14/09/2025
Siendo Directos:
“Álamos celebra, sus comunidades aún esperan”.
En la ciudad de los portales todo está listo para la fiesta. Este 15 de septiembre habrá luces, música, discursos y aplausos. Samuel Borbón aprovechará la misma noche para rendir su primer informe de gobierno, justo antes del tradicional Grito de Independencia.
Pero la pregunta incómoda es inevitable: ¿cómo es posible que el presidente municipal sí tenga tiempo para organizar un festejo de ese tamaño y, al mismo tiempo, no haya podido restablecer la comunicación con las comunidades que siguen aisladas tras el paso de Lorena?
Saldo blanco no hay, señor presidente, y usted lo sabe perfectamente.
Es cierto: en días recientes comenzaron trabajos de rehabilitación en algunos caminos rurales. Maquinaria municipal entró para nivelar terracerías y se abrieron accesos hacia ciertas comunidades que estaban bloqueadas. Algunos pobladores por fin pudieron desplazarse a la cabecera municipal. Es un avance, nadie lo niega.
Pero tampoco alcanza. Porque mientras se arreglan tramos visibles, al menos cinco comunidades guarijías siguen incomunicadas, sin electricidad, sin agua potable y sin acceso seguro. En Chorijoa, postes de luz siguen sumergidos y la gente permanece sin servicio. Y en varios ranchos, fueron los mismos habitantes quienes tuvieron que levantar los caminos con palas y picos improvisados.
No hay nada que celebrar cuando todavía hay familias con agua dentro de sus casas. No hay motivo de orgullo cuando hay pueblos que siguen sin luz, sin caminos, sin señal para comunicarse. ¿Le da miedo enlodarse los zapatos? ¿Le da miedo el trabajo pesado que implica recorrer de verdad los ranchos más apartados y mirar a la gente a los ojos?
Porque claro, es fácil salir al balcón de Palacio Municipal y gritar independencia. Es fácil subirse al escenario y repetir lo que supuestamente se hizo durante un año de gestión. Es fácil recibir los aplausos en la plaza central de quienes votaron por usted y aún creen en las palabras bonitas.
Lo difícil es llegar hasta los pueblos olvidados. Lo difícil es reconocer que el saldo blanco fue una mentira conveniente. Lo difícil es escuchar a quienes también votaron por usted y hoy sienten que se les dejó solos con la desgracia.
El contraste es aún más fuerte cuando se mira al municipio vecino: en Huatabampo, el gobierno local decidió posponer los festejos patrios. Ahí entendieron que no es momento de fiesta, sino de trabajo; que el dinero que se iba a gastar en música y fuegos artificiales puede usarse para atender a los afectados, reparar caminos, entregar apoyos y reconstruir casas. Esa es la diferencia entre gobernar para la foto y gobernar para la gente.
El Grito de Independencia debería ser símbolo de unión y esperanza. En Álamos, corre el riesgo de sonar vacío. Porque no se puede celebrar libertad mientras hay pueblos atrapados en el aislamiento. No se puede hablar de avances cuando hay retrocesos tan claros. No se puede convocar al orgullo patrio cuando se abandona a la propia gente.
Si queremos sentirnos verdaderamente patrióticos, ayudemos. Patriótico no es gritar desde un balcón ni adornar una plaza; patriótico es tender la mano a quien la necesita, es reconstruir juntos, es reconocer que la patria se construye desde abajo, con verdad y con solidaridad.
Por: Miranda Obregon.