ACTUALIDAD DIGITAL.MX
Cubriendo informativamente desde México hasta Centroamérica
A lo largo de la historia, las revoluciones tecnológicas e industriales, han desempeñado un papel determinante y crucial en el destino de la humanidad, influyendo en el desarrollo de toda la sociedad y de sus integrantes.
En el siglo XIX, la Revolución Industrial, décadas atrás fue la que marcó el devenir del hombre, entendiéndose todo esto; como una entidad social y cultural.
Con la llegada de la era digital y junto a ella, las nuevas tecnologías, como era de esperarse todo esto ha generado; un crecimiento tecnológico sin precedentes.
De manera tal, que ya en determinados ámbitos de la sociedad, de sus usos y costumbres, se hable de que vivimos la Revolución Tecnológica.
Es claro y evidente, que la era tecnológica; no sólo ha favorecido una mejora en la calidad de los servicios, sino que también tenemos, un aumento espectacular en la diversidad de los mismos.
De manera tal, que la implementación de estas nuevas tecnologías, está dando lugar a lo que actualmente conocemos; como la sociedad de la información o del conocimiento.
La revolución del click y al instante.
Esto nos ha llevado a plantear claramente, que se debe de generar dentro de este medio de comunicación digital; con presencia ya en Instagram, Twitter, YouTube y WhatSapp, y en plan de expansión a otras diversas plataformas digitales, la demanda de información de calidad.
Información, en la que prime el interés público, el contexto, la relevancia del hecho, la pertinencia social, es decir, la información veraz, el dato y el hecho comprobable, objetivo.
Es decir, que ACTUALIDAD DIGITAL.MX informa y al mismo tiempo, forma a la ciudadanía. Educa y muestra, la verdad real de los hechos.
Tal cosa es así, por cuanto consideramos que el periodismo, nació de un ser social preocupado de saber, de comprender y de relacionarse. Eso sí, tenemos clarísimo, que, de no existir complicidad, complacencia, sometimiento y vasallaje, de parte de un medio de comunicación, hacia la clase política y empresarial, la respuesta es, el abuso del poder y a la persecución de los periodistas.
Como de igual manera sabemos que la otra cara de la moneda, nos lleva a una segunda opción, donde en los medios de comunicación, se abren las puertas a la irresponsabilidad, el sensacionalismo, el morbo, la publicación de chismes y de información rosa y cual Judas, por unas monedas, la mercantilización de la información.
Contrario a ello, exige darle a conocer a la sociedad, lo que ha sido previamente conocido como relevante por el periodista. La verdad real de los hechos y sus implicaciones para la sociedad misma.
Esto es así, porque es de justicia hacerlo. La sociedad como tal, tiene derecho. Y es aquí, donde radica el derecho a la información, a conocer la realidad, puesto que, de manera evidente, sólo conociéndola, podrá como ser humano ser libre de tomar sus decisiones, de formarse sus opiniones y de conocer, que está pasando exactamente en su sociedad.
Más junto al deber de los medios de comunicación y de los periodistas, también está el deber de los integrantes de la sociedad a informarse, a leer, a conocer lo que pasa en su entorno.
Recordemos claramente, que, para la clase política en cualquier país del mundo, en sus usos y costumbres, está el de coartar la libertad de las personas a contar con información real, verdadera.
Y que la mejor manera, en que mantienen a sus pueblos en silencio y domesticados socialmente, es a través de su ignorancia.
Y es de entenderse, que ignorancia no sólo es, no asistir a la escuela.
Se es ignorante, cuando no hay interés en conocer, cosas que le atañen en su vida diaria. Se es ignorante, cuando no conocen los derechos ciudadanos y el cómo funciona el aparato estatal.
Se es ignorante, cuando no le prestamos atención; entre tantos y tantos aspectos de importancia dentro de una sociedad, a los temas que inciden en nuestra calidad de vida, en la educación y en la formación de un país.
Es por ello, que los pueblos no deben de olvidar, que un pueblo informado verazmente, que un pueblo culto y conocedor de sus derechos, no es presa fácil de la clase política.
Conociendo de antemano, la antes señalada realidad, estamos claros, que, como medio de comunicación, mantenemos un compromiso tanto con la educación de los pueblos, como en la construcción ciudadana. Y que, además, en nuestra condición de formadores de opinión, de voceros e intérpretes de las inquietudes y expectativas de la población en general, mantenemos un contrato tácito con la ciudadanía, a la cual nos debemos.
Es por ello, que entendemos, que la relación entre comunicación y educación se da, desde el origen mismo de ambos conceptos: no puede entenderse la tarea educativa de un medio de comunicación, sin una acción comunicativa. No hay quién enseñe, si previamente no comunica.
Es más que sabido, que los desafíos que hay por delante, son de gran magnitud. El mundo está siendo transformado por la globalización y todos nosotros, junto con ella. El primer motor de ese proceso, es la revolución tecnológica, en los ámbitos de la información y la comunicación.
Es más que evidente, que prácticamente todas las actividades productivas de la sociedad, se tornan intensivas en el uso de conocimientos. Y es en este aspecto, donde todas las sociedades contemporáneas; confrontan un desafío similar: deben elevar sus capacidades de generar conocimiento, de adquirirlo y adaptarlo, de transmitirlo y distribuirlo a la población en su conjunto, así como de participar en su evolución y comunicarlo, en todas las direcciones.
En otras palabras, brindar una información de calidad, unida a una gestión de educar al lector y de hacerle partícipe, de sus derechos como ciudadano. Y estas acciones son válidas en cualquier país del mundo.
De manera tal, que, como medio de comunicación, tenemos en nuestras manos una responsabilidad importantísima: recuperar la verdad, ayudar a construirla y trasmitirla.
Y esta es nuestra lucha diaria y lo seguirá siendo. Como medio de comunicación digital, nos encontramos en construcción y en expansión a las distintas plataformas digitales, que el Internet nos ofrece.
Y lo hacemos despacio, más con buena letra.
Todo ello, con la finalidad de que usted pueda escuchar, leer y ver nuestras informaciones. La lucha es y será permanente.
Un medio de comunicación debe de ser un catalítico de actividad para de esta manera ayudar a la sociedad a descubrir, crear y desarrollar su propia capacidad. La democratización de la comunicación, es ante todo una cuestión de ciudadanía y justicia social, que se enmarca en el derecho humano a la información y a la comunicación.
Todo esto es consustancial a la vida democrática de la sociedad misma, cuya vitalidad depende de una ciudadanía debidamente informada y deliberante para participar y corresponsabilizarse en la toma de decisiones en los asuntos públicos.
Es nuestra intención por ello, el consolidar una relación a largo plazo con nuestros seguidores, basándonos en la confianza mutua, en la vocación de aumentar la calidad informativa, así como en la coherencia entre lo que hacemos y lo que decimos.
De esta manera, estamos seguros que podremos seguir cumpliendo, con la que ha sido siempre; nuestra razón de ser: formar, informar, educar, y crear conciencia en todos nuestros lectores.
El Editor