02/11/2025
“Mi tierra aún sabe amar” ❤️
El cierzo nocturno ha llegado, acompañado de pringas que desbordan aroma a tierra. Los rostros se invaden de tristeza y júbilo, empezando a pregonar, que nuestros difuntos nos han de visitar.
La jarana y el violín se empiezan a afinar, porque Xochipitzahuatl, la bruja y la llorona, entre las calles notas brisarán. Las madrecitas, hojas para tamal empiezan a buscar, porque su sazón no puede faltar, ni las calabacitas, ni el arroz con mole, que todos suelen amar, y si a un muertito frío le quiere dar, un atolito, un champurrado y su bomba se le pondrá. Dulce de leche, para los niños se ofrendará, y hasta el refresco para que no se vayan a desganar.
Pero el café y el azucar, a los fieles difuntos despertará, como en los años de gloria, que tuvieron que trabajar, entre el sol y el cañal. Incluso recordarán que era habitual, verlos sonreir y compartir los alimentos con los demás. Con el sudor en la frente y el machete afilado, la felicidad del hogar, surgía en cada zafra y uno que otro enfiestado. Había que esconder la ropa de la ceniza del ingenio, y ni las calles se salvaban, pues había tremendo reguero, y claro, uno que otro golpe en el ojo, para quien en el puente andaba de curioso, y es que brincaban de los camiones viejos, una que otra caña. Ahora ya sólo brilla la naranja, la mandarina y el limón, siendo herencia ancestral, para las familias que su tierra saben amar.
En el altar, papel picado adorna de forma multicolor, el arco con palmas, es el portal de los muertitos, que perciben el aroma del copal y la caliente infusión. Pétalos desgranados de cempasúchil y mano de león, visten el suelo de alfombras, con velas y cirios que los arropan de calor.
La fiesta mexicana, empieza a retumbar, con su influencia prehispánica del culto a los mu***os, el altar ha de perdurar, brindemos ofrendas para la travesía hasta el Mictlán, con su guía el valiente Xoloitzcuintle, nada los parará. Si de Castilla y Aragón, España con el cristianismo nos influenció, que importa, si somos felices bailando y festejándole a la muerte, y a nuestros queridos viejos, como una sola nación.
Redacción: Mtro. Alfredo De Jesús González Juárez.