20/10/2025
Zacatlán despierta y exige transparencia a Beatriz Sánchez Galindo
• Un recordatorio directo de que el poder emana del pueblo y la confianza es certidumbre que se gana día a día.
Por Juan de Dios Lechuga Ledesma - Comunicador
Este domingo el aire fresco de la Sierra Norte se mezcló con indignación y esperanza al mismo tiempo. En un hecho histórico en la vida pública de Zacatlán, un grupo creciente de ciudadanos rompió el silencio para manifestarse en contra de lo que califican como un gobierno municipal "opaco, abusivo y lejano a la gente", encabezado por la presidenta Beatriz Sánchez Galindo.
Lo que inició como un halo de descontento discreto ha encendido un movimiento social que busca generar una verdadera revolución de conciencias en el Pueblo Mágico. La convocatoria, a pesar de las presiones y supuestas amenazas que intentaron reventarla, logró el objetivo de demostrar que la organización ciudadana no solo es posible y válida, sino vital para la democracia.
La protesta, que tuvo como escenario la parte frontal del Palacio Municipal, evidenció la fractura entre el gobierno y la ciudadanía. Las pancartas fueron un testimonio mudo pero potente de las necesidades más sentidas y de la gente que clama por un cambio. La ciudadanía, que por primera vez se agrupa en un frente común que incluye a todos los sectores de la cabecera y las comunidades, coincide la percepción de una pésima gestión municipal.
Durante las intervenciones, la voz de los zacatecos resonó con reclamos en torno a la notoria falta de obra pública y al mismo tiempo un manejo de recursos económicos que, a su juicio, resulta dudoso. La sombra de la corrupción planea sobre el ayuntamiento, con señalamientos directos de obras infladas y la falta de cercanía de sus autoridades. En respuesta a esta crisis de confianza, la exigencia de los manifestantes es que haya una auditoría ciudadana que revise a detalle las finanzas y el destino del erario.
Este encuentro fue, sin duda, una declaración de intenciones, pues el movimiento genuinamente ciudadano dejó claro que está organización continuará como un ejercicio de vigilancia permanente. Es un recordatorio directo a Sánchez Galindo de que el poder emana del pueblo y la confianza es certidumbre que se gana día a día.
Yendo un paso más allá del reclamo, los ciudadanos han advertido que, de continuar el estancamiento y la gestión deficiente, la vía legal para exigir rendición de cuentas está abierta y podrían buscar la revocación de mandato. Sí, este mecanismo constitucional, antes visto como una quimera, se convierte ahora en una espada de Damocles sobre la administración pública.
Zacatlán ha demostrado hoy que el miedo no es más fuerte que la dignidad. La ciudadanía está de pie, organizada y dispuesta a alzar la voz para exigir que sus autoridades, a las que pagan con sus impuestos, cumplan con su trabajo. Es la hora de la transparencia, de la cercanía y de la rendición de cuentas. Es el despertar social que Zacatlán necesitaba para recordar a su gobierno quién es el verdadero patrón.
El movimiento ha echado a andar.