30/07/2025
Durante la década de 1990, Jack Nicholson disfrutaba de un pasatiempo inusual: en lugar de observar estrellas a través de su telescopio en el balcón de Mulholland Drive, espiaba juguetonamente a su excéntrico vecino y amigo, Marlon Brando. Su relación era un fascinante cóctel de caos y afecto. En una ocasión, Brando dejó una nota garabateada en una servilleta que decía: "Estoy demasiado gordo para llegar a la puerta, grita si me amas".
Cuando la casa de Brando se incendió en 1994, Nicholson no dudó en cruzar la calle descalzo, empuñando una manguera de jardín y dando órdenes como si estuviera en una de sus propias películas. Pero esto no era ficción; era la esencia pura de Jack, sin guiones ni filtros. Su amistad encapsulaba lo mejor de Nicholson: un ser absurdo, leal y profundamente humano.
La vida de Nicholson fuera de la pantalla era tan intrigante como los personajes que interpretaba. Nacido en 1937 en Neptune City, Nueva Jersey, creció creyendo que su abuela era su madre y que su madre biológica era, en realidad, su hermana. Esta revelación fue destapada por la revista *Time* en la década de 1970, impactándole de manera silenciosa pero profunda.
Frente a esta revelación, Nicholson adoptó su característico desapego filosófico, afirmando: "No es algo que tú elegirías, pero puedo manejar la verdad". Esta autoconciencia inquebrantable se convirtió en su armadura, tanto en su vida como en su arte.
Su camino hacia el estrellato fue largo y poco glamoroso. Tras años en películas de serie B y pequeños papeles, fue gracias a *Easy Rider* en 1969 que finalmente se abrió la puerta a la fama. Desde entonces, Nicholson ofreció actuaciones memorables en *Five Easy Pieces*, *The Last Detail* y *One Flew Over the Cuckoo's Nest*, papeles que capturaron la inquietud, la rebeldía y la cruda emoción de una América en transformación. Ya fuera un brindis en un restaurante de carretera o un motín en un hospital psiquiátrico, Nicholson aportó una chispa única a personajes que eran todo menos convencionales.
Con el paso de los años, también llegaron las obras maestras: *The Shining*, *Batman*, *Terms of Endearment*, *As Good as It Gets* y *The Departed*. No solo actuó; explotó, provocó y sedujo. Improvisaba escenas, reescribía líneas en su mente y abordaba cada papel como si tuviera vida propia. Incluso cuando se alejó de la actuación, su sombra continuó presente en Hollywood. Jack Nicholson, un hombre que nunca optó por lo seguro, hizo que el cine fuera más emocionante, dejando una huella imborrable en la historia del séptimo arte.