16/08/2025
Artículo escrito por Javier Ibarra.
Días de furia. Un esbozo histórico de la escena punk de Nuevo León es un libro que documenta el movimiento punk en la región de 1988 a 2009. Su autor, Diego Armando Cavazos, guitarrista de la banda Ojo de Ajo y con décadas en la escena musical regiomontana, rescata una historia que no ha sido documentada, que se ha pasado por alto. “Me enfoqué en las problemáticas materiales propias de los hijos e hijas de la clase trabajadora; falta de equipo, falta de conocimientos musicales, falta de dinero para organizar eventos… No es un libro enfocado sólo en la música, sino en la realidad que rodeaba a las personas que participaron en la escena punk”, explica el autor.
Antes de que el proyecto se convirtiera en un libro hecho bajo la filosofía Hazlo tú mismo (HTM), quien también ha tocado en grupos como Afterboltxebike y Brigada Roja, comenzó a desarrollar Días de furia junto a Beto Mendez de Exabrupto Records & Distro; tenían la idea de hacer un documental. “Se hicieron cinco entrevistas en vídeo, pero de eso no quedó más que la intención y la idea”, explica el autor. “Después compré un equipo de grabación y lo volví a hacer por mi cuenta, con la misma idea. Inicié las entrevistas en 2016, pero por falta de material de apoyo no pude seguir con el documental”.
Sin embargo, en la época de pandemia (2020-2023) decidió pasar las entrevistas en vídeo al papel, para que sus textos pudieran entrar dentro de la categoría de periodismo musical o periodismo de investigación. El músico de punk, de hecho, no se considera escritor y señala que no tenía la noción de cómo escribir un libro. “Compre varios libros: El estado de las cosas de Kortatu: Lucha, fiesta y guerra sucia (Roberto Herreros e Isidro López), La chica del grupo (Kim Gordon) y Nuestro grupo podría ser tu vida: Escenas del indie underground norteamericano 1981-1991 (Michael Azerrad). Al final decidí basarme en la escritura del libro de Azerrad y en 2020 comencé a transcribirlo, a darle un formato, un estilo. El 95% del documento son las voces de las y los entrevistados, solo un pequeño porcentaje son palabras mías, ya que no se trata de mis críticas, sino de la historia narrada por los mismos participantes”.
Para que este archivo se convirtiera en una publicación autónoma, Armando menciona que Fernanda Alanís Rivera (involucrada junto al autor en Incendiario, sello y distribuidora de cosas relacionadas al punk) fue clave. Ella, con ayuda de otros amigos, se encargó de hacer las correcciones y la edición. Incluso, como lo explica la editora en el libro: “es una obra necesaria que rescata una parte olvidada de la historia reciente de Nuevo León, gracias a una reconstrucción de la memoria colectiva”. Por otro lado, la publicación tiene como finalidad dar a conocer que el punk no sólo es música; también es resistencia, identidad, organización y comunidad. Diego Armando e Incendiario necesitaron de la colaboración de sellos, distros y proyectos editoriales como Discos Machete, Thrash Life Style, Decline Humano, Grillo Negro, Ediciones Rojinegras y Rabelais Editorial.
El trabajo recorre las historias de grupos claves para el desarrollo de subescenas en Monterrey, como Disolución Social, Abuso, Furens, Plan 9, Cabrito Vudú e Inspector, pero también habla de otras bandas que participaron en el proceso.