
04/05/2025
“Mientras unas leían la Biblia, violaban a las de enfrente, niñas desde 6 años a 8-9 años” en el Instituto del Caribe, hoy Cumbres, en Cancún,
Depresión, cuadros de angustia, ansiedad, tristeza profunda, soledad, señalamiento social, bullying, son algunas de las situaciones que genera en las víctimas que son abusadas sexualmente. Tal es el caso de la conductora Ana Lucía Salazar, quien reveló hace unos meses lo que había sufrido en 1992 cuando tenía 8 años en manos de Fernando Martínez Suárez (miembro actual de los Legionarios de Cristo) en el Instituto del Caribe, hoy Cumbres, en Cancún, Quintana Roo.
El revuelo que causó la acusación de Salazar forzó a la orden religiosa a abrir una investigación interna, cuya conclusión fue presentada con el comunicado.
“Mientras unas leían la Biblia, violaban a las de enfrente, niñas desde 6 años a 8-9 años; no tiene razón de ser la Legión de Cristo. Es como desarticular un cártel, tienes que quitar al cabecilla, desmantelarlo”, comentó Ana Lucía.
“HABÍA UNA MAESTRA, AURORA MORALES, QUE ERA PREFECTA DE DISCIPLINA Y APARTE DABA MORAL, Y ELLA SE ENCARGABA DE SACARME DEL SALÓN Y LLEVARME CON FERNANDO MARTÍNEZ PARA QUE ÉL ME VIOLARA EN LAS CONFESIONES O EN LA OFICINA”.
“Yo lo que quiero es que el Papa se radicalice. Sólo hay una postura, a favor de los niños violados”, afirmó, señalando que no se puede apoyar a una congregación que resguarda a “maleantes, delincuentes, violadores, cómplices y victimarios”.
Los Legionarios de Cristo tienen un historial de ser una cadena de violadores de menores, ya que se ha fundamentado y encubierto desde el Vaticano hace más de medio siglo.
Los Legionarios de Cristo presentaron el pasado 22 de noviembre un comunicado en el que reconocieron los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Martínez Suárez, exdirector del Instituto Cumbres, contra alumnas a principios de la década de los 90, las víctimas aseguraron que aún persiste el encubrimiento y omisiones de los actuales dirigentes.
El Vaticano tiene documentos sobre la conducta del fundador de los Legionarios de Cristo Marcial Maciel desde 1943 y quien ahora se sabe que abusó sexualmente de Fernando Martínez Suárez, quien es acusado por Salazar y exige justicia.
Martínez fue uno de los casi doce sacerdotes de la Legión que de niños habían sido víctimas del fundador y que con el tiempo abusaron de otros menores, una cadena de abusos de varias generaciones que la orden reconoció.
Los legionarios de Cristo emitieron un informe donde aceptan que se habían cometido 175 casos de abusos a menores y 60 son adjudicados a Marcial Maciel.
Ante estas aberrantes historias dentro de la legión, el papa Francisco aceptó la salida del abusador sexual Fernando Martínez Suárez “por el bien de la Iglesia Católica”, sin embargo, el violador, actualmente de 79 años, vive “tranquilamente” en una casa religiosa en Roma, Italia. Entre las sanciones que le ha impuesto la congregación mexicana se encuentra la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal y se determinó que reciba un “acompañamiento psicológico adecuado”, pero seguirá perteneciendo a la legión, mencionaron en comunicado por parte del Vaticano, en el cual no se ofrece evidencia de ello ni mayor castigo ante las autoridades y quedando el caso impune.
Una vez más el Vaticano queda como encubridor de estos delitos sexuales y las víctimas seguirán siendo eludidas en los casos de pederastia por parte del clero, restando importancia a esta delicada situación que sigue ocurriendo, pero lo más importante es hablar y no tener temor.
Ante el comunicado, Ana Lucía Martínez manifestó su inconformidad en sus redes sociales:
“POR BIEN DE LA IGLESIA CATÓLICA” Y NO POR EL BIEN DE LAS VÍCTIMAS FRANCISCO LLAMADO BERGOGLIO ACEPTÓ LA RENUNCIA DE FERNANDO MARTÍNEZ DEL ESTADO CLERICAL Y DEJÓ CLARO QUE LA LEGIÓN DE CRISTO DEBÍA SEGUIRLO MANTENIENDO DENTRO DE SUS FILAS Y EN SUS GASTOS”.
PARA LAS VÍCTIMAS NADA, PARA LA INSTITUCIÓN TODO.
Así una vez más la iglesia católica generalizada vuelve a darme la espalda y a destruir mi humanidad, esa niña de 8 años que vuelve a ser víctima una y otra vez de la maldad de los que hablan de Dios pero rompen en pedazos a los más indefensos.
SI ESTO NO ES TRAICIÓN Y RECHAZO, ENTONCES NO SÉ CÓMO LLAMARLE. UNA VEZ MÁS ME DESPOJAN Y ME TIRAN A LA BASURA COMO SI NO VALIERA NADA
Con el ánimo en el suelo les digo que no sólo mi niña de 8 años siente perder la batalla, perdemos también todos. Todos los que creímos somos hoy víctimas.
Me siguen vandalizando y nadie hace nada.
No soy yo la enemiga de la iglesia, la iglesia ha sido la enemiga de los niños que viola, acalla y luego humilla...
HABEMUS PAPAM.