13/08/2025
🐕✈️ Palma, la perrita que esperó a su dueña durante años.
En 1974, en el aeropuerto de Vnukovo, en Moscú, Rusia, un pastor alemán llamado Palma estaba a punto de viajar con su dueña a Norilsk. Tenían todo listo… pero faltaba un papel: el certificado veterinario. Sin él, Palma no podía subir al avión.
No hubo tiempo de buscar una solución, así que su dueña la abrazó por última vez, le quitó la correa y se marchó. Palma corrió por la pista siguiendo el avión hasta que el Il-18 fue solo un punto en el cielo.
Los días pasaron… y Palma seguía allí. Dormía bajo un remolque, se acercaba a cada avión que aterrizaba y olfateaba a los pasajeros, como si todavía esperara verla bajar de las escaleras.
Los trabajadores del aeropuerto y hasta los pilotos la conocían. Uno de ellos, el capitán Viacheslav Valentei, la veía siempre desde su cabina, tranquila y paciente.
En 1976, un periódico publicó su historia y todo el país supo de ella. La antigua dueña apareció y pese a que dijo que iría por ella, nunca volvió a buscarla.
Finalmente, una profesora de Kiev, Vera Kotliarevskaya, decidió adoptarla. Cuando Palma llegó a su nueva casa, se acercó a la hija de Vera, que dormía, le lamió la mejilla y le mordisqueó suavemente la oreja… como si fuera su manera de decir “gracias” por darme un nuevo hogar.
Ese día, después de años esperando en un aeropuerto, Palma entendió que ya no tenía que buscar más.
A veces los animales nos dan lecciones que los humanos olvidamos: la lealtad no entiende de distancias… ni de aviones. 🐾❤️