03/06/2025
Les compartimos uno de los artículos publicados en nuestra edición impresa anual de la REVISTA PRIMAVERA.
IDENTIDAD BIOMÉTRICA ¿EN RIESGO LA PRIVACIDAD?
Por Irene Escobedo
-Mostrar el rostro, las huellas dactilares o el iris del ojo a manera de comprobar la identidad podría vulnerar la privacidad de las personas y exponerlas a fraudes, discriminación y otros delitos.
México está a punto de ingresar en la era del reconocimiento biométrico, una de las innovaciones más destacadas a nivel global en materia de identificación personal. Esta transición promete avances tecnológicos significativos, pero también plantea importantes desafíos en términos de privacidad y seguridad de los datos personales.
La implementación de un sistema de reconocimiento biométrico pronto podrá ser posible en México. Se trata de un sistema de identificación de personas a través de la lectura de rasgos físicos, como el reconocimiento facial, las huellas dactilares y el iris del ojo, así como de patrones de comportamiento. El gobierno federal, ya trabaja en la estrategia para su implementación.
Esta medida implica la cancelación de la credencial para votar como herramienta de identificación, aunque permanecerá como documento indispensable para emitir el sufragio. Luego de tres décadas en las que se utilizó como uno de los más importantes instrumentos oficiales de identificación personal, la credencial para votar con fotografía INE (antes IFE) dejará de ser un instrumento para autenticación de las personas, cediendo su lugar a la CURP biométrica. La INE ya cumplió su cometido.
El sistema de verificación de identidad por rasgos físicos, se integrará en la Clave Única de Registro de Población (CURP), lo que permitirá una identificación más precisa y eficaz para 130 millones de ciudadanos que contarán con un documento de reconocimiento universal al que ya acceden millones de personas en el mundo. El reconocimiento biométrico utiliza características físicas únicas, como huellas dactilares, reconocimiento facial o escaneo de iris, para verificar la identidad de las personas.
A diferencia de las contraseñas tradicionales que utilizan letras símbolos y números, el reconocimiento biométrico podía reducir el riesgo de suplantación de identidad, podría ser importante para controlar accesos en aeropuertos, fronteras y servicios gubernamentales, financieros, de telefonía, pago de impuestos, trámite de pasaportes, firma de contratos, transferencias y hasta reconocimiento post mortem.
Pero mostrar el rostro, las huellas dactilares o el iris del ojo a manera de comprobar nuestra identidad podría también vulnerar la privacidad y seguridad de datos y exponer a quienes acreditan su identidad por biometría, a fraudes, discriminación y otros delitos.
Algunos riesgos incluyen falsificación robo de características biométricas, robo de identidad, daño irreparable y discriminación, alertó en su momento, el Instituto Nacional de Acceso a la Información INAI.
Asimismo, sobre el tema se ha planteado también la probabilidad de que los datos personales sean vendidos o vulnerados de manera perjudicial, la fuga de información sensible puede ser una probabilidad, advirtió el investigador de la Universidad de Guadalajara Francisco Jiménez al presentar un balance de la eficacia y los riesgos del sistema biométrico.
De acuerdo con un informe de la agencia de análisis Grand View Research, el mercado de la biometría digital en el mundo crece cada año 22%, pero a la par ha aumentado el gasto en seguridad cibernética.
Lo anterior debido a que las bases de datos biométricos tienen altos niveles de vulnerabilidad, están expuestas a ataques cibernéticos, amenazando la integridad de las personas, sus recursos económicos y su posición social ya que la ciberdelincuencia puede crear identidades falsas o utilizar las huellas dactilares para obtener recursos de manera ilícita.
Los reportes de la Grand View Research, agencia de investigación de mercado y análisis con sede en San Francisco, California, precisan que para 2027 se estará ejerciendo a nivel global un gasto de 65 mil millones de dólares en sistemas de protección de bases de datos biométricos. En 2019 el gasto fue de 14 mil millones de dólares, revela la misma fuente.
De acuerdo con la revista Seguridad UNAM, ante la creación de nuevas tecnologías de almacenamiento de datos personales, persiste la necesidad de proteger adecuadamente los sistemas biométricos a fin de evitar la infiltración de información personal sensible: “Si un atacante roba la base de datos de un sistema de reconocimiento biométrico en el cual se almacenan fotografías, se podría inferir la raza de cada uno de los usuarios, lo que podría ser causa de discriminación u otras acciones”, precisa la publicación.
Un ciberdelincuente, puede incluso reconstruir una huella dactilar a partir de la plantilla de minucias, con un resultado positivo en más del 90% de los casos. Esto indica que pueden identificarse personas o falsificar identidades, mediante huellas dactilares que son obtenidas exitosamente, en su forma original, sostiene la investigación de la UNAM.
Con todo lo que representa el avance tecnológico y las amenazas contra los sistemas de bases de datos biométricos, se estima que en México el 97% de los ciudadanos logrará obtener acceso a este nuevo instrumento, que dejará fuera a más de un millón de mexicanos que carecen de acta de nacimiento y en consecuencia de la CURP y otros derechos a la salud, educación, legales, jurídicos, sociales.
Pero México no es el único país donde los ciudadanos carecen del derecho a la identidad. De acuerdo a una estimación de la Organización Internacional para la Migración de la ONU, actualmente en el mundo hay más de 850 millones de personas sin documentos oficiales de identidad. Más de la mitad son niñas y niños no registrados al nacer, quienes también verán limitado el derecho al reconocimiento y la identidad.