09/02/2024
C̳Ó̳M̳O̳ N̳O̳S̳ E̳S̳T̳Á̳N̳ E̳N̳T̳R̳E̳G̳A̳N̳D̳O̳ E̳L̳ P̳A̳Í̳S̳ (̳1̳)̳
La pérdida de valores en la juventud, raíz
del atraso en vastos sectores de México
+ Poderosos grupos criminales buscan, incluso desde prestigiados organismos de apoyo social, que niños y jóvenes dejen atrás los valores éticos y morales que aprendieron.
+ Reflejo en Yucatán: el narcomenudeo tiene campo libre para operar y crecer en el interior del estado.
+ Esfuerzos del Movimiento Carismático por reencauzar a quienes han perdido el rumbo y la fuerza que les dio la Iglesia Católica
Por Gínder PERAZA KUMÁN
Desde hace unos años, cinco, seis o unos cuantos más, un número cada vez mayor de países ha tenido que reconocer –y denunciar públicamente, casi siempre por medio de la prensa escrita–, el creciente acoso, a veces sigiloso y disimulado y otras cruel y descarado, contra sus niños, adolescentes y jóvenes, en busca de esclavizarlos mediante el consumo de dr**as alucinógenas, ideologías de cara bonita y alma fea y contrahecha, y que además aprovechan cualquier rencor, frustración u odio que brote del corazón de esos desorientados menores de edad, a quienes ciertos gobiernos veleidosos y belicosos les gusta identificar como “ninis”, “porque ni estudian ni trabajan”.
Aunque muchos podrían pensar que ese grave problema –que tiene amplio abanico de repercusiones, desde económicas y diplomáticas hasta turísticas y sociales–, que se origina en una notoria pérdida de valores éticos y morales, es problema de países ricos y desarrollados, lo cierto es que nuestra nación también lo padece, y poco o nada hacen sus gobernantes para que su población sea más culta, más sana y más rica, o de pérdida menos pobre y/o miserable. Sabemos que las nuevas generaciones prácticamente odian los consejos, refranes, advertencias y demás conocimientos generados y acumulados por sus antecesores, contra quienes se rebelan sin pensar un segundo que, en un enfoque general, ningún padre y ninguna madre desea para su retoño otra cosa que no sea para su bien.
AMENAZA VERDADERA
Para corroborar que el problema es real, sobre todo en donde mejor se podría prevenir o revertir –el interior del estado–, entrevistamos a habitantes del municipio de Dzilam González (al que le tenemos especial afecto porque es nuestra tierra natal), quienes además de reconocer las muchas amenazas que se ciernen sobre niños, adolescentes y jóvenes, nos platicaron sobre los esfuerzos que han hecho para contrarrestar los vicios, malas actitudes y conductas que rozan el delito, o de plano sumergen al menor en la inmundicia de la delincuencia, sobre todo el narcomenudeo. Desgraciadamente, subrayaron, hay mucho que hacer y carecemos de apoyo suficiente de las autoridades de los tres niveles: municipal, estatal y federal.
–Nos dicen –apuntó el reportero– que aquí entra uno a cualquier cantina y de inmediato descubre a los encargados de traerles a los “clientes” la droga que necesiten. Que todos en el pueblo saben quiénes son, menos las autoridades.
–Todos lo saben, hasta policías –puntualiza la maestra Ligia del Socorro Sánchez Barrera, a quien varios dzilameños recomendaron entrevistar al saber que el reportero buscaba conocer si los niños y jóvenes de la localidad tienen suficientes “armas” o herramientas éticas y morales para rechazar las amenazas del alcoholismo, el tabaquismo y las dr**as sintéticas, principalmente. Muchos creen que esas lacras no solamente no han perdido nada de su poder, sino que llegan al final de este sexenio operando con más fuerza, más dinero y más moderno armamento y mayor impunidad.
Como es bien sabido, decenas o cientos de niños de municipios del interior del estado empiezan a embriagarse a edades tan tempranas como los diez o doce años. El tabaco ataca a los menores de más o menos la misma edad, mientras que las dr**as sintéticas –las que se crean en laboratorios criminales, no a partir de especies o sustancias vegetales, como el opio y la mariguana– entran a las dramáticas escenas simultáneamente, o muy poco tiempo después.
–Como en Mérida –agregó el entrevistador–, los niños y jóvenes dzilameños conocen demasiado pronto los vicios, en un proceso denigrante en el que, al mismo tiempo, pierden valores, virtudes o cualidades, como la honestidad, el amor y respeto hacia cualquier forma de vida, y la laboriosidad y el gusto por la lectura. *Hay algo que pueda hacer al respecto la Iglesia local*
De inmediato la maestra Ligia del Socorro afirmó que, al menos desde su propio punto de vista en particular, y en general desde la posición del Movimiento de Renovación Cristiana –o “Carismático”, como le llaman coloquialmente y al que la profesora se afilió hace ya muchos años–, en general nunca han tenido problemas para trabajar con niños o jóvenes del municipio, reforzando los conocimientos y convicciones que recibieron o adquirieron en las tempranas etapas de su formación cristiana.
Comentó también que nunca declinan ayudar a quienes se acercan al Movimiento en busca de apoyo, y que les ha tocado atender o gestionar atención incluso para quienes han sido víctimas de abuso dentro de su propia familia. Vicios como el alcoholismo y la drogadicción están casi siempre presentes, mientras se ve cada vez más notoria la ausencia de valores como el respeto a todas las personas, y en especial a la familia, el afán por superarse, y el amor al trabajo, por citar sólo algunos.
AL TERRENO DE LOS HECHOS
Por cierto, en días más recientes se dijo, extraoficialmente, que dirigentes de los grupos carismáticos se reunieron con el cura párroco de Dzilam González, Reyes Melchor Trejo Alvarado, con la idea de retomar el trabajo de educación o capacitación de los niños y jóvenes cristianos católicos. Los informantes agregaron que lo primero que se hará será diseñar un plan de acción, y definir también una estructura con personas responsables de que las cosas se hagan correcta y transparentemente.
En este contexto, el P. Trejo Alvarado anunció el comienzo de la Semana de la Catequesis, a la que se dará toda la importancia que las circunstancias actuales exigen.
Parece pertinente apuntar que hace unos tres meses, más o menos, el padre Melchor –de 68 años de edad y quien además de ser titular de la parroquia de Dzilam González también es responsable de la del vecino puerto de Dzilam Bravo– estuvo enfermo y fue necesario hospitalizarlo. Más o menos un mes se mantuvo alejado de su grey, y ahora se le ve con cada vez mejor ánimo y semblante. Es innegable que su presencia es vital para mantener laborando con buenos resultados a todos los grupos apostólicos locales.
30 AÑOS DE SERVICIO MAGISTERIAL
–Me han dicho que tienes una larga experiencia como trabajadora o colaboradora del Movimiento de Renovación Cristiana, al que también conocen como Movimiento Carismático –expresó el reportero al abrir una entrevista con la joven dzilameña Bellita Carrillo Herrera, quien se jubiló como maestra de primaria, luego de recibir la Medalla por 30 Años de Servicio Magisterial.
Bellita ha regresado a vivir en la casa que fue de sus padres, una que tiene dos plantas y que está a contraesquina del ángulo noreste de la plaza principal. El inmueble, que la profesora jubilada comparte con su hermana menor, Rosita, alberga actualmente una farmacia de marca, y ya antes, hace muchos años, también albergó un negocio del mismo giro.
Sus años pasados frente a grupo escolar, más el trabajo con la gente menuda en los corredores y estancias de las iglesias, le dan a la Profa. Carrillo autoridad para hablar del “trabajo carismático”, que abarca una o más tareas que tienen como fin respaldar o ampliar el trabajo evangelizador.
De lejos y hasta cierta distancia la maestra Bellita proyecta una imagen muy seria, quizás hasta severa. Pero al tratarla ya de cerca se disfruta su charla amena, buen trato y experiencia.
–*Qué es el Movimiento Carismático* –le soltamos a botepronto la primera pregunta.
–Es el equipo de animación de la parroquia –responde sin dudar–. La “oración carismática” está dedicada a prácticamente todas las cuestiones del Espíritu Santo, muy adjunta a lo que es el servicio. Es como la manifestación del amor entre el Dios Padre y el Dios Hijo.
La Profa. Carrillo Herrera detalla que el padre Melchor realiza cada semana una celebración llamada “misa carismática”, a la cual se invita a los habitantes de todos los pueblos circunvecinos. Los feligreses se concentran en el atrio de la iglesia o cualquier sitio descampado, y además de decir oraciones y cantar alabanzas al Señor, forman largas filas para que destacados integrantes de la Iglesia Católica les “impongan las manos”, en un ritual que, afirman los participantes, alivia las presiones emocionales o existenciales que sienten, y los impulsa a sobrellevar o superar sus dudas internas.
–A ratos viene mucha gente que tiene algún problema, si no de salud, pero sí a veces del alma; entonces les imponen las manos, para que aquéllos queden reconfortados –añadió la maestra jubilada.
Carrillo Herrera recordó que el Movimiento Eucarístico llegó a crecer mucho en esta área, pero luego surgieron divisiones y algunos grupos se fueron a otras agrupaciones no católicas. “Ellas pertenecían a ese grupo (el primero y principal), pero desgraciadamente se fueron a otros templos y entonces se pensó que la Renovación Carismática iba a desaparecer. Pero a base de muchas oraciones se fue levantando, y otra vez vino la maestra Ligia (Sánchez Barrera) con sus hermanas, y resurgió el grupo. En la actualidad mayormente se reúnen en casa de la maestra Ligia los lunes de cada 15 días; hablan con el padre (Trejo Alvarado), quien les hace la misa que solicitan. De antes a esa reunión eucarística se le llamaba creo que ´Sitio de Jericó´”.
–Un reportero que mandaba notas desde Valladolid hasta Mérida, para el periódico donde yo era jefe de Información –comenta el periodista– me pidió darle sus saludos al padre Trejo, de quien dijo que es el sacerdote “más fregón que hemos tenido” en esa ciudad del Oriente yucateco.
–Sí, así es él –asiente la maestra–. Para siempre va a dejar huella, estuvo en Valladolid y otras localidades del Oriente; y antes de que viniera a Dzilam González y Dzilam Bravo trabajó en las iglesias de San Cristóbal, Santo Niño de Atocha y otras de la parroquia de Mérida, sede del Arzobispado y de la Parroquia de Mérida.
LA IGLESIA SUBRAYA EL VALOR DE LA PRUDENCIA
Fue difícil conseguir que el Padre Melchor nos diera una entrevista para hablar principalmente de la lamentable pérdida de valores éticos y morales que experimentan actualmente niños y jóvenes, como presuntos objetivos de poderosos grupos que quieren manipular, para su propia conveniencia y desde prestigiadas trincheras mundiales, a diversos organismos afiliados a la ONU, o que forman parte de esa organización.
Al principio nos enteramos de que el sacerdote estaba enfermo, y luego cuando se reincorporó a sus tareas cotidianas no le quedaba tiempo para la charla que le proponíamos. Pero cuando Dios apoya una causa, ésta se abre camino casi mágicamente.
Una noche nos encontramos al veterano sacerdote en el pequeño jardín que tiene la casa cural en el lado norte de su terreno. “Sí, ya vi las preguntas que me mandó usted por internet, como le había yo pedido. Son unas bombas”, expresó.
–No es conveniente que la Iglesia asuma la conducción de un asunto que deben atender los laicos –explicó el presbítero, quien reconoció que con cierta frecuencia se observa que grupos de elementos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional realizan recorridos de vigilancia por la zona.
También dijo, ante otra pregunta del reportero, que, desgraciadamente, hay muchos casos en los cuales la gente más pobre cae en manos de quienes manejan y se benefician de la corrupción, un mal social que viene agravándose.
Horas antes de oficiar la Misa de Navidad, el P. Trejo exhortó a los feligreses a rezar y pedir “por el bien de nuestra patria, de nuestro pueblo”, y también apuntó, ya en su homilía, que en la Biblia no se exhorta a vivir buscando acumular bienes y riqueza material, sino aprendiendo a imitar al Mesías en la comprensión de la pobreza, la humildad y la sencillez.