25/11/2025
ACCIÓN Y DEBER, por Swami Mukundananda
Hasta que la mente y el intelecto alcancen un estado en el que estén absorbidos en la conciencia de Dios, el trabajo físico realizado con actitud de deber es muy beneficioso para la purificación interior. Por ello, los Vedas prescriben deberes para los seres humanos, con el fin de ayudarles a disciplinar su mente y sus sentidos. De hecho, la pereza se describe como uno de los mayores obstáculos en el sendero espiritual:
ālasya hi manuṣyāṇāṁ śarīrastho mahān ripuḥ nāstyudyamasamo bandhūḥ kṛtvā yaṁ nāvasīdati
“La pereza es el mayor enemigo de los hombres, y es especialmente perniciosa porque reside en su propio cuerpo. El trabajo es su amigo más fiel y una garantía contra la caída.”
Incluso las actividades corporales más básicas, como comer, bañarse y mantener la salud adecuada, requieren esfuerzo. Estas acciones obligatorias se llaman nitya karma. Descuidar estas tareas básicas de mantenimiento no es señal de progreso, sino indicio de pereza, que conduce al debilitamiento y a la fragilidad tanto del cuerpo como de la mente. En cambio, un cuerpo cuidado y nutrido es un apoyo positivo en el camino hacia la espiritualidad. Así, el estado de inercia no favorece ni el logro material ni el espiritual. Para el progreso de nuestra propia alma, debemos abrazar los deberes que elevan y purifican nuestra mente y nuestro intelecto.