24/05/2021
Algo de lo que podrás encontrar en: Aviso Oportuno de Amor y Desamor.
"El día en que odie el 15 de septiembre"
Siempre me han dicho que soy una persona muy aprehensiva y seguramente lo que voy a relatar es el motivo por el que odio estas fechas. Todo inicio un 14 de septiembre en el que finalmente me arme de valor y decidí declararle mi amor a la chica por la cual suspire muchos años, de nombre Lola. Ella me dijo que necesitaba pensar su respuesta y que esta me la daría al día siguiente, en la fiesta de su hermano Edgar.
Ese 15 de septiembre, estaba feliz, tenía un buen presentimiento, todo parecía indicar que sería un gran día, pero como a las diez de la mañana recibí una llamada que cambiaría todo. Era mi amigo Alexis, para platicarme muy emocionado, que daría una fiesta. Lo extraño del asunto es que a mi amigo no le gustan las fiestas, no suele ser una persona que tenga muchas amistades y sobre todo, no se me hacía normal escucharlo tan contento. La llamada no solamente era para invitarme, sino para pedirme de favor que lo ayudara con los preparativos, así que nos quedamos de ver al medio día.
La idea original, era ayudar a Alexis a comprar todo lo que necesitara, estar un rato en su fiesta y llegar como a las ocho de la noche a la fiesta del hermano de Lola. Mi amigo no sabia que comprar para su fiesta, así que fuimos al supermercado a comprar desde un estéreo, discos compactos, bebidas y comida para la reunión. Mientras comprábamos todo, Alexis me confesó el verdadero motivo de organizar la fiesta. Había invitado a la chica que le gustaba a una fiesta, ella le dijo que sí, motivo por el cual al no tener la invitación para una, decidió organizar la suya y de hecho segun él la había organizado en grande, ya que esperaba a treinta personas aproximadamente, siendo que posiblemente podrían ser más.
El punto de reunión no fue en su casa, sino en la estación del metro mas cercana a su escuela. Había citado a todos sus amigos a las cinco de la tarde, y de ahí nos dirigiríamos a su casa. Todo parecía estar bien planeado hasta que llegamos al anden donde esperamos un buen rato; dieron las cinco y media, y solamente una chica había llegado. Esperamos hasta las seis de la tarde y fueron tres chicas las que cumplieron, desgraciadamente no llegó la chica que le gustaba a mi amigo. A mi amigo ello no pareció importarle mucho, las chicas que llegaron eran buenas amigas de él y se veían todos muy felices, aunque en el fondo yo si me sentía mal por él, lo peor de todo era que no sabía como decirle que toda vez que su fiesta había fracasado yo tenía que irme para ir a la fiesta que se llevaría a cabo en la casa de Lola.
Las amigas de Alexis acordaron que no tenía caso ir a una fiesta donde solamente estuviéramos los cinco encerrados, por ello, propusieron ir a la plancha del Zócalo para escuchar el grito de Independencia, comer rico y echar relajo con toda la gente que se reúne en ese punto. Quise mencionar que me tenía que ir, pero por una parte me sentía mal por mi amigo, por otra ellas se veía en verdad emocionadas, pero, por otro lado, nada de eso me importaba tanto como recibir la respuesta de parte de Lola, habia esperado tanto tiempo ese momento de andar con ella, que no quería dejar pasar otro instante.
Finalmente ganó mi corazón de pollo y fui con mi amigo y sus amigas a la plancha del Zócalo, donde dicho sea de paso ellos se la pasaron genial. En verdad, mi amigo suele ser tan amargado que ese día me sorprendió verlo tan feliz, digo, hasta se tomó una foto con Barney, en la cual también salí yo con una cara de pocos amigos. No sé porque pero se me hacía extraño ver a mi amigo tan feliz, sobre todo tomando en cuenta el gasto que había hecho en balde con los preparativos, que no había llegado la chica de la cual estaba enamorado, que nos mojamos porque empezó a llover y con ello la ciudad se volvió un caos, no sé simplemente no lo comprendía y dentro de mi amargura por ya quererme ir, me agradó verlo contento.
Las horas transcurrieron, no nos quedamos a escuchar el grito de independencia, corrí, anduve con prisas, me desespere con el trafico, y cuando llegue a casa de Lola, eran casi las diez de la noche. La busque por todos lados para encontrar la respuesta de que ella me había esperado, pero como no llegue, se había ido a la fiesta de una prima. Al día siguiente, vi a Lola, hablamos y me dio la respuesta que tanto había esperado, fue un rotundo “no”. Si no había podido cumplir con el compromiso de ir a la fiesta de su hermano, seguramente no podría cumplir con un noviazgo. Se que esta historia es tonta y no justifica que odie estas fechas, pero así fue como sucedio.