20/07/2025
Durante diez años, ella tuvo una idea muy clara: ahorrar.
Compró una alcancía enorme y decidió llenarla poco a poco.
Se aguantó muchos antojos: nada de helados, ni papitas, ni cervezas.
Caminaba en vez de pagar transporte.
Se quedó con las ganas de comprarse ropa o zapatos bonitos… todo con tal de guardar cada peso posible.
Pasó una década así.
Y cuando por fin sintió que había llegado el momento, rompió la alcancía.
Estaba emocionada… creía tener casi cien mil pesos guardados.
Pero al abrirla, se le fue el alma al suelo.
Las hormigas se lo habían comido casi todo.
Diez años de esfuerzo… y solo quedó el cascarón.
¿Y sabes qué?
Esto pasa más de lo que creemos.
A veces postergamos tanto las cosas, que cuando queremos empezar… ya es tarde.
Perdemos tiempo valioso esperando “el momento perfecto”, dejando pasar oportunidades, sin invertir en lo que realmente podría cambiar nuestro presente.
No se trata de tirar el dinero, pero sí de entender que el tiempo no regresa.
Y que si hoy puedes sembrar, aprender o avanzar… no lo pospongas.
Hazlo ahora.
Porque tal vez mañana… ya no haya tren que alcanzar.
Crédito -Susana Rangel 🐜☕️✍️💬