20/04/2025
«Elegi et Sanctificavi Locum Istum Ut Sit Ibi Nomen Meum et Cor Meum».
«He Elegido y Santificado Este Lugar Para que Allí Estén Mi Nombre y Mi Corazón».
[…] en el año de 1913 y en vistas de los terribles males que amenazaban a la Patria, germinó en muchos corazones piadosos el feliz pensamiento de proclamar solemnemente el reinado del Sagrado Corazón de Jesús en México, y con este motivo se pidió a la Santa Sede facultad de coronar las imágenes del mismo Corazón Deífico, en señal de sumisión y de humilde vasallaje a la innata realeza de Cristo Redentor […]. (Primera Carta Pastoral Colectiva de los Arzobispos y Obispos con Ocasión del Santuario Votivo Nacional al Sagrado Corazón de Jesús en el cerro de «el Cubilete»).
En junio de 1914 el Venerable Episcopado Mexicano realizó un voto ante el Sagrado Corazón de Jesús, en el cual le prometió la edificación de un Templo Nacional, con el fin de que la nación tuviese recuerdo de lo acontecido el 6 de enero de ese mismo año, es decir, la renovación del acto de Consagración y la proclamación de la realeza del Sagrado Corazón de Jesús como Rey de México, en esa misma celebración se le colocaron a los pies la corona y demás insignias reales conforme lo había determinado S.S. Pío X. y además como sitio sobre el cual el pueblo mexicano expresara sus oraciones solicitando al mismo Sagrado Corazón de Jesús, la Paz que tanto necesitaba la nación.
Las Fuentes de Archivo, nos refieren al respecto, que el entonces quinto Obispo de Zacatecas Excmo. Sr. Dn. Miguel María de la Mora y Mora habría enviado un par de cartas el entonces jefe del episcopado Excmo. Sr. Dn. José Mora del Río, Arzobispo de la Ciudad de México, en ellas hacía referencia a que la idea de la realización del voto provenía de un sacerdote de su clero, aunque a nosotros nos parece, sin todavía tener evidencia de ello, que tal vez la idea venga del Excmo. Sr. Dr. Dn. Leopoldo Ruíz y Flores, quien era un fiel devoto al Sagrado Corazón. El prelado de Zacatecas, creemos nosotros, habría tal vez sido su director espiritual y a él le habría expresado su deseo de que el Episcopado Mexicano realizase un voto que consistía en la edificación de un templo nacional, la razón por la cual creemos que sea él quien es el autor de la idea, proviene del sigilo que hacen las fuentes del nombre de dicho sacerdote, a nuestro sólo una causa habría para callar el nombre y es justamente el ministerio que desempeña el director espiritual, y es que como expresa el dicho: se dice el pecado, pero no el pecador.
Por otro lado, es el Excmo. Sr. Dn. Leopoldo Ruiz y Flores quien, al enterarse de que en el cerro de El Cubilete su homólogo de León ha tenido a bien inaugurar un Monumento a Cristo Rey acto que se realizó el 12 de abril de 1920, organiza una primera peregrinación e insta a sus sufragáneos a que lo acompañen a celebrar la Eucaristía en aquel emblemático lugar, por demás emblemático por ser considerado el centro de la República Mexicana y luego unos días más adelante el 10 de octubre de 1920 será él mismo quien proponga que el cerro de «El Cubilete» sea tomado en cuenta como lugar ideal para cumplir el voto realizado en 1914.
Las fuentes documentarias además nos narran que para la realización del voto primero se tuvo a bien consultar a los Arzobispos quienes luego solicitaron la opinión de sus obispos sufragáneos la mayoría de los cuales estuvo de acuerdo con la idea, sólo el Obispo de Veracruz expresaba como opinión que no eran tiempos buenos para comenzar una obra de tal género, pero al mismo tiempo expresaba que atendería lo aprobado por los demás miembros del Venerable Episcopado. Hubo incluso quien ofreció un sitio y el material necesario para que se edificara el templo nacional en Coyoacán.
Pbro. Carlos B. Hernández.