12/05/2025
́n
La Insistencia de rectoría por criminalizar la protesta: La protección de su Capital.
La UNAM busca el “diálogo”, pero cuando vas a rectoría te mantiene horas esperando. Busca “escuchar” a su comunidad, y sin embargo sus oídos sólo atienden a las voces externas que le aseguran una buena imágen pública; esa imágen de excelencia que no muestra la explotación laboral e intelectual; esa imágen de compromiso social que encubre a sus agresores y esa imágen de vanguardia que oculta su conservadurismo.
La UNAM “condena la violencia”, pero la fomenta. Sus porros y esquiroles son sólo su último recurso. En sus instalaciones lo habitual es saber que pasarás hambre ya que importó más hacer negocios con empresas privadas, que otro día más sufrirás violencia de género, que otro día más tu cuerpo y psique no descansarán porque tienes que seguir generando capital para la universidad.
La UNAM llama a conducirse por los “valores universitarios”, pero su “igualdad” aplica sólo para sus vacas sagradas; su convivencia “pacífica” se basa en el encubrimiento de agresores; su “responsabilidad social” no incluye los deberes con su propia comunidad y su transparencia es tan turbia que no se ve el respeto ni la tolerancia que dicen promover y practicar.
En aras de generar capital intelectual explota la psique de sus docentes y alumnxs.
En aras de generar capital económico comercializa con la educación y la alimentación.
En aras de generar capital simbólico criminaliza a la disidencia.
Hace tiempo que su “diálogo” y sus “valores” son burgueses. Hace tiempo que dejó de ser de la nación. Hace tiempo que su “autonomía” obedece al capital. Hace tiempo que es una empresa disfrazada de Universidad.