23/09/2024
In a small town, there was an old abandoned mansion that no one dared approach. They said she was cursed. Every family that tried to live there ended up fleeing, terrified by what lived within its walls. Clara, a curious and skeptical young woman, decided to investigate on her own. A cold night, with a flashlight in hand, crossed the threshold of the door. The air felt heavy, as if something invisible was watching her from every corner.
While exploring, he noticed the windows were sealed from the inside and the dust covered everything except a single mirror in the master room. The mirror, bright and pulse, seemed out of place in that setting of decay. Intrigued, she got closer. At first, he saw his reflection, but then, the image began to distort. Her own face faded and instead appeared the one of a little, pale, empty-eyed girl, who seemed trapped on the other side of the glass.
Suddenly, the flashlight flashed and the door suddenly closed. Clara tried to run away, but her feet wouldn't respond. Something was holding her back. The girl in the mirror began to whisper, asking for help. Clara, with her heart opened, heard footsteps crawling behind her. Turning around, he saw a tall and thin shadow, with a crooked smile. The figure pointed at her, her fingers stretched like claws. She felt a bone-chilling chill, as the whole house twisted, trapping her. The mirror was the last thing he saw before everything got dark.
Days later, the mansion became silent again, but in the mirror, now gleaming, a new figure appeared: Clara's, trapped, with a desperate look, waiting for the next visitor.
En un pequeño pueblo, había una vieja mansión abandonada a la que nadie se atrevía a acercarse. Decían que estaba maldita. Cada familia que intentaba vivir allí terminaba huyendo, aterrorizada por lo que habitaba en sus paredes. Clara, una joven curiosa y escéptica, decidió investigar por su cuenta. Una noche fría, con una linterna en mano, cruzó el umbral de la puerta. El aire se sentía pesado, como si algo invisible la observara desde cada rincón.
Mientras exploraba, notó que las ventanas estaban selladas desde dentro y el polvo cubría todo, excepto un solo espejo en la sala principal. El espejo, brillante y pulcro, parecía fuera de lugar en aquel entorno de decadencia. Intrigada, se acercó. Al principio, vio su reflejo, pero luego, la imagen empezó a distorsionarse. Su propio rostro se desvaneció y en su lugar apareció el de una niña pequeña, pálida, con ojos vacíos, que parecía atrapada al otro lado del cristal.
De repente, la linterna parpadeó y la puerta se cerró de golpe. Clara intentó huir, pero sus pies no respondían. Algo la sujetaba. La niña del espejo comenzó a susurrar, pidiendo ayuda. Clara, con el corazón desbocado, escuchó pasos arrastrándose detrás de ella. Al voltear, vio una sombra alta y delgada, con una sonrisa torcida. La figura la señalaba, sus dedos alargados como garras. Sintió un frío que le calaba los huesos, mientras la casa entera se retorcía, atrapándola. El espejo fue lo último que vio antes de que todo se oscureciera.
Días después, la mansión volvió a quedar en silencio, pero en el espejo, ahora reluciente, una nueva figura apareció: la de Clara, atrapada, con una mirada desesperada, esperando al próximo visitante.
