
31/05/2025
Antes de que las redes sociales nos enseñaran cómo aplicar el rubor “correctamente” o qué tono estaba en tendencia, el maquillaje ya era parte de mi vida. Lo descubrí en la secundaria, a escondidas, cuando juntaba los cambios que sobraban de las cartulinas para comprar un rímel o una sombra.
No era algo planeado ni muy elaborado. Solo sentía curiosidad. Me atraía la idea de probar, de verme distinta, de jugar con los colores y labiales. En ese momento, marcas como Jordana, Prosa y Bissú eran todo lo que necesitaba: accesibles, fáciles de encontrar y con algo especial que no sé si era el empaque o la emoción de comprarlos por mi cuenta.
Podías armar una rutina de maquillaje completa con menos de 50 pesos, y aquí entre nos... la máscara de pestañas Prosa sigue siendo de las favoritas, ¿no crees? Aunque hoy su precio ya no es el mismo, ha ganado tanto respeto que hasta makeup artists profesionales la recomiendan.
Con esos productos armé mis primeras rutinas, sin tutoriales ni referentes, solo con ganas de explorar...
Y aunque hoy las estéticas, las marcas y las fórmulas han cambiado, hay algo de esa etapa que siempre me acompaña. ¿La calidad? Sí, ¿El precio? ¡Por supuesto! Este post solo es desde la nostalgia antes de que llegarán 50 mil marcas a nuestro feed.
¿Tú cuál sigues usando?