20/07/2025
!!Crónica de un carrito que ya no alcanza¡¡
Mi Nena empuja su carrito por el pasillo del súper con la misma lista de siempre: leche, jamón, carne, cereales; cada quincena la rutina se repite, pero el total en la caja se siente como una broma cruel: «¿Cómo es posible que gasté $3 mil y ni siquiera se ha llenado el carrito?» piensa mientras mientras analiza su presupuesto.
No es solo a mi Nena quien le sucede esto, es a todas las mamás, las quejas sobre el precio del gas LP, la lata de atún y los gastos fijos se han vuelto tema importante en casa. El INPC —ese índice que pocos siguen a detalle— la inflación anual fue de 4.42 %, en mayo de 2025 y aunque suena a número pequeño, mi Nena lo vive como un incendio silencioso que devora su presupuesto.
Una noche, cansada de sumar facturas, abre la app de su banco y descubre un gráfico desalentador: su saldo es menor por el alto costo de la vida. Para ello piensa que si no puede detener la inflación, al menos puede correr más rápido que ella, si leyo bien, hay que correr más rápido que la inflación¡
A continuación les doy algunos tipos para lograrlo:
Paso 1: Hazle trampa a los precios
Destina una hora a investigar cómo fijar hoy las deudas que arrastras. Reestructura tu crédito automotriz a tasa fija; ahora la mensualidad no se moverá aunque el INPC se trepe.
Paso 2: Busca aliados indexados
Abre una cuenta en Cetes Directo y compra bonos gubernamentales que suben al mismo ritmo que la inflación más un rendimiento real. «Si sube la vida, suben mis ahorros». Kuspit es otra buena opción y hay muchas más (recuerda invertir en opciones sin riesgo).
Paso 3: Blinda tu alacena
En vez de compras quincenales, planea compras mensuales y aprovecha promociones 3×2 en productos no perecederos. Descubre las marcas propias del súper—hasta 40 % más baratas—y reserva la diferencia para un fondo de emergencias.
Paso 4: Diversificar tu cartera… de ingresos
Si tienes por ejemplo talento para la repostería casera, convierte este gusto en un side‑hustle de galletas decoradas para que las vendas por TikTok Shop. En dos semanas, los pedidos cubren la factura del gas. «Si el INPC aprieta, yo vendo más galletas», bromea conmigo.
Dos meses después, mi Nena vuelve al supermercado. El total sigue alto, sí, pero esta vez no hay susto: sus nuevos ingresos y el rendimiento de los Cetes gubernamentales compensan cada centavo extra. Sabe que la inflación no se irá; ha existido desde siempre en México.
Sin embargo, ahora carga un escudo: deudas fijas, inversiones indexadas y una fuente adicional de dinero.
Sale del súper con la cajuela llena—y el corazón ligero. Afuera, el sol de media mañana calienta la banqueta. «Todo está carísimo», escucha a alguien decir. Mi Nena sonríe y piensa para sí: «Sí, pero yo ya aprendí a ir un paso delante del precio».
Dr. HC Roberto Sánchez Mendiola
Sección: Futureconomics
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