Diario de la Sierra

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Diario de la sierra nace debido al esfuerzo de contrastar la información oficial con la independiente, por qué difundimos un periodismo distinto, ese que no se exhibe en los portales tradicionales, aquel que causa salpullido en el poderoso, compartimos con el lector las noticias que pueden ayudar a normar su criterio desde un abanico pluricultural y plurinacional de pensamientos, de igual manera f

acilitamos el espacio a las minorías que no tienen lugar por su condición de debilidad, Diario de la sierra es un vehículo que transporta dignidad y libertad, puesto que florece en una región donde las prácticas más ancestrales de la política nacional se desarrollan sin problemas alguno, tanto que para algunos individuos ya es normal vivir dentro de la anormalidad, por todo lo anterior nos asumimos como un canal de comunicación de orientación progresista y libertaria, que permita al receptor analizar sin prejuicios de ninguna indole.

ENTROPÍA POLÍTICAEMBOSCADA PREMATURA EN EL TABLERO DE LA SIERRA✍️ Por Edgardo López RoblesQuerido lector:Una pregunta fl...
17/09/2025

ENTROPÍA POLÍTICA

EMBOSCADA PREMATURA EN EL TABLERO DE LA SIERRA

✍️ Por Edgardo López Robles

Querido lector:

Una pregunta flota en el aire y merece respuesta. ¿Qué fuerza, qué temor o qué circunstancia llevó a Don Vito Corleone a desatar una ofensiva prematura contra Carlos Barragán? ¿Por qué lanzar dardos envenenados contra Rogelio López Ángulo y, al mismo tiempo, sacar del retiro a Ernesto García en Venustiano Carranza? ¿Qué urgencia los obliga a mover sus fichas antes de tiempo?

Hace meses advertimos desde esta columna una tesis que hoy cobra plena vigencia: la victoria de Marco Valencia y su familia en Venustiano Carranza no fue un hecho local, sino una estocada directa contra Ardelio Vargas. Al perder el control del distrito electoral federal —las tres alcaldías clave—, Don Vito quedó fuera de las secretarías de Estado en Puebla y confinado a trincheras menores, apenas sostenidas por sus fieles. Su poder no venía de discursos ni de ideologías, sino del control territorial de Huauchinango, Xicotepec y Venustiano Carranza. Sin esas llaves, su figura se debilita.

Recuperarlas es cuestión de supervivencia. Estos municipios no son simples demarcaciones: son el trípode de su poder. Pero arrebatar esas plazas implica desplazar a tres jugadores de peso —Carlos Barragán, Marco Valencia y Rogelio López Ángulo—, y para ello el método es conocido: acusar, señalar, incluso inventar. Porque aquí no se trata de tener la razón, sino de desgastar. Una guerra de lodo que busca despejar el camino para piezas más desgastadas: Guadalupe Vargas, Ernesto García y Miguel Márquez Ríos, fichas que ya no avanzan solas y necesitan ser remolcadas.

En Xicotepec, la táctica es clara. El objetivo inmediato es Barragán: no buscan derrotarlo en las urnas, sino erosionar la base social que lo sostiene. Hasta ahora ha resistido, manteniendo niveles de aceptación notables. Cada ataque que recibe, lejos de derribarlo, termina debilitando más a Lupita Vargas, quien aparece como un flanco débil y cada vez más desconectado del electorado.

En Huauchinango, Don Vito Corleone nunca necesitó ganar para gobernar: los acuerdos del viejo régimen le permitían operar desde la sombra. Ese esquema ya no existe. Primero lo intentó con Juanita Mendoza en 2021 y 2024 y fracasó; en 2027 apostará por Miguel Márquez, intentando recuperar esta alcaldía limítrofe con Hidalgo. La misión es doblegar a Rogelio López Ángulo y regresarlo al redil. Por eso los ataques apenas comienzan y se recrudecerán, intentando frenar la caída libre de Márquez, cuyo desgaste es inocultable. En Venustiano Carranza, la apuesta es Ernesto García: allí, en los límites con Veracruz, se juega el control de un corredor estratégico para reconstruir el poder del patriarcado de Xicotepec.

El problema para Ardelio Vargas es que el tiempo se le agota. Con el veto presidencial de Claudia Sheinbaum, la pérdida del control distrital y el desgaste de sus alfiles del Verde Ecologista —Lupita Vargas y Miguel Márquez—, su horizonte político se estrecha. Y peor aún: esta será la última elección en que podrá competir bajo las condiciones que lo mantuvieron vivo durante décadas. En 2030, la ley contra el nepotismo y la no reelección cerrará el ciclo de privilegios que sostuvo a los cacicazgos regionales.

Lo que ocurre en Xicotepec, Huauchinango y Venustiano Carranza no es una disputa menor: es el laboratorio donde se mide la resistencia del viejo régimen frente a un país que cambia de reglas. Mientras el centro habla de reformas y nuevas instituciones, en la periferia los cacicazgos se aferran a sobrevivir con las armas de siempre: clientelas, campañas de lodo y control del miedo. Pero esa fórmula, que durante décadas fue infalible, hoy luce cada vez más gastada.

La pregunta es inevitable: ¿sabrá el patriarcado de Xicotepec retirarse con dignidad, o intentará incendiar el tablero antes de perderlo para siempre?

☕️ Hasta la próxima taza de café.

🚨   | Aseguran en   viviendas arrebatadas a sus dueños 🏠Unos mil efectivos de los tres niveles de gobierno participaron ...
13/09/2025

🚨 | Aseguran en viviendas arrebatadas a sus dueños 🏠

Unos mil efectivos de los tres niveles de gobierno participaron en el operativo.

El grupo delictivo 'Los 300' controlaban 60 casas sólo en el fraccionamiento Los
Héroes primera sección.

Ecatepec, Méx. Alrededor de mil elementos de las fuerzas policiacas de los tres niveles de gobierno, pertenecientes al Mando Unificado Zona Oriente, lograron el aseguramiento de 72 viviendas de las que fueron despojados sus propietarios en la entidad, 60 de ellas del fraccionamiento Los Héroes Ecatepec Primera Sección, que era controlado y principal bastión del grupo delictivo Los 300.

El Gabinete de Seguridad Nacional y la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) informaron que los trabajos de investigación permitieron identificar células delictivas que utilizaban viviendas en Ecatepec para realizar operaciones criminales, entre ellas el despojo de inmuebles, por lo que un juez de control otorgó los mandamientos para intervenirlas.

Durante la madrugada y mañana de este viernes, los uniformados se desplegaron en células por el fraccionamiento Los Héroes Ecatepec Primera Sección, unos en inspección, otros en cateos y accesos y unos más en las calles a manera de contención.

En el lugar aseguraron 60 casas arrebatadas por integrantes de Los 300, las cuales eran utilizadas para cometer ilícitos como extorsión, secuestro exprés y narcomenudeo. Algunas aún se encontraban habitadas y en otras los moradores salieron antes del operativo.

Las autoridades explicaron que el modo de actuar de este grupo consistía en identificar a sus víctimas, principalmente personas en condiciones de vulnerabilidad, a quienes les quitaban sus propiedades de forma violenta.

Asimismo, ubicaban inmuebles desocupados, a los cuales ingresaban de manera furtiva y se apoderaban indebidamente de ellos para posteriormente exigir a sus dueños cuotas económicas para devolverlas.

El fraccionamiento cuenta con más de 5 mil habitantes; el grupo criminal controlaba los accesos para impedir patrullajes de seguridad o cualquier incursión de corporaciones policiacas y de procuración de justicia, lo que provocó que se incrementaran actividades delincuenciales que no eran denunciadas por los legítimos habitantes por temor a represalias.

En los domicilios se hallaron 16 armas de fuego, cartuchos, 10 vehículos, tres motocicletas, dosis de droga, documentación diversa, así como equipos de cómputo. Ahí se detuvo a Carlos N, de 26 años; Jhon N, de 29, y Sneider N, de 27 años, de nacionalidad colombiana.

La FGJEM destacó que el control que llegó a ejercer el grupo criminal en esta zona, fortalecido con la protección que les dio la autoridad municipal durante administraciones pasadas, les permitió instalar filtros de acceso y salida, imponer cuotas a los habitantes y obligarlos a afiliarse a su organización, y a quienes se negaban les restringían el acceso y los despojaban de su vivienda.

Se realizaron operativos para ejecutar órdenes de cateo en los municipios de Tultitlán, Nezahualcóyotl y Acolman. Estas acciones son parte de la Operación Restitución, que desde abril ha recuperado 861 inmuebles en la entidad, 430 de los cuales ya fueron restituidos a sus dueños.

ACTIVISMO DE DOBLE MORAL: CUANDO SE DENUNCIAN MONOS Y SE CALLAN FEMINICIDIOSENTROPÍA POLÍTICAPor Edgardo López RoblesQue...
10/09/2025

ACTIVISMO DE DOBLE MORAL: CUANDO SE DENUNCIAN MONOS Y SE CALLAN FEMINICIDIOS

ENTROPÍA POLÍTICA

Por Edgardo López Robles

Querido lector: Hace unos días, el presidente municipal de Xicotepec, Carlos Barragán Amador, difundió un video que parecía inocente: la presentación de un mono macaco recién nacido en el parque de diversiones Animalia. Lo que buscaba ser un acto de cercanía y simpatía se convirtió rápidamente en un campo de batalla político y moral.

La crítica vino de la activista de los derechos de las mujeres Olimpia Coral Meló. Su postura encendió las redes: acusó al poder municipal de lucrar con la esclavitud animal disfrazada de conservación. En apariencia, era la voz de la conciencia social enfrentando al poder político. Pero, ¿de verdad estamos ante una lucha auténtica por la defensa de los animales o frente a un nuevo capítulo de la guerra entre políticos?

Si hablamos de consistencia ética, aquí aparece la primera contradicción de Olimpia Coral Meló. Durante los seis años del gobierno de Lupita Vargas en Xicotepec, nunca se escuchó una denuncia pública frente a los feminicidios de Adriana, Génoveva, Nery, Adamarys y Guadalupe. Hubo silencio ante hechos de violencia machista que marcaron a toda una comunidad. Sin embargo, hoy sí se levanta la voz con fuerza respecto a la exhibición de un mono macaco. Esa asimetría revela un activismo que no siempre mide con la misma vara: algunas luchas se levantan con estridencia, otras se silencian con conveniencia.

Si la causa fuera estrictamente la defensa de los animales, cabe preguntar: ¿por qué nunca se denunció el caso del rancho de Ardelio Vargas Fosado, donde por años se han criado vacas, toros y becerros con destino al sacrificio? ¿Por qué tampoco se señaló su papel como presidente de la Asociación Ganadera Regional, cuya función es precisamente la matanza de ganado? En el fondo, la lógica de una hacienda y de un zoológico es semejante: ambos gestionan animales como parte de un negocio, aunque con objetivos distintos: unos para consumo, otros para exhibición y resguardo. ¿Por qué entonces criticar a uno y callar frente al otro? ¿Qué el sacrificio no es maltrato animal?

Esta es la contradicción ética y legal de fondo: tanto los zoológicos como las asociaciones ganaderas poseen animales de forma legítima. La diferencia está en los fines, no en la legalidad. Sin embargo, la mirada crítica de Coral Melo se concentra únicamente en Animalia y en el presidente municipal, mientras que el sacrificio de ganado en ranchos o actividades ganaderas vinculadas a otros actores de poder queda fuera de cuestionamiento.

Más aún, hubo otros silencios incómodos. Nadie escuchó de Olimpia Coral o de Vivas nos queremos Xicotepec, una protesta cuando el gobernador Alejandro Armenta Mier colocó a Lupita Vargas en un papel denigrante al pedirle servir café en un acto público. Ahí tampoco existió indignación. Ese tipo de omisiones son las que alimentan la percepción de que en Xicotepec el activismo se ejerce con doble rasero: se denuncia según convenga, se calla cuando incomoda a los aliados.

Lo preocupante no es la defensa de los animales —causa legítima y necesaria—, sino la forma en que se instrumentaliza. Cuando la sensibilidad social se usa como proyectil político, el riesgo es que las causas pierdan legitimidad y se conviertan en simples banderas de coyuntura. Y aquí, lamentablemente, sabemos que el cacicazgo local es experto en reciclar banderas: ayer fue el feminismo al servicio del patriarcado, hoy es el animalismo como nuevo frente de disputa.

Al final, lo que está en juego no es un zoológico ni un rancho ganadero, sino la congruencia de quienes levantan la voz. En Xicotepec hemos aprendido que la legitimidad no la dan los discursos encendidos, sino la coherencia sostenida. Se puede y se debe defender a los animales, pero con la misma fuerza con que se debe defender a las mujeres víctimas de feminicidio. Solo así las causas se libran de la sospecha de ser herramientas del poder y se convierten en luchas auténticas.

¡Nos vemos en la próxima edición!

ENTROPÍA POLÍTICAMIGUEL MÁRQUEZ RÍOS: CUANDO LA FALTA DE ESTUDIOS ES LO DE MENOSPor Edgardo López RoblesQuerido lector:E...
08/09/2025

ENTROPÍA POLÍTICA

MIGUEL MÁRQUEZ RÍOS: CUANDO LA FALTA DE ESTUDIOS ES LO DE MENOS

Por Edgardo López Robles

Querido lector:
En política, los títulos académicos suelen usarse más como arma que como credencial real de capacidad. El caso de Miguel Márquez Ríos es ejemplo claro: el portal informativo Almanaque ha hecho público que apenas en 2020 concluyó la preparatoria en línea. Fácil sería reducirlo al estigma de “diputado sin estudios profesionales presidiendo la Comisión de Presupuesto”, pero quedarse en esa superficie sería simplificar demasiado y perder de vista lo verdaderamente importante.

El dato, por sí mismo, podría parecer anecdótico. Sin embargo, la verdadera preocupación no radica en la falta de títulos, sino en la ausencia de ética y honradez del legislador. La política no se mide por diplomas, más bien por compromiso y capacidad de administrar lo público con transparencia. Tampoco podemos caer en la narrativa que idealiza al “hombre del pueblo” y sataniza al profesionista: la virtud no proviene de un título universitario ni de un origen humilde, sino de la conducta. Y en el caso de Márquez Ríos, su historial sindical y político revela una doble carencia: ni la solvencia académica que exige el cargo ni la integridad moral que demanda la ciudadanía.

El problema, entonces, no es la falta de estudios formales, sino el lastre que arrastra desde hace décadas. Como dirigente del SME en Necaxa, fue señalado por la supuesta venta de plazas en Luz y Fuerza del Centro, una práctica corrupta que minó la confianza obrera y contribuyó al colapso de la empresa, con la pérdida de miles de empleos. Más recientemente, la revista Proceso documentó el uso de instalaciones sindicales para el minado de criptomonedas, un negocio sustentado en el robo de energía. A ello se suman denuncias de violencia interna, donde Márquez Ríos ha sido acusado de agredir a compañeros que no compartían su visión sindical.

Conviene subrayarlo con claridad: señalar la falta de estudios formales en un legislador no equivale a avalar la mediocridad académica, ni mucho menos a convertirla en norma. La educación superior —con sus métodos, rigores y marcos teóricos— sigue siendo una herramienta invaluable para comprender la complejidad de lo público. Un título no garantiza honestidad, pero proporciona instrumentos para analizar leyes, evaluar presupuestos y anticipar consecuencias técnicas y sociales de las decisiones políticas. No se trata, pues, de despreciar los orígenes humildes o los caminos educativos no convencionales. Se trata de rechazar la normalización de la incompetencia ética y técnica.

La ecuación se completa con otro dato nada menor: según cifras del portal informativo e-consulta, el Congreso de Puebla ha sesionado en 341 ocasiones, y el legislador con más inasistencias es precisamente Miguel Márquez Ríos, con 21 faltas acumuladas. Este registro no es casualidad ni descuido: es la confirmación de un patrón. A la falta de preparación académica se suma la carencia de honradez, y a ambas se añade la ausencia de compromiso con la responsabilidad pública.

Sus defensores podrán insistir en que los estudios no son condición indispensable para ser un buen legislador, y en parte tienen razón: la escolaridad no garantiza honestidad ni compromiso. Pero lo que resulta imposible de justificar es la acumulación de ausencias, la nula producción de iniciativas y, sobre todo, la falta de integridad personal. La política puede tolerar limitaciones académicas, pero no la deshonestidad ni la simulación.

Por eso insisto: el asunto no es si Miguel Márquez Ríos terminó apenas la preparatoria en línea; el tema es que carece de la legitimidad moral para ocupar una posición de responsabilidad tan delicada. El problema no es la escuela, es la corrupción. El problema no es la ausencia de títulos, es la falta de principios. Reclamemos, entonces, algo más que currículos: exijamos honorabilidad. Porque al final, la política no se trata de papeles ni de grados académicos —se trata de servir, no de servirse del poder.

¡Nos leemos en la próxima edición!

ENTROPÍA POLÍTICALA HEREJÍA DE NOROÑA: CUANDO LA TRASPARENCIA DESAFÍA LA DOBLE MORALPor Edgardo López RoblesQuerido lect...
01/09/2025

ENTROPÍA POLÍTICA

LA HEREJÍA DE NOROÑA: CUANDO LA TRASPARENCIA DESAFÍA LA DOBLE MORAL

Por Edgardo López Robles

Querido lector:
Que Gerardo Fernández Noroña exhiba su patrimonio y diga sin rodeos “esto es lo que tengo y lo tengo bien habido” no es un acto menor. En la política mexicana, donde lo común es esconder bienes en fideicomisos opacos, prestanombres o mansiones ajenas, este gesto es casi una herejía. Es un desafío directo a la doble moral que se alimenta del morbo y de la sospecha automática.

Porque el problema de fondo nunca ha sido que un político tenga una casa, un coche o incluso lujos. La pregunta real es otra: ¿se pagó con el sudor de su frente o con el dinero del erario? Ese gesto de Noroña, que debería ser celebrado como un acto de transparencia radical, fue pe******do de inmediato por los medios tradicionales y por sus adversarios políticos.

Lo primero que debe quedar claro es que la austeridad republicana planteada por Andrés Manuel López Obrador nunca tuvo como objetivo condenar a los servidores públicos a la indigencia. Su sentido original, revolucionario en su simpleza, fue siempre frenar el dispendio, cortar privilegios exorbitantes y acabar con la corrupción institucionalizada que, por décadas, drenó las arcas de la nación. Pero en el camino, algunos actores —desde la oposición y desde la propia trinchera oficial— han querido deformar esa idea bajo un manto de “austeridad franciscana”, donde se confunde deliberadamente la sobriedad con la pobreza, y la congruencia con la simulación. Como si la vida austera de un político solo pudiera ser creíble si vive en un departamento de interés social, se transporta en una bicicleta oxidada y se viste con ropa de paca.

La verdadera austeridad republicana no es un voto de pobreza; es un dique contra el despilfarro de los recursos públicos. Significa gobernar sin excesos, sin derroches y sin privilegios obscenos financiados por el pueblo. Lo otro, lo privado, pertenece a la esfera individual… siempre y cuando se pueda demostrar el origen lícito del patrimonio. Y aquí es donde Noroña puso el dedo en la llaga. Porque lo mostró de frente, sin ocultamientos, asumiendo la crítica, pero confiado en que lo adquirido fue fruto de su trabajo previo y de su trayectoria.

El problema de fondo es que una parte de la sociedad mexicana, intoxicada por décadas de saqueo y opacidad, parece no tolerar la prosperidad honesta. Queremos políticos pobres para que se parezcan al pueblo, aunque sepamos que detrás de esa fachada de humildad muchas veces se esconden fortunas ilícitas. Es un falso puritanismo que, al final, protege e invisibiliza a los corruptos de verdad. Por eso, lo de Noroña no es un escándalo; es un retrovisor. Un espejo que incomoda a quienes necesitan que todos aparenten vivir igual de limitados para esconder su riqueza de origen dudoso.

Lo que verdaderamente incomoda no es la casa, es quién la habita. Para el viejo régimen —políticos, plumas y empresarios formados en la lógica de los apellidos y los clubes— la prosperidad solo es legítima si viene con credenciales de cuna. Cuando un disidente asciende por mérito propio, el sistema activa su cerrojo simbólico: lo nombra “naco” para expulsarlo del salón. Ese insulto no es adjetivo: es mecanismo de control social, un dispositivo de clase y de raza que protege jerarquías. Se disfraza de “exigencia ética” para encubrir lo de siempre: toleraron fortunas opacas mientras hoy atacan la transparencia porque proviene de quien no debía cruzar la puerta. Esta es la ruptura que provoca Noroña: desmonta la “política de respetabilidad” que decide quién puede prosperar y quién debe pedir perdón por hacerlo.

La austeridad republicana debe seguir siendo un principio rector, pero entendido en su justa dimensión: no como una cadena de miserias, sino como una ética de gobierno que prioriza el bien común sobre el privilegio indebido. Y si un político, después de cumplir rigurosamente con esa regla, prospera con honestidad, no solo tiene derecho a hacerlo: tiene el deber de demostrarlo. En tiempos dominados por los dogmas, un gesto de franqueza resulta desestabilizador: en un país habituado al ocultamiento y la simulación, la transparencia incomoda más que el silencio, y la verdad se vuelve tan provocadora como la mentira bien maquillada.

¡Nos leemos en la próxima edición!

ENTROPÍA POLÍTICA PRI: ENTRE LA DESBANDADA Y LA DESINTEGRACIÓN Por Edgardo López Robles Querido lector:La salida del sen...
29/08/2025

ENTROPÍA POLÍTICA

PRI: ENTRE LA DESBANDADA Y LA DESINTEGRACIÓN

Por Edgardo López Robles

Querido lector:
La salida del senador Néstor Camarillo del PRI y su inmediata incorporación a la bancada de Movimiento Ciudadano no fue —como algunos titulares apresurados sugirieron— una “ruptura histórica” ni el nacimiento de un nuevo bloque ideológico en Puebla. Fue, en esencia, una decisión táctica: una mera suma aritmética en un tablero legislativo que vive semanas decisivas.

Empecemos por lo obvio. Camarillo no arrastra consigo una estructura local capaz de alterar equilibrios territoriales. Los cuadros con peso real en Puebla ya habían emigrado; lo que quedaba era un cascarón vacío. En su explicación pública habló de “ciclos” y agendas ciudadanas, pero omitió cualquier mención o coincidencias programáticas con MC. Esa ausencia lo dice todo: estamos ante una migración por conveniencia parlamentaria, no por convicción ideológica. Lo que vemos no es un simple cambio de camiseta, sino la constatación de que el PRI dejó de ser un factor real de poder. Lo suyo es pragmatismo puro: una jugada táctica que responde más a la lógica de supervivencia inmediata que a un compromiso con un proyecto alternativo de país.

El efecto inmediato es, sobre todo, numérico. Con la renuncia de Camarillo, la bancada priista se reduce y, con ello, pierde espacios de influencia y capacidad de negociación. Pero lo verdaderamente grave no está en la aritmética parlamentaria, sino en lo que ésta revela: la descomposición interna del PRI. Los pocos senadores que permanecen en esa fracción saben que ya no hay futuro colectivo y que la única salida es sobrevivir por cuenta propia. La fuga de Camarillo puede ser apenas la primera grieta visible de una desbandada mayor que, en los hechos, podría estar ya consumada, aunque aún no se nos muestre en toda su magnitud.

¿Por qué importa esta simple suma? Porque estamos en la antesala de reformas que reconfigurarán el mapa institucional, en particular la reforma electoral. En ese escenario, las mayorías y las alianzas pragmáticas pesan más que los discursos. Un senador adicional le da a MC margen para bloquear, negociar o condicionar candados en las leyes que vienen. La política moderna, nos guste o no, se construye con números más que con idealismos.

Ahora bien, no confundamos cálculo con relevancia social. Camarillo conserva cierto capital político en lo local, lo que le permitirá rentabilidad personal y quizá le dé a MC narrativa de crecimiento. Pero ese rendimiento es limitado: no transforma su base electoral en Puebla. Incluso puede ser un riesgo para un partido que presume frescura y voto urbano, pues la incorporación de priistas reciclados difícilmente fortalece su credibilidad identitaria.

Y aquí está el trasfondo de mayor calado. Con un PRI en extinción y cada vez más irrelevante, la 4T y MC ganan margen en la negociación legislativa. Ya no se necesitan los votos tricolores. Ese vacío explica, en parte, la pérdida de control que exhibió Alejandro “Alito” Moreno en su reciente agresión al Presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña. Su violencia verbal y física no fue un exabrupto aislado, sino la reacción desesperada de quien percibe su irrelevancia y pretende imponer presencia a base de escándalo.

La renuncia de Néstor Camarillo, entonces, no es una epifanía ideológica: es una jugada de cálculo en una partida donde cada ficha cuenta. El reto para quienes aún creen en la política con mayúscula es distinguir entre sumar escaños y construir consensos. Porque la primera nos da números. La segunda, democracia.

¡Nos leemos en la próxima edición!

ENTROPÍA POLÍTICALA TAZA DE CAFÉ EN PANTEPEC: EL GESTO QUE DESNUDO LA PIRÁMIDE DEL PODER EN PUEBLAPor Edgardo López Robl...
27/08/2025

ENTROPÍA POLÍTICA

LA TAZA DE CAFÉ EN PANTEPEC: EL GESTO QUE DESNUDO LA PIRÁMIDE DEL PODER EN PUEBLA

Por Edgardo López Robles

Querido lector: La escena duró apenas unos minutos, sin embargo, bastó para capturar la nueva anatomía del poder en Puebla. La política, dicen, se escribe con gestos tanto como con discursos. A veces una palabra condensa mayor autoridad que un decreto, y un acto aparentemente trivial revela con más crudeza que una reforma entera. Eso fue exactamente lo que ocurrió en el municipio de Pantepec, Puebla cuando, en plena gira oficial, el Gobernador Alejandro Armenta pidió a la diputada Guadalupe Vargas que sirviera café a los asistentes. La anécdota podría parecer un detalle de sobremesa, pero expone sin maquillaje la radiografía del mapa electoral poblano.

Comencemos con lo obvio: no es normal que un gobernador, en un acto oficial, asigne de manera unilateral a una legisladora que sirva café. El detalle no es menor: que varios funcionarios fueran convocados a la tarea doméstica podría maquillarse como un gesto de cercanía con la gente; pero que solo se personalice en Lupita Vargas transforma la escena por completo. Ya no se trata de una acción protocolaria, más bien, de un ritual de sometimiento simbólico, donde la mención individual exhibe, subordina y marca distancia jerárquica. El problema no es servir café —actividad digna—, sino el mensaje político: la representante popular es reducida públicamente a servidora del Ejecutivo, un recordatorio tácito de la pirámide de obediencia.

Pretender enmarcar este acto como un gesto de “confianza” o “cortesía” no solo es ingenuo, es cómplice. El fondo es innegable: se trató de un trato diferenciado y paternalista, con un claro tinte de supremacía jerárquica, del tipo que —de haber partido de un actor menos poderoso— habría desatado inmediatamente la maquinaria de indignación del feminismo institucional.

Pero no ocurrió nada de eso. Ningún desplegado, ningún posicionamiento público, ninguna conferencia de prensa. La diputada que hace apenas unas semanas acusaba a este pequeño columnista de ejercer violencia política de género desde ENTROPÍA POLÍTICA, optó por el mutis cuando el gesto vino de arriba. Y ese silencio no es ingenuo: responde a la lógica de la supervivencia. Criticar a este analista es fácil, hasta rentable; confrontar al gobernador es un acto de herejía en la religión del poder.

Sin embargo, el pedido del Mandatario estatal Alejandro Armenta encierra un mensaje mucho más profundo: el cacicazgo de Xicotepec ya no es la entidad todopoderosa que solía ser. En otros tiempos, pedirle a una diputada de ese grupo que sirviera café habría sido una afrenta impensable, casi un suicidio político. El patriarcado y don Vito Corleone eran respetados, temidos y tratados con una cortesía casi ritual. Hoy, en cambio, el gobernador se permite exhibir públicamente a su representante política en un rol de subordinación, y lo hace con la seguridad del que sabe que no habrá represalia alguna.

Ese gesto, tan mínimo como revelador, corrobora lo que muchos perciben: el cacicazgo de Xicotepec ya no pesa lo mismo. Ha perdido capacidad de negociación y, sobre todo, autoridad moral frente al poder central. Lo que antes era intocable, hoy puede ser objeto de una broma, de un comentario o incluso de una orden aparentemente inofensiva. Y la diputada, al aceptar ese rol con una sonrisa forzada, confirma la transición: de ser parte de un grupo de poder incuestionable, pasó a ser una pieza decorativa y funcional en el ajedrez del gobernador.

El episodio del café deja tres lecciones claras. La primera, que la violencia política de género no puede convertirse en un recurso selectivo al servicio de la conveniencia personal de Guadalupe Vargas; de lo contrario, pierde legitimidad y se convierte en mero instrumento de hipocresía. La segunda, que los gestos políticos importan, y a veces más que los discursos: lo que vimos no fue cortesía, fue un acto de dominación política. La tercera, que el cacicazgo de Xicotepec atraviesa una de sus etapas de mayor debilidad, al punto de aceptar la humillación ritualizada sin levantar la voz.

La pregunta que queda en el aire es incómoda pero inevitable: ¿qué es más violento, una columna crítica que cuestiona su desempeño, o un gobernador que la exhibe públicamente como subordinada? Su silencio da la respuesta. Y en política, como en la vida, quien calla, otorga.

¡Nos vemos en la próxima edición!

ENTROPÍA POLÍTICAVENDER LA SOBERANÍA: EL ÚLTIMO RECURSO DE LOS PERDEDORESPor Edgardo López RoblesLa reciente movilizació...
25/08/2025

ENTROPÍA POLÍTICA

VENDER LA SOBERANÍA: EL ÚLTIMO RECURSO DE LOS PERDEDORES

Por Edgardo López Robles

La reciente movilización militar de Donald Trump hacia Venezuela es un manual de geopolítica en acción. Al ordenar el envío de buques de guerra a aguas internacionales y ofrecer una recompensa multimillonaria por Nicolás Maduro, Washington ejerció una presión tan brutal como calculada. La respuesta del pueblo venezolano, sin embargo, fue un ejemplo de instinto nacional: miles de ciudadanos, incluyendo voces críticas de la oposición, se inscribieron en milicias civiles para la defensa de su patria ante una potencial invasión. El mensaje fue universal: frente al enemigo externo, las divisiones internas palidecen.

Este episodio hace evidente la profunda contradicción que vive México. Mientras en Caracas la oposición cierra filas para defender la soberanía, en nuestro país una parte de la clase política actúa en sentido inverso. El caso más visible es el de la senadora María Lilly del Carmen Téllez García, quien no solo critica al gobierno sino que convoca abiertamente a los Estados Unidos a intervenir en México bajo el pretexto de combatir al crimen organizado.

La comparación con Venezuela resulta inevitable. Allá, María Corina Machado intentó la misma estrategia: pidió sanciones, aplaudió la presión extranjera y terminó reducida al basurero de la historia política, repudiada incluso por quienes alguna vez la apoyaron. Aquí, en cambio, Téllez mantiene un escaño plurinominal en el Senado, con reflectores mediáticos y con una oposición que la aplaude cada que clama por un tutelaje extranjero. La diferencia no está en las “lideresas”, sino en la reacción social: mientras en Caracas el pueblo castigó la traición, en México todavía se tolera.

La senadora no está sola. Miles de simpatizantes de la oposición, cegados por el odio por Morena y frustrados por su incapacidad crónica para ganar elecciones, han encontrado en la intervención extranjera su única salida política. Es la derrota convertida en deslealtad. Pero el problema va más allá de la retórica: desde el PRI y el PAN se instrumentaliza una narrativa peligrosa, intentando catalogar a México como un “narcoestado”. No es simplemente una crítica ni un arrebato opositor: es un discurso calculado para allanar el camino hacia una eventual invasión, ya sea militar o sobre nuestro espacio aéreo y marítimo. Un relato perjudicial, porque normaliza la idea de que México puede ser tutelado por Estados Unidos, algo que en cualquier otro país sería considerado una afrenta intolerable, una traición.

Lo que revela esta paradoja es una crisis de fondo en la oposición mexicana. No es solo ausencia de estrategia o de votos; es falta de principios. Faltan liderazgos con la estatura moral para contender en las urnas con firmeza y, al mismo tiempo, defender la integridad de la nación como valor supremo. La vieja guardia del PRI y el PAN ha abandonado por completo el nacionalismo que alguna vez se profesó, y hoy prefiere mendigar soluciones externas antes que reconstruir su proyecto desde dentro.

La ironía es histórica: es la izquierda en el poder la que hoy enarbola la bandera de la autodeterminación, en tanto una derecha sin rumbo clama por un protectorado. Mientras Venezuela nos da una lección de soberanía, incluso en medio de su crisis, una parte del México opositor prefiere venderla. No es ausencia de fuerza electoral: es falta de patria.

¡Nos leemos en la próxima edición

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