
06/05/2025
¿Te has dado cuenta de que a veces te comportas como una víctima... pero de tu propia salud?
Es duro admitirlo, pero muchas veces nos quedamos atrapadas ahí…
Te duele algo, te sientes cansada, no tienes energía…
Y lo cuentas, lo repites, lo sufres...
Pero no haces cambios.
Dices:
“No tengo tiempo para cuidarme.”
“Todo me engorda.”
“Ya no tengo la energía de antes.”
“Con los niños, el trabajo y la casa… imposible.”
“Yo soy así, ya me resigné.”
Y sin darte cuenta, estás soltando tu poder.
Estás dejando que tus excusas hablen más fuerte que tu deseo de estar bien.
Estás esperando que algo afuera te rescate.
Pero aquí va una verdad incómoda:
Nadie vendrá a salvarte.
Solo tú puedes decidir si quieres seguir ahí…
O si vas a tomar las riendas, aunque sea con pasos pequeños.
No se trata de que hagas todo perfecto.
Se trata de que te elijas.
De que tomes decisiones que te acerquen, no que te alejen, de la mujer que sabes que puedes ser.
Tu cuerpo necesita que dejes de victimizarte… y empieces a cuidarte.
Con amor, con paciencia, pero también con firmeza.
¿Y tú? ¿Te estás cuidando o te estás rindiendo?