Revista Bicentenario, El Ayer y Hoy de México

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Revista Bicentenario, El Ayer y Hoy de México BiCentenario busca difundir la historia y otras ciencias sociales y humanidades a un público amplio.

La revista BiCentenario busca ser un órgano de difusión de la historia y otras ciencias sociales y humanidades del Instituto Mora y alcanzar a través de artículos originales a un público amplio, no sólo a especialistas. A lo largo de sus diversas secciones, la revista se ha preocupado por recordar, hacer balances, rememorar el camino recorrido, reconocernos en el pasado, advertir los cambios, lo q

ue aún permanece y lo que es necesario modificar. BiCentenario no sólo pretende suscribirse a dos fechas y a las gestas que dejaron huella en el devenir nacional y cuyos capítulos han llenado innumerables páginas de nuestra historia, sino que invita a seguir hurgando en el pasado, para detenerse a ver, con otras miradas y a través de nuevos prismas, lo que fuimos ayer, para explicarnos quiénes y cómo somos hoy y, tal vez, hacia dónde vamos. Para lograr estos propósitos, hemos contado con el invaluable apoyo de nuestros iconógrafos, quienes a través de la búsqueda paciente y concienzuda de las imágenes necesarias nos han facilitado el objetivo de trasladar a los lectores a otras épocas, y de paso, a la reflexión sobre sí mismos. Sin duda, la labor de los editores y diseñadores con quienes se ha compartido el trabajo han hecho de los números de la revista ejemplares dignos de ser admirados, además de leídos. En resumen, se trata de una publicación novedosa, en el sentido de que a través de un lenguaje sencillo y cotidiano pretende respetar los parámetros de la verdad histórica y las ciencias sociales y las humanidades, mediante el ejercicio del difícil arte de elaborar textos de difusión.

La mirada positiva que hacían en Washington sobre el gobierno liberal del oaxaqueño tuvo su peso en el reconocimiento po...
24/07/2025

La mirada positiva que hacían en Washington sobre el gobierno liberal del oaxaqueño tuvo su peso en el reconocimiento político. Pero también influyó con determinación el empresario y excongresista estadunidense, Émile La Sère, conocido de Juárez durante su exilio en Nueva Orleans. Los estadunidenses jugaban con una carta especial: obtener a cambio un tratado para transitar por el istmo de Tehuantepec.
"De cómo Estados Unidos reconoció al gobierno de Juárez" por Ana Rosa Suárez Argüello. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 68.

https://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/de-como-estados-unidos-reconocio-al-gobierno-de-juarez/

La memoria acumulada en documentos y testimonios nos revela lo que fue la cabecera de la prefectura de Tacubaya. De su z...
23/07/2025

La memoria acumulada en documentos y testimonios nos revela lo que fue la cabecera de la prefectura de Tacubaya. De su zona de huertos y jardines, casas de campo amplias, gente sencilla, de trabajo. Que no fue ajena a las consecuencias de los desastres naturales y los conflictos políticos, como tampoco al desarrollo urbano que la despojó de su traza rural y las costumbres pueblerinas.
"Así era el pueblo apacible de Mixcoac" por Laura Suárez de la Torre. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 68.
https://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/asi-era-el-pueblo-apacible-de-mixcoac/

Revelarse contra una autoridad militar en la Nueva España implicaba una ruda respuesta. El mulato Joseph Yermo supo de e...
22/07/2025

Revelarse contra una autoridad militar en la Nueva España implicaba una ruda respuesta. El mulato Joseph Yermo supo de ella entre azotes y trabajos forzados. Infringir la ley implicaba castigos rehabilitadores y beneficios de mano de obra barata para el rey y las instituciones políticas y económicas.

"Los castigos implacables en la Coahuila del siglo XVIII" por Jairo Eduardo Jiménez Sotero. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 68.

https://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/los-castigos-implacables-en-la-coahuila-del-siglo-xviii/

¿Ya conoces el último número de BiCentenario? El pasado siempre dejará enseñanzas a las cuales asirnos para entender de ...
20/07/2025

¿Ya conoces el último número de BiCentenario?

El pasado siempre dejará enseñanzas a las cuales asirnos para entender de qué están hechos los mensajes del presente. Y hasta por qué ciertas maquinaciones e intrigas que hoy cuesta comprender, tuvieron su explicación en tiempos no tan añejos. Que se plantee en estos días la cesión de un país –Canadá–, la venta u ocupación de los territorios de otro –Groenlandia–, el control de un paso económico estratégico –Canal de Panamá– y más cercano a nuestra historia, la oferta para que soldados extranjeros ingresen a México con fines militares, no trata de ocurrencias descabelladas si el pasado ofrece antecedentes. Entre 1835 y 1846, los colonizadores angloamericanos comenzaban a llegar a Texas en carretas para obtener prosperidad, pero principalmente hacerse de esas tierras ricas para la producción agropecuaria. Pero su mentor, el empresario Esteban Austin, consideraba que lo más importante para esa estrategia de poblar era apoderarse de los puertos en el golfo de México, desde donde podrían comercializar, liberados de los aduaneros mexicanos, su principal ingreso de entonces, la exportación de algodón. Las artimañas de desconocer a la autoridad mexicana y ocupar las costas fue una guerra de la que se ha hablado poco, y ayuda a entender en 2025 aquellos esbozos imperiales.

México, con un despliegue escaso de hombres y armas, bloqueaba los puertos de Texas para impedir la llegada de armas, dinero y voluntarios desde Estados Unidos y así cortar el lucrativo negocio del algodón. Del otro lado, con su declaración de república independiente los texanos entregaban patentes de corso a los comerciantes a fin de que pudiesen armarse y defenderse de los barcos mexicanos. El documento donde un aduanero mexicano narra en 1835 su expulsión del despacho de Galveston y el posterior secuestro y maltrato por un corsario texano ilustra cómo se vivían esos tiempos de conflictos y cómo fue escalando hasta finalizar con la apropiación de Texas.

Aquella especie de guerra de guerrillas marítima, con la que abrimos esta edición de BiCentenario, tendría su correlato de intereses económicos, ya no tanto territoriales, por Estados Unidos, poco más de dos décadas después. Cuando comenzada la guerra de Reforma ese país debía decidirse por mantener o rechazar el reconocimiento al gobierno liberal de Benito Juárez, o lo que deparase de los conservadores en caso de triunfar. Como trasfondo –te lo contamos en estas páginas–, los estadunidenses colocaban sus fichas en quien le podría ofrecer mejores ventajas para transitar el estratégico istmo de Tehuantepec, para el cual ya había un Tratado de la Mesilla que los obligaba a negociar.

Los intereses comerciales privados primaron en esa decisión. Fue una suerte para Juárez que el principal interesado en hacer negocios a través del istmo fuese un empresario conocido de Nueva Orleans que abogó por él. Decantado el apoyo estadunidense fue posible luego una negociación que Juárez supo llevar con sus enviados, con resistencia a las demandas y el acoso estadunidense, centrada en la defensa de la soberanía y la integridad territorial. En décadas anteriores se había perdido territorio, correspondía ahora dar lugar al aprendizaje para que la diplomacia resolviera cualquier controversia fuera del terreno de la imposición.

La crudeza del ejercicio de poder, expresada con alevosía muchas veces, como lo que estamos viendo en estos días de intentos de expansionismo territorial, proteccionismo económico o persecución de disidentes y migrantes criminalizados, tiene sus manifestaciones violentas en todas las épocas. En los militares de la Coahuila de la Nueva España, que aplicaban azotes y trabajos forzados ante la menor insubordinación, o en los agentes policiales de la represión de los años sesenta y setenta del siglo xx, que podían entrar a la universidad en la ciudad de México y en sus patios asesinar jóvenes guerrilleros. Dos historias que pueden seguirse en este número de la revista. También ese poder puede mostrarse flexible y dejar entrar a un investigador policial extranjero al país, en este caso cubano, y apoyarlo en hallar en pocos días a los autores de un robo millonario. Una generosidad y despliegue de recursos económicos que no serían posibles sin vínculos políticos y relaciones diplomáticas convenientes, cuando de por medio está el líder de una Cámara de Senadores.

En otros temas, abordamos en BiCentenario qué fue de esos dorados años veinte del siglo pasado, cuando el jazz irrumpió en México para permear en la música, el baile, el teatro, el cine y la moda, y las chicas se animaban a protagonizar la vida cotidiana con cortes de cabellos cortos y unas ropas que llamaban a romper tradiciones. Te contamos cómo se fue transformando el apacible pueblo de Mixcoac de huertos y jardines, casas de campo amplias, gente sencilla y de trabajo, al despojo de su traza rural por la urbanidad expansiva. También hallarás aquí, cómo es que las tradicionales palmeras que engalanaban el paisaje de la capital desde la glorieta de Reforma hasta las calles de muchas colonias, se han ido perdiendo para dar lugar a otros tipos de árboles o rellenar con cemento sus lugares vacíos. ¿Consecuencia de una nueva urbanidad forestal o del cambio climático?

De estos temas trata este número de la revista, junto a nuevas historias que te animamos a descubrir. Hasta la próxima.

https://revistabicentenario.com.mx/

La repentina muerte del presidente Benito Juárez causó una gran conmoción entre los mexicanos. Un día después de su dece...
19/07/2025

La repentina muerte del presidente Benito Juárez causó una gran conmoción entre los mexicanos. Un día después de su deceso, fue fijado en lugares públicos el bando que daba noticia del trágico suceso. En todo el país se dispusieron honras fúnebres y homenajes en memoria del Benemérito. En la capital de la república, la bandera nacional se izó, rematada con crespones, a media asta. La fachada de los edificios de gobierno fue cubierta con cortinajes tricolores adornados con garzas negras. Los empleados de las oficinas vistieron de negro, el comercio cerró sus puertas y las fuerzas armadas lucieron brazalete negro.
En Toluca se designó una comisión de nueve ciudadanos –el número definía simbólicamente los días de guardar luto– para viajar a la ciudad capital, como parte de la comitiva de honor que acompañaría la inhumación del presidente.
La capital del Estado de México pasó nueve días de riguroso luto y en el último de ellos el gobernador constitucional corrió un exhorto para que los habitantes asistieran a la “Solemnidad cívica, para honrar la memoria del ilustre C. Benito Juárez, que tendrá lugar en el Teatro Principal el día 27 del presente a las siete y media de la noche.- Toluca, julio 25 de 1872.”
Llegado el día, el interior del teatro lucía palcos y galerías cubiertos de tela blanca con anchas franjas negras, rematadas con coronas de ciprés y encino. Las columnas fueron cubiertas de género negro, lo mismo que el palco principal, destinado a la comitiva oficial.
De acuerdo con las crónicas periodísticas, en el centro del primer plano, se levantaba “majestuoso e imponente” un catafalco de tres cuerpos rematado por un busto laureado de Juárez, profusamente iluminado con numerosas velas. A la derecha e izquierda del catafalco se alojaban respectivamente la Sociedad Filarmónica y el Orfeón Popular.
Uno de los cronistas señaló que “por más popular que se pretendió fuera el acto, hubo siempre la ‘aristocracia del dolor’. Todo el frente de las plateas y aun de la galería, estaba ocupada de señoras enlutadas y lo demás del teatro, por hombres igualmente vestidos de negro.” El señor gobernador arribó al teatro acompañado de una numerosa comitiva, formada por empleados, funcionarios y vecinos distinguidos de la capital.
El folleto dedicado a la Solemnidad Cívica con que el Estado de México honró en su capital la memoria del ilustre Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, C. Benito Juárez (1872), describe la programación musical llevada a cabo por la Sociedad Filarmónica, la cual abrió y cerró la ceremonia con la marcha fúnebre Ione, del músico italiano Errico Petrella (1813-1877). El programa incluyó: Invocación a Dios, del compositor mexicano Julio Ituarte (1845-1905), cantada por el coro del Orfeón Popular; Miserere del Trovador, de Giuseppe Verdi (1813-1901); Himno apoteosis a Juárez, compuesto para la ocasión por el connacional Leonardo Canales; Plegaria de los Lombardos, de Verdi; Coro de Pirro, aria de la ópera del mismo nombre escrita por Canales, y la Marcha Fúnebre, del pianista y compositor austriaco Sigismund Thálberg (1812-1871). Discursos y un recital de poesía, completaron el programa.
La disertación que aquí se reproduce fue pronunciada por el diputado de la legislatura del Congreso del Estado de México, licenciado Ruperto Portillo.

Recuperamos aquí el discurso que se pronunciara en el Congreso mexiquense para recordar al presidente el 27 de julio de 1872, tras su sorpresiva muerte.

“Honores fúnebres a Benito Juárez en Toluca” por Guadalupe Villa G., en BiCentenario 59.

ARTICULO COMPLETO: http://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/honores-funebres-a-benito-juarez-en-toluca/



Los prejuicios raciales marcaron en California, hacia 1943, a los grupos juveniles conocidos como pachucos. Las acusacio...
13/07/2025

Los prejuicios raciales marcaron en California, hacia 1943, a los grupos juveniles conocidos como pachucos. Las acusaciones de generar disturbios y motines en California obedecían al rechazo a una forma de vestir diferente, pero detrás de ellos estaba también la cosificación racial –no tenían acceso a educación, por ejemplo– y la desconfianza a que se integraran socialmente.
“Una historia de emociones. Los motines de pachucos de 1943” por Ivonne Meza Huacuja, en BiCentenario 56.
ARTICULO COMPLETO:
http://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/una-historia-de-emociones-los-motines-de-pachucos-de-1943/

Para imaginar los usos y costumbres en las calles de la ciudad de México en el siglo XVIII, nada mejor que recurrir a la...
12/07/2025

Para imaginar los usos y costumbres en las calles de la ciudad de México en el siglo XVIII, nada mejor que recurrir a las pinturas de castas. Diferencias sociales, económicas, laborales y hasta morales se pueden observar en las actitudes, atuendos y ocupaciones de los personajes retratados.
“La pintura de castas: retratos del comercio callejero” por Blanca Azalia Rosas Barrera, en BiCentenario 56.
ARTICULO COMPLETO:
http://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/la-pintura-de-castas-retratos-del-comercio-callejero/

    9 de julio, aniversario luctuoso de Nellie CampobelloRecuperamos aquí la entrevista de Emmanuel Carballo, de 1958, d...
09/07/2025



9 de julio, aniversario luctuoso de Nellie Campobello

Recuperamos aquí la entrevista de Emmanuel Carballo, de 1958, donde la escritora y bailarina se describe como “parlanchina” y “auténtica”, y da cuenta de su pasión por Francisco Villa, las lecturas que la formaron, las motivaciones detrás de sus libros y el oficio de escribir.

“Nellie Campobello. La revolución en la piel” por Izcoalt Ismael Guzmán Gómez. En BiCentenario 67. ARTÍCULO COMPLETO: https://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/nellie-campobello-la-revolucion-en-la-piel/

La UNAM preserva dos colecciones sustanciales de la obra del fotógrafo autodidacta regiomontano: 316 negativos de El Ped...
08/07/2025

La UNAM preserva dos colecciones sustanciales de la obra del fotógrafo autodidacta regiomontano: 316 negativos de El Pedregal de San Ángel y 569 sobre la Ciudad Universitaria. Apasionado del paisaje y devoto de la arquitectura, Salas Portugal dejó un legado de 60 000 imágenes tomadas durante más de cinco décadas.
“El archivo fotográfico de Armando Salas Portugal “ por Paulina Michel Co**ha, en BiCentenario 56.
ARTICULO COMPLETO: http://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/el-archivo-fotografico-de-armando-salas-portugal/

Si el traje de charro es considerado el símbolo de la masculinidad mexicana, el vestido de china poblana lo es de la fem...
03/07/2025

Si el traje de charro es considerado el símbolo de la masculinidad mexicana, el vestido de china poblana lo es de la feminidad, sólo que este último, a diferencia del primero, se encuentra envuelto en el mito y la suspicacia.
“La terrible china poblana” Faustino A. Aquino , en BiCentenario 56.
ARTICULO COMPLETO:
http://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/la-terrible-china-poblana/

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