18/08/2025
“Honor a quien honor merece: Matehuala despide a la Maestra María Teresa Álvarez Diez”
Hay vidas que no se miden en años, sino en las huellas que dejan en los demás. La Maestra María Teresa Álvarez Diez fue una de esas personas que, con su vocación y entrega, transformó la vida de generaciones enteras en Matehuala y en el Altiplano Potosino.
A los 93 años de edad emprendió su viaje eterno, pero su legado seguirá siendo luz y guía en cada alumno que enseñó, en cada aula que dirigió y en cada ciudadano que aprendió de sus valores.
Hija de una familia comprometida con la comunidad, Teresa eligió el camino de la enseñanza. Se formó como normalista y más tarde en la Normal Superior en la Ciudad de México, construyendo una preparación sólida que le permitió dar lo mejor de sí a su ciudad. Su trayectoria inició en la Escuela Secundaria Federal Francisco Zarco, donde pasó de ser secretaria a maestra y después directora. Allí, más allá de impartir clases, dejó un sello que aún permanece vivo: bajo su dirección se elaboró el logotipo de la institución, símbolo que hasta hoy identifica a generaciones de estudiantes.
Pero su labor no se limitó a una sola escuela. También compartió su conocimiento en el Colegio Amado Nervo, participó como fundadora de la Escuela Preparatoria de Doctor Arroyo y, siguiendo los pasos de su padre —quien fue presidente municipal en 1940—, incursionó en la vida pública como regidora del Ayuntamiento de Matehuala.
Quienes la conocieron saben que la maestra Teresa fue estricta, sí, pero también profundamente humana. Su exigencia formó disciplina; su rigor, respeto; y su ejemplo, responsabilidad. Más que transmitir materias, ella sembró carácter y valores. Fue constructora de sueños y de ciudadanos.
Su comunidad reconoció esa entrega: una calle lleva su nombre, al igual que un área del organismo operador de agua potable municipal. Pero más allá de los homenajes, lo que permanece es la memoria viva de sus alumnos, hoy padres y abuelos, que continúan transmitiendo lo que ella les enseñó.
En su vida personal, caminó siempre de la mano de su esposo, el señor Constantino Alonso López, a quien acompañó con fidelidad y amor hasta su partida.
Hoy, su fallecimiento nos recuerda que el verdadero legado de los maestros no se borra con el tiempo. Ellos son los arquitectos invisibles de la sociedad, los que edifican con paciencia el futuro de cada niño y cada joven.
Matehuala la despide con gratitud y respeto. La Maestra María Teresa Álvarez Diez ya descansa, pero su voz, su ejemplo y sus enseñanzas permanecerán en las generaciones que ayudó a formar.
Que el Creador la reciba en su reino. QEPD. ✝️