22/09/2025
Pensé que mi vida era un absurdo.
«Yo también, como Baroja,
hubiese preferido
ser un hombre de acción.
no sé...
pilotar un mercante,
por ejemplo,
o atracar bancos,
o montar una guerrilla en algún sitio,
o, en fin, cualquier cosa,
salir en la tele
con el 𝘞𝘢𝘯𝘵𝘦𝘥 debajo.
Pero no:
ni guerrillas ni bancos
ni mercantes ni guantes ni hostias.
Padre de familia, camarero y poeta.
Así es la p**a vida».
―Karmelo C. Iribarren, 𝘖𝘵𝘳𝘢 𝘤𝘪𝘶𝘥𝘢𝘥, 𝘰𝘵𝘳𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 - 2011
Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 19 de septiembre de 1959) es un escritor y poeta español.
Empieza a leer muy pronto y vorazmente ("sobre todo novelitas de aventuras" según confiesa) y también empieza a trabajar pronto "de vendedor, de albañil, de encuestador, en fin, de todo". Y finalmente de camarero durante más de veinte años, aunque es a los trece cuando se pone por primera vez detrás de una barra "en una especie de residencia de ancianos".
Ni va a la universidad ni forma parte de ningún tipo de círculo o conventículo literario. "Eso sí, me he leído la Biblia en verso. Miles de libros".
Durante mucho tiempo no se decide a reunir en un volumen sus primeros versos, aunque aparecen poemas sueltos en distintos fanzines ya a partir de los últimos setenta. Sin embargo, una noche de 1989, destruye todo lo escrito hasta ese momento, con excepción de unos cuantos poemas de 1985 y 1986, que integra más tarde en sus libros.
En 1993, el Ateneo Obrero de Gijón incluye su plaquette Bares y noches en la colección de poesía Máquina de Sueños, dedicada a difundir la obra temprana de autores poco conocidos, lo que le anima a enviar el original de su primer libro, La condición urbana, al editor y también poeta Abelardo Linares. La sevillana editorial Renacimiento, de la que este es responsable, lo publica en 1995 y se convierte en su casa habitual en adelante.
Serie B y Desde el fondo de la barra, en 1998 y 1999, confirman que ha encontrado una voz propia. La crítica se apresura a catalogarlo junto a los representantes del realismo sucio, y es cierto que tanto Bukowski como Carver figuran entre sus referentes, pero es Luis Antonio de Villena quien subraya que ninguno de ellos lleva tan lejos como Iribarren la austeridad formal que conduce a una literatura casi desnuda, por lo que propone los términos minimalismo y realismo limpio como más adecuados a su caso. Claro que muchos también le cuentan entre los cultivadores de la poesía de la experiencia, grupo formado por autores de su generación al fin y al cabo, pero de quienes le alejan determinados aspectos como el apego de éstos a la métrica tradicional.
Con el nuevo siglo la poesía de Iribarren empieza a ser más conocida y apreciada, como prueban la antología de poemas traducidos al euskera Gainontzekoa, kontuak dira en 2000, y sobre todo La ciudad en 2002, que contiene una selección personal de su obra entre 1985 y 2001, incluyendo dieciséis inéditos. Este libro es el número dos de la popular colección Antologías de Renacimiento, que acaba de inaugaurarse con el de Luis García Montero y dedica los siguientes a la obra de, entre otros, Carlos Marzal, Juan Luis Panero, Claudio Rodríguez, Agustín de Foxá, Félix Grande, Andrés Trapiello o Roger Wolfe en 2007, volumen de cuya selección se ocupa el propio Iribarren y prologa Luis Alberto de Cuenca.
La tragedia
Karmelo C. Iribarren
No se quieren,
pero apenas se les nota.
Han hecho de ello,
de ocultar su tragedia,
la razón de su vida.
Son unos profesionales
de la desdicha.
Cuando se mueran
—y se despierten en el infierno—,
les parecerá un día normal.
―Karmelo C. Iribarren
Los bares
Karmelo C. Iribarren
Las ciudades se han puesto difíciles
últimamente,
son frías
y solitarias,
han perdido calidez,
pero aún nos quedan los bares,
esos sitios
oscuros
que se encienden
cuando se apaga todo lo demás,
esos rincones con alma,
con auténtico calor,
quién sabe
si ya el último refugio
desde el que abrir fuego otra vez.
―Karmelo C. Iribarren
Lo difícil
Karmelo C. Iribarren
Enamorarse es fácil.
Uno puede enamorarse
-sin demasiado esfuerzo-
varias veces al día,
a nada
que se lo proponga
y se mueva un poco por ahí;
y si es verano,
ni te cuento.
Enamorarse no tiene
mayor mérito.
Lo realmente difícil
-no conozco
ningún caso-
es salir entero
de una historia de amor.
— Karmelo C. Iribarren
En el último bar
Karmelo C. Iribarren
Y qué pasó
entonces.
Pasó una mujer.
Pero qué pasó.
Que era
de las que nunca
terminan
de pasar.
―-Karmelo C. Iribarren, de Poesía completa, 1993-2019
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Karmelo C. Iribarren (n.1959)🇪🇦