, vives a medias. W. R. Etéreo.

BIENVENIDO/A

Atentamente

Tadeo Ortega / tgortega Para leer y perdernos en la inmensidad. La grandeza de la escritura es posible gracias a nuestra diminuta existencia.

¡Encontrémonos perdiéndonos!

Neanderthales CánidosNo buscaba compañía en mi senda de sombras,pero el destino, burlón y audaz, forjó lazos en llamas.N...
21/03/2025

Neanderthales Cánidos

No buscaba compañía en mi senda de sombras,
pero el destino, burlón y audaz, forjó lazos en llamas.
Nos hallamos como lobos que huelen tormentas,
cada uno un caos, un huracán con nombre,
exiliados de lo dócil, negados al hambre
de ser solo sombras en un mundo que calla.

No fuimos llamados, fuimos marcados,
como piedras que rompen el curso del río,
como llamas que niegan morir con el frío,
como raíces que quiebran la faz del asfalto,
somos el eco que el mundo temió.

Éramos filos desenvainados en la era del miedo,
ídolos rotos que al polvo no caen,
silencios que gritan verdades de hierro,
un pacto sin letras, un eco sin tiempo.

Como el río que ríe del cauce impuesto,
como el fuego que al viento no pide permiso,
como el águila que en vértigo encuentra su reino,
nos vimos de frente, sin jaula ni abismo,
y supimos que el alma no existe en rebaños.

Nos llamarán fieras, herejes, errantes,
nos dirán que la manada es refugio y no cárcel,
pero danzamos con lobos, no con los corderos,
bebiéndonos noches que nadie comprende,
pues no todo lo libre es solitario,
ni todo lo unido es razón de cadenas.

No éramos ovejas, ni quisimos serlo,
nacimos lobos, de colmillo y temple,
sin miedo a la cumbre, sin tregua en la herida,
pues la llama más pura solo arde en la guerra,
y la fe más sincera se templa en la ruina.

Nos llaman irreverentes porque no doblamos la frente,
porque nuestra lengua es fuego y nuestras manos son hierro,
pero solo el que teme su propia sombra
se espanta del hombre que es dueño de sí.

Hemos sido fieras en mil madrugadas,
espadas desnudas en tiempos de niebla,
preguntas que sangran en muros sin alma.
Nos reímos de lo fácil, escupimos lo tibio,
pues la grandeza no nace en la brisa,
sino en el filo brutal de la tormenta.

Y en ese fuego, hermano mío,
en esa guerra que nunca se duerme,
descubrimos que la hermandad no es sangre, sino cicatriz,
no es cuna, sino el crisol donde ardemos hasta ser oro puro.

Hemos caído mil veces y mil veces nos alzamos,
como el sol que muere solo para renacer,
como la montaña que desafía los siglos,
como el trueno que rompe la noche sin miedo.

No seguimos banderas, somos la bandera,
no buscamos refugio, somos la fortaleza,
raíces profundas, fuego y acero,
unidos por algo más fuerte que el tiempo:
la voluntad de ser más, de ser todo, de ser eternos.

Y si un día nos toca despedirnos,
que no haya lamentos, ni lágrimas necias,
pues nos hallaremos en la próxima guerra,
en la siguiente vida,
y una vez más, sin decirlo,
sabré que eres un genuino cánido.

destacados TG Ortega Grijalva

Cargando sombrasHe visto a quienes caminan doblados,no por los años, no por el tiempo,sino por un peso nunca soltado,una...
17/03/2025

Cargando sombras

He visto a quienes caminan doblados,
no por los años, no por el tiempo,
sino por un peso nunca soltado,
una sombra cosida a sus huesos.

Son hijos de un invierno perpetuo,
raíces de historias que nunca crecieron,
habitantes de un suelo desierto
donde la tierra del alma jamás floreció.

Llevan en sus ojos una herida dormida,
un eco lejano de voces que hieren,
y en sus manos, una herencia maldita
de caricias que fueron ausencias.

Fueron niños con hambre de abrigo,
de nombres susurrados con amor,
pero crecieron con el frío enemigo
de promesas quebradas sin redención.

Los he visto buscar en la brisa
una paz que el viento no sabe dar,
aferrarse al dolor y rencor como un ancla
mientras el tiempo los deja atrás.

Y aunque la vida les grita su urgencia,
aunque el sol los invita a mirar,
siguen contando las mismas ausencias,
siguen sangrando donde ya no hay puñal.

Tal vez el perdón sea un acto de fuego,
un incendio en la casa del ayer,
pero ¿quién se atreve a soltar lo que odia
si lo odia por miedo a volver a caer?

Los que cargan sombras no ven primaveras,
construyen con lágrimas muros de sal,
y en su negación de dejar lo que pesa
se pierden de todo lo que es por llegar.

Hay que soltar, sin mirar atrás.
Hay que vivir con libertad.
Sin culpas ni acusaciones,
soltando, luchando y amando... en la verdad.

destacados TG Ortega Grijalva

RASTROS DEL FÉNIXSoy el eco de un dios que olvida su nombre,un hálito errante en la boca del viento,una espiga que danza...
14/03/2025

RASTROS DEL FÉNIX

Soy el eco de un dios que olvida su nombre,
un hálito errante en la boca del viento,
una espiga que danza en un campo en ruinas,
un ala que duda si roza el cemento.

La voz de la sombra me canta al oído,
con sal en la lengua y filo en la piel,
tejiendo con hilos de noche y vacío
una jaula de aire, un círculo cruel.

Me nombra con ritos de vieja derrota,
con signos grabados en mi corazón,
y dice que caiga, que arrastre mis restos,
que olvide la luz, que me abrace al dolor.

Pero hay algo en mí que no se arrodilla,
un átomo eterno, un verbo en la piel,
una chispa antigua que muerde la sombra,
un fuego imposible que vuelve a nacer.

Soy voz en la niebla, soy raíz en mármol,
el trueno que ruge, la ola al final,
y cuando la duda me clava su espina,
mis ruinas se alzan buscando el umbral.

Porque es la caída un beso del cosmos,
un grito de origen, un pulso inmortal,
la muerte es un eco, no es más que un bostezo,
y el fin es la forma de resucitar.

Así me desplomo, así me levanto,
soy brasa que insiste en arder sin cesar,
y aunque las cenizas me pesen los pasos,
sé que tras la sombra se esconde el altar.

Si todo en el mundo renace y se enciende,
si el sol es un fénix que vuelve a estallar,
¿por qué temer fuego si es luz y es origen?,
¿por qué amar la ruina y temer caminar?

Que sigan los gritos del miedo en la mente,
que canten sus fábulas, que ardan en mí,
seré la ceniza, seré la tormenta,
seré lo que vive, seré lo que fui.

destacados TG Ortega Grijalva

Plomo y arenaSoy la calma que tanto esperaste,el alba encendida en tu noche callada,la piel que tocaste temblando de mie...
14/03/2025

Plomo y arena

Soy la calma que tanto esperaste,
el alba encendida en tu noche callada,
la piel que tocaste temblando de miedo,
y el puerto seguro en tu mar de nada.

Me llamaste el sueño que siempre esperaste,
la luz en la sombra, la paz en tu piel,
pero aunque en mis brazos de amor despertaste,
sigues corriendo, no sé por qué.

Te doy mi pecho, mi fuego y mi aliento,
Soy tierra dispuesta a sembrar el sol,
pero el viento que habita el alma furtiva
olvida el poder de la absolución.

Se siente el miedo que danza con cada caricia,
como el lobo hambriento que teme al hogar,
y aunque amas mi voz como un salmo en la noche,
tu sombra vence tu impulso de amar.

Te vas constante, sin gritos, sin guerra ni llanto,
sin nada que arda ni huellas que hablar,
como un río que sueña con ver el océano
pero teme ahogarse si alcanza a llegar.

No te detengo, lo juro en mis venas,
Sé la lucha que libras en ti,
al ver que el miedo gana la guerra,
solté la esperanza que un día tejí.

Corres y corres, aunque sabes mis brazos,
Conoces mi voz y mi modo de amar,
pero el miedo es un dios con manos de plomo
que ata latidos y no deja saltar.

Ojalá y regreses de nuevo,
Aunque sea descalza y callada, como un eco gris,
te abrazaré con la misma ternura, e intenso denuedo,
sin una pizca de miedo, si decides volverte a ir.

destacados TG Ortega Grijalva

CegueraLevanta con sus manos temblorosaslos muros que anhela, los sueños que nombra,como un dios artesano forjando su te...
13/03/2025

Ceguera

Levanta con sus manos temblorosas
los muros que anhela, los sueños que nombra,
como un dios artesano forjando su templo,
como un niño que juega con torres de sombra.

Aunque la vida ofrece sus piedras,
cuando el viento le canta los nombres del alba,
su otra mano deshace sus obras,
derriba sus torres, las vuelve fantasma.

Le traigo el amor como un río sin dueño,
como luz de poniente bañando su piel,
pero alza murallas de polvo y de miedo,
y deja mi beso perderse en su ayer.

Tierra sedienta clamando la lluvia,
y cuando ella llega, se vierte en el suelo,
árbol que ansía el viento del cielo,
pero corta sus hojas y dobla su vuelo.

Veo brillar como un astro en la cumbre,
y luego apagarse en su propio temor,
como Ícaro huyendo del fuego del día,
como Lázaro mu**to en su propio rencor.

La vida ofrece caminos abiertos,
pero clava sus pies en la arena del tiempo,
yo extiendo mis brazos, le llamo, le espero,
pero en su silencio me vuelvo desierto.

Aún así, cada día trae la aurora,
cada día le recuerdo que existe el azul,
y quizás, cuando el miedo le suelte las alas,
seré el horizonte que aprenda a mirar.

destacados TG Ortega Grijalva

El Banquete y la CruzMe hablaste, Señor, en parábolas vivas,con la voz del alba y el juicio del sol.Hablaste de bodas, d...
05/03/2025

El Banquete y la Cruz

Me hablaste, Señor, en parábolas vivas,
con la voz del alba y el juicio del sol.
Hablaste de bodas, de mesas tendidas,
del precio que tiene seguirte, mi Dios.

Dijiste: “El Reino es un gran banquete,
pero pocos llegan, pocos son fieles.
Llamé a los sabios, llamé a los fuertes,
y en sus excusas sellaron su suerte.”

Y veo al mundo, con mesas doradas,
sentados reyes de gloria fugaz,
que temen perder lo que nunca es suyo,
que compran sombras, que buscan paz.

Mas tú, Señor, llamaste a otros,
a los cojos, los ciegos, los pobres de piel,
a los que el mundo dejó en la calle,
pero en sus almas sembraste un Edén.

Y entonces entendí tu misterio oculto:
el precio es alto, la senda es cruel.
No basta el hambre, ni un paso incierto,
quien quiere el Reino, se entrega a Él.

Dijiste: “Si quieres seguir mi estela,
deja tu casa, renuncia al yo.
Nadie construye sin medir antes,
nadie batalla sin su corazón.”

Y vi mi vida como una torre,
cimentada en sueños de polvo y azar,
vi mis guerras, mi causa errante,
vi mi amor propio como un altar.

¿Qué es el honor si no es por Ti?
¿Qué es la gloria si no es la Cruz?
Si el grano muere, da fruto eterno,
si el grano vive, perece en luz.

Duro mensaje, filo de espada,
que hiere el alma, que prueba el ser.
Más, si me llamas, yo doy mi carga,
porque perderte es perderlo todo.
Porque seguirte… es renacer.

destacados

HilosNo fue el azar, no fue el olvido,fue la vida enredando sus hilos.Te vi… y el mundo, callado y rendido,susurró en el...
05/03/2025

Hilos

No fue el azar, no fue el olvido,
fue la vida enredando sus hilos.
Te vi… y el mundo, callado y rendido,
susurró en el viento un viejo latido.

Te vi… y el mundo perdió su peso,
como si el tiempo jugara a engañar.
Tu voz—un eco de un viejo universo—
despertó mi alma que quería olvidar.

Años atrás, en caminos distintos,
fuimos ceniza de un fuego apagado.
Pero hoy, de pronto, sin previo aviso,
eres un viento que quiebra mi paso.

Tus ojos—dos lunas de selva indomable—
brillan con furia, con sombra y con sol.
Eres la tierra que nunca se rinde,
eres relámpago, roca y tambor.

Pantera oscura de piel dorada,
sigilosa y fuerte, de sangre real,
que ruge al miedo, que amenza el alba,
y nunca deja su instinto callar.

Tus manos no tiemblan, tus pasos no dudan,
desafías la vida con labios de fuego,
y en tu piel se entrelazan historias y cicatrices
como en la corteza de un árbol eterno.

Te vi y el mundo se detuvo,
como un reloj que olvidó avanzar.
Eras un eco, un rayo nocturno,
un anhelo volviendo a brillar.

destacados

ACLARO: "Esta reflexión era para mi bitácora hace algunos años, pero he querido compartirla, por si le sirve a alguna pe...
07/02/2025

ACLARO: "Esta reflexión era para mi bitácora hace algunos años, pero he querido compartirla, por si le sirve a alguna persona"

LA CUEVA

1era. de Reyes 19:9. Allí entró en una cueva y pasó en ella[g] la noche; y he aquí, vino a él la palabra del Señor, y Él le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?

Me ha tocado atravesar momentos difíciles en mi vida, y esos momentos me enfrentaron a tomar decisiones, y estas me hicieron sentir por mucho tiempo dentro de una cueva. Momentos que me hicieron sentir como una presa siéndo cazado por la vida, con un precio sobre mi cabeza, como un forajido.

¿Alguna vez te has sentido sólo en la oscuridad? ¿Te has sentado a llorar sin saber por qué? Inclusive ¿Has vivido momentos de profunda soledad en medio de un gran aparente éxito?
Hoy cometí el bendito error de ver la película Milagros desde el Cielo, una película que me llevó a recordar con mucha nostalgia la vida de mi hija Nicole, y no pude evitar el derramar un mar de lágrimas mientras la veía, pero cual masoquista no podía dejar de verla. Es curioso, ya que, como dice la Biblia, la sabiduría está en todos lados, y uno no imagina que encontraría algún sentido o algún mensaje esperanzador en medio de una producción como ésta, más allá de simple entretenimiento. Recordaba con locura las imágenes de la última semana que vivimos con mi Nicole, mi dulce princesa, me bella garrapata, mi dulce catarina. Recordando el sonido de su voz, de su carcajadas y ocurrencias, así como, sus dolores, sus quejidos, y veía un reflejo de mi rostro en loca desesperación ante la impotencia de no poder hacer nada por ella, la profunda agonía de querer cambiarle el lugar y ponerme por ella esa enfermedad. Hubiera dado mi vida para que ella estuviera bien.

Al parecer, la gran idea que la gente tiene y siempre tendrá, es que Dios ganó un gran baluarte, que fue reclutada mi hija para estar en un mejor lugar… Y realmente creo eso, y pues si yo fuera Dios, la quisiera también tener conmigo.

El día de su partida me metí a una cueva.

Lo repito,, desde ese día me metí a una cueva, sin comprender la dimensión de mi decisión, creo que fue inconsciente… cual nadador experto comencé a flotar en mi vida, a hacer lo que tenía que hacer y debía de hacer… comencé a simplemente dejar las cosas que me estorbaban y en las cuales no creía más. Me fui metiendo más y más en la cueva, en su oscuridad, pues me di cuenta que el dolor de su pérdida era tan grande que si me acercaba a la luz mis ojos llorosos se empezarían a notar… y me daba miedo ser vulnerable Me daba miedo quebrarme ante la vida.

La apatía llego con cada paso que daba hacía el interior de ese lugar oscuro, y con cada paso se reforzaba el miedo que me daba su ausencia… He llegado al punto en mi vida a once años de su pérdida y reconocer que el dolor de su partida, fue devastador, en gran parte porque así es el perder a un ser amado, pero por otro lado porque lo permití que poco a poco fuera matándomelas todo de mí. Hasta un punto donde las cosas ya no sabían igual, donde simplemente tuve que aprender a vivir de otra manera, en una nueva normalidad.

Escucho la voz de Dios una y otra vez que me dice “¿Qué haces aquí?, camina, sal de este lugar, ¿A caso te quedarás aquí para siempre?”. “Acaso dejarás que te siga alimentando por cuervos” Es fácil perderse en la cueva, en lo oscuro, en uno mismo… Pues el dolor te paraliza, la nostalgia de todo lo perdido, de todo lo sufrido…

Al ver esta película Dios me volvió a recordar que cuando permitió que entrara en esa cueva oscura y lúgubre, fue para descansar, no para morar; que Él estuvo y ha estado en los pequeños detalles, aunque no lo sintiera, y que incluso se quedó allí conmigo cuando decidí quedarme a vivir.

Busco el valor para ponerme sobre mis pies… veo que están sin fuerzas, que mis piernas han perdido su vigor, que se han flaqueado, que por más que lo intento mis músculos se han atrofiado… Con cada paso que doy hacía la salida, voy decidiéndo uno a uno borrar los comentarios y situaciones de amigos, familia y líderes ignorantes, indolentes y por qué no decirlo idiotas o estúpidos, decidiendo perdonar cada acción y palabras que hicieron más dolorosa su pérdida y empiezo a introducir y darle fuerzas en mi mente a las bellas palabras y acciones de esas personas que fueron una extensión del amor de Dios.

Llegué a pensar que por todo lo vivido antes de Nicole, tendría un callo que me hacía inmune al dolor, creí que era fuerte, creí que podía con el dolor, con la ausencia, con la pérdida, y ahora me doy cuenta que no es así… Fui un necio al pensar que era fuerte, que podía sostener un barco, una torre o una ciudad entera… Me doy cuenta que soy tan débil como una espiga y que al reconocer mi debilidad puedo empezar a ser fuerte…

Sigo dando pasos, sintiendo que la adrenalina recorre mi cuerpo, veo a lo lejos un rayo de luz que penetra en la cueva, se ve, me siento con la esperanza de que llegaré a Él. Veo que mis manos comienzan a orientarse y buscar sostenerse de la orilla de la prisión que yo mismo elegí usarla como refugio…

No quiero una cueva para mi vida, no quiero una oscuridad eterna, no quiero seguir huyendo, escucho su voz “¿Qué haces aquí?”, y empieza mi interior a gritarlo también, y una respuesta emerge como un brote de agua y contesta, “no lo se, sólo pensé que sería un buen lugar para esconderme, nunca pensé que sería mi prisión”…

Sigo caminando, falta poco para la luz, empiezo a entender que siempre ha habido milagros del cielo que me siguen proveyendo el recordatorio de que Dios siempre ha estado allí y que siempre lo estará, siento que casi llego, casi toco esa luz, siento que la salida está cerca…

destacados TG Ortega Grijalva

Desde la raíz rota.Soy como el árbol que al cielo se estira,aunque sus raíces sangren bajo la tierra,llevando el peso de...
24/01/2025

Desde la raíz rota.

Soy como el árbol que al cielo se estira,
aunque sus raíces sangren bajo la tierra,
llevando el peso de la tormenta antigua
que nunca fue lluvia, sino guerra.

Veo a las almas actuar desde su grieta,
como ríos que se quiebran en su cauce,
desbordando sus miedos, como lava inquieta,
quemando todo lo que alcanza y que yace.

Hay quienes caminan con el alma herida,
cargando un hueco que nunca se llena,
y desde esa falta, como tierra baldía,
ofrecen espinas en lugar de caricia plena.

Lastiman con manos que piden calor,
porque el frío en sus huesos no encuentra salida,
y cada palabra que escupen, con dolor,
es un reflejo de su propia alma herida.

Son como el viento que arrastra cenizas,
nunca buscando, más bien reclamando;
sus actos son nubes que nunca se fijan
en el cielo azul que están apagando.

Desde su carencia, hieren profundo,
porque olvidaron cómo sembrar;
y como ríos secos, que ya no son fecundos,
saben destruir, arrollar y arrastrar.

El bosque, herido, sigue de pie,
aunque las hachas lo golpeen sin tregua;
así resiste quien no cede su fe,
aunque el vacío ajeno lo niegue y lo quiebra.

Actúan con hambre, pero no de alimento,
sino de un amor que se resisten a aceptar;
y en su carencia, como piedra al viento,
lanzan su dolor por miedo a amar.

Pero yo veo más allá del golpe,
de las palabras que cortan como cristal.
Son ramas caídas que buscan su norte,
un eco del vacío, triste y mortal.

Y aunque su dolor me manche la piel,
yo elijo crecer, como el roble en la altura,
porque el vacío que hieren, cruel con sabor a hiel,
es una prisión que ruega llenura.

destacados TG Ortega Grijalva

HumanoInspirado en “Humano, demasiado humano”, de Friedrich Nietzsche.En la oscuridad de mi ser dormido,mi alma despiert...
21/01/2025

Humano
Inspirado en “Humano, demasiado humano”, de Friedrich Nietzsche.

En la oscuridad de mi ser dormido,
mi alma despierta, mas no ha comprendido,
que la verdad no es luz, ni sombra hallada,
sino el eco sutil de la nada oscura creada.

¿Qué es el bien?, me grita el tiempo frío,
¿Qué es el mal?, murmura el viento mío.
Y en el filo de la duda infinita,
mi ser se quiebra, cuando la mente lo agita.

Descubro que en mi alma, tan ansiosa de cielo,
se forjan cadenas que adornan su duelo.
Dioses y mitos, ideas cautivas,
del miedo al vacío, raíces furtivas.

Oh, humano, tan frágil, tan torpe y celoso,
que busca el sentido en lo ominoso.
¿Es virtud la moral o pura costumbre?
¿Es pecado la carne o su propia lumbre?

Yo, que camino entre sombras y días,
veo en la verdad mil travesías.
No es virtud quien cede al deber ajeno,
ni es maldad amar lo propio y terreno.

Así me proclamo, un libre pensador,
sin dioses, sin leyes, sin falso ardor.
Humano fútil, demasiado humano, soy,
el peso del mundo en mi hombro doy.

Ya que en este juego de luz y sentido,
la vida es apenas un doloroso sueño perdido.
Y yo, que no soy más que polvo fugaz,
reír en el abismo, será mi única paz.

destacados TG Ortega Grijalva

Para David (19 Años).Hoy te miro, hijo mío, y el corazón se llena,como un campo que despierta al beso de la primavera.Er...
18/01/2025

Para David (19 Años).

Hoy te miro, hijo mío, y el corazón se llena,
como un campo que despierta al beso de la primavera.
Eres el roble que planté con manos temblorosas,
y ahora te alzas, firme, entre las galaxias hermosas.

Cuando llegaste, eras apenas un destello,
un lucero que amaneció en mi cielo.
Te sostuve, pequeño, como el río a su cauce,
y en cada paso tuyo aprendí que el amor nunca se desborda ni se cansa.

Hoy, en tus 19 años, veo un hombre en plenitud,
un guerrero de la vida, con fuerza y virtud.
Tu honradez, hijo, es como el brillo del oro puro,
y tu esfuerzo, la corriente que atraviesa el muro.

Eres como el sol que se levanta sin titubeos,
como el águila que vuela alto, con fe y sueños.
Tu temor a Dios, la raíz que da vida al árbol,
y tus principios, las ramas que desafían los años.

Te he enseñado que la vida es un vasto sendero,
que las piedras te forjan y el esfuerzo es primero.
Hoy veo en tus manos el fruto del trabajo,
y en tu mirada la luz de quien nunca se rinde ante el desamparo.

Eres mi orgullo, mi herencia, mi más alta canción,
como un himno que resuena en el eco del corazón.
Cada día contigo ha sido como sembrar un jardín,
y ahora floreces, hijo, como un roble sin fin.

Que nunca te falte la fe que guía tu paso,
ni el valor de enfrentarte al viento que sopla al ocaso.
Sigue siendo noble, fuerte y sabio en tu andar,
y recuerda, hijo, que en mi amor siempre hallarás tu hogar.

Hoy celebro el hombre en el que te has convertido,
pero también al niño que en mis brazos ha vivido.
Eres mi legado, mi mejor obra en la vida,
y ser tu padre, hijo mío, es mi mayor dicha cumplida.

destacados TG Ortega Grijalva

El Arte de adaptar en amor un mensaje.  (Inspirado en Pablo y los Poetas Griegos)En la vastedad del pensamiento humano,d...
15/01/2025

El Arte de adaptar en amor un mensaje.
(Inspirado en Pablo y los Poetas Griegos)

En la vastedad del pensamiento humano,
donde las ideas chocan como olas sin dueño,
surge el puente invisible del amor soberano,
que escucha, traduce, y teje un sueño.

Adaptarse no es perderse en el otro,
es un acto de audaz sensibilidad,
donde el alma se inclina, pero no se quiebra,
y aprende a danzar en la diversidad.

Así lo hizo Pablo, apóstol del Cielo,
en Atenas, entre dioses de piedra y bronce,
con un corazón que, lejos de hielo,
miró lo eterno tras los montes.

Hablar no es gritar desde un monte distante,
es descender con humildad al valle común,
y Pablo, en su palabra brillante,
se encarnó en su pensar y les tendió la luz.

Tomó versos de Arato, poeta de los cielos,
que cantó a Zeus en su poema Fenómenos:
“Porque en Él vivimos, nos movemos y somos”,
de un canto pagano, hizo un eco eterno.

De un canto a Zeus, hizo un himno al Creador,
cambiando ídolos por el Dios vivo,
y en palabras prestadas sembró el amor
en un terreno fértil, aún cautivo.

Porque amar no es imponer lo que se sabe,
es vestirse del otro sin perder la verdad,
es tomar su idioma y sus claves,
y sembrar en su tierra la eternidad.

El mensaje se tiñe de quien lo escucha,
y el emisor se vuelve artista del alma,
enhebra los hilos de historias y luchas,
y crea una verdad que al otro desarma.

Porque el contexto no es solo un marco vacío,
es la cuna donde el mensaje respira y crece,
y en la empatía que une lo mío y lo tuyo,
el amor se revela, se vive, y florece.

Así, Pablo hizo del Areópago un altar,
donde el Dios desconocido halló su lugar,
y con las palabras de un poeta mortal,
mostró que en Él vivimos, nos movemos y somos,
porque el amor puede todo transformar.

destacados TG Ortega Grijalva

“La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos.” Horacio. Vivo es...
12/01/2025

“La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos.” Horacio.

Vivo esta frase con cada fibra de mi ser. No es una idea abstracta ni un pensamiento lejano; es una verdad que se despliega al atravesar esos momentos… esos que intentan dejarte sin aliento. Pero con la frente en alto y el corazón lleno de pasión, continúo.

Uno debe despertar con la entereza de entender que la prueba es una oportunidad, no un obstáculo. Aunque el cuerpo enfrente el desafío constante, nuestro ser no está diseñado para rendirse. La vida misma nos empuja a crecer, a reinventarnos, a encontrar la fuerza dentro de nosotros que ni sabíamos que existía.

Pienso en Horacio, el poeta romano, cuya frase atraviesa siglos para recordarnos que la verdadera grandeza surge en la adversidad. Él vivió en tiempos turbulentos, en una Roma marcada por guerras civiles y cambios profundos. Sin embargo, en medio de esas tormentas, escribió sobre la templanza, la virtud y el aprendizaje en el caos. Horacio nos invita a enfrentar la vida con valor, a no temer la lucha, porque en ella se forjan las almas más fuertes y se despiertan los talentos más profundos.

¿Sabías que las ostras producen perlas como respuesta a la adversidad? Cuando un grano de arena las irrita, en lugar de rendirse, lo recubren con nácar, creando algo precioso. Es un recordatorio de que, como las ostras y como Horacio, también podemos transformar lo que nos lastima en algo hermoso y valioso.

Me sorprendo al darme cuenta de que esta experiencia me enseña cosas nuevas cada día. Me ha regalado una paciencia que nunca había practicado, una gratitud que ahora encuentro en los detalles más simples y una conexión más profunda con quienes me rodean. Estoy aprendiendo a escuchar más, a abrazar con más intención, a vivir con más profundidad.

Hoy no me siento derrotado, me siento desafiado. Las pruebas no nos definen, pero nos moldean. Como Horacio escribió en su tiempo y las ostras nos enseñan en la naturaleza, la adversidad no es el fin; es el comienzo de algo que puede brillar para siempre.

destacados TG Ortega Grijalva

“No todos somos fugaces, algunos ardemos para siempre.” Esa frase me atraviesa como una verdad que me reta a mirarme al ...
02/01/2025

“No todos somos fugaces, algunos ardemos para siempre.”

Esa frase me atraviesa como una verdad que me reta a mirarme al espejo y cuestionarme: ¿qué tipo de llama soy? ¿Soy solo un destello pasajero, destinado a apagarse sin dejar rastro, o soy un fuego que arde más allá de mí mismo, capaz de iluminar y calentar incluso cuando ya no esté?

Desde la psicología, entiendo que la búsqueda de propósito es esencial. Martin Seligman hablaba del significado como uno de los pilares fundamentales del bienestar. La gente que encuentra un propósito más allá de sí misma, que conecta su vida con algo más grande, suele ser esa que arde para siempre. No se trata de grandes hazañas o fama eterna; a veces, basta con un gesto, una palabra, una acción que transforme el mundo de alguien más. Eso es lo que quiero ser: un fuego constante, no una chispa efímera.

Pienso en Carl Jung y su idea del “proceso de individuación”. Ese camino hacia la autenticidad, hacia convertirme en quien realmente soy, me hace reflexionar sobre el tipo de impacto que quiero dejar. No quiero que mi vida sea un cúmulo de momentos vacíos; quiero que cada día sea una llama que deje un calor que perdure, no solo en mí, sino en las vidas de los demás.

Jorge Luis Borges decía: “Somos el río que fluye, somos el tiempo. Su esencia no puede detenerse.” Esa idea me consuela y me inspira. Aunque mi tiempo en este mundo sea limitado, mi esencia, mis acciones, mis palabras, tienen el poder de convertirse en algo eterno. Una sonrisa que consuela, un consejo que guía, una presencia que ilumina en la oscuridad… todo eso tiene la capacidad de permanecer mucho más allá de mi último aliento.

Elijo arder para siempre, no en el sentido de buscar la inmortalidad en grandes logros, sino en los pequeños momentos que construyen mi legado. Quiero que quienes compartan mi fuego se sientan más cálidos, más vivos, más completos. Porque, al final, no es la duración de la llama lo que importa, sino cuánto calor fue capaz de dar mientras ardía.

destacados TG Ortega Grijalva

CONEXIÓNHay momentos en los que me siento como un árbol solitario en medio del desierto. Resisto bajo el sol abrasador, ...
17/12/2024

CONEXIÓN

Hay momentos en los que me siento como un árbol solitario en medio del desierto. Resisto bajo el sol abrasador, pero mis raíces buscan, desesperadas, una fuente de agua que nunca parece llegar. En el fondo, sé que no es el suelo lo que está seco, sino mi alma, anhelando la frescura de una conexión verdadera, una que nutra y fortalezca.

C.S. Lewis decía: “La amistad nace en el momento en que una persona le dice a otra: ‘¿Tú también? Creí que era el único’”. Y en esas palabras hay una verdad tan simple como poderosa. No basta con estar rodeado de personas; el alma necesita encontrar aquellas que hablen el mismo idioma, que compartan sus preguntas más profundas, sus heridas más secretas y sus sueños más ambiciosos.

He llegado a entender que somos como jardines. Para florecer, necesitamos la luz de la empatía, el agua de la comprensión y el cuidado constante del amor genuino. Sin eso, marchitamos, aunque estemos físicamente vivos. Y es que el aislamiento emocional, según los estudios en psicología, puede ser tan dañino para la mente como lo es la falta de alimento para el cuerpo. Necesitamos el calor de las relaciones significativas para construir un sentido de pertenencia y fortalecer nuestra autoestima.

Pienso en los ríos que se bifurcan, pero al final encuentran su camino de vuelta al océano. De alguna forma, creo que nosotros también somos así. Estamos diseñados para buscar y regresar a aquello que nos llena. A veces, una conversación profunda, una sonrisa honesta o una presencia constante puede ser esa corriente que nos lleva al océano de lo humano.

Hoy me pregunto: ¿a quién nutro yo con mi tiempo y mi corazón? Porque si he aprendido algo en esta introspección, es que dar y recibir son el mismo acto cuando conectamos con alguien que ve en nosotros lo que a veces olvidamos ver en nosotros mismos. Al final, no solo buscamos sobrevivir; buscamos florecer, y para ello necesitamos el toque de almas que nos comprendan y nos completen.

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Querido amigo. Para Frank. Un abrazo al cielo. Todo parece un sueño,las horas pasan lentas, y el tiempo sin dueño.Te has...
09/11/2024

Querido amigo.

Para Frank. Un abrazo al cielo.

Todo parece un sueño,
las horas pasan lentas, y el tiempo sin dueño.
Te has adelantado, amigo, al último puerto,
dejándome aquí, con un espacio desierto.

Eras como un río, firme y profundo,
llevando en tu corriente el peso del mundo.
Una fuerza tranquila, callada, sin prisa,
en tus ojos había paz, en tu boca, risa.

Nunca fuiste de hablar de ti, de tus heridas,
mas fuiste abrigo en nuestras vidas.
Te costaba a veces mostrar tus dolores,
pero siempre tuviste tiempo para los temores
de quienes buscábamos en ti un consuelo,
en tu risa, el sol, en tu abrazo, el cielo.

Eras un roble, fuerte y erguido,
que en cada tormenta permanecía erguido.
Amigo, ¿acaso sabías? Eras refugio, eras paz,
el hombro en que todos hallaban solaz.

Con un corazón de padre, en tu andar sin ruido,
forjaste con ejemplos el mejor abrigo.
Nunca alzaste la voz, ni presumiste gloria,
pero en cada acto escribiste una historia.

Eras como el sol en un amanecer suave,
donde todo se aclara y el alma se lava.
Tu risa, un río que calmaba dolores,
un eco de vida, de luz y colores.

Hoy las palabras se me enredan al recordar
las tardes contigo, los ratos de charlar.
Hablar de la vida, de sueños, de metas,
y aunque no decías mucho, tenías respuestas.

En la quietud de tu presencia hallé un amigo,
un tesoro en la vida, un refugio antiguo.
Como un mar profundo, insondable y extenso,
dejaste un hueco inmenso, eterno y denso.

Eras viento, eras montaña, eras llama y roca,
una fuerza serena que nunca se apoca.
Y aunque ahora estás lejos, te siento tan cerca,
tu risa aún vibra, tu recuerdo, perla.

Fuiste un hombre sencillo, un alma sincera,
que en cada gesto dejaba una huella entera.
No buscabas aplausos, ni luces brillantes,
solo el amor de quienes fuiste constante.

Te veo luego querido amigo.

TG Ortega Grijalva Clínica Mirko Adicciones A.C.

Dirección

Hermosillo

Teléfono

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