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13/11/2025
13/11/2025

Bienvenidos a un programa mas de EN LA GRADA, tendremos un buen tema hablando del equipo de rayados, equipo que vino a la baja en la recta final del torneo.

30/10/2025

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01/05/2025
23/04/2025
31/03/2025

VIH: El virus de la desinformación y de vuelta a los 80.
Columna: El sociólogo gradista.
31/03/2025

En los últimos años, el discurso sobre la sexualidad ha estado marcado por debates sobre vasectomía, ab**to, derechos reproductivos y otras cuestiones que han ocupado el centro de la conversación pública. Sin embargo, en este enfoque parece haberse desdibujado un tema crucial: las enfermedades de transmisión sexual (ETS), en especial el VIH. Algo nos está llevando a "olvidar" su existencia, quizá por la velocidad con la que cambia la sociedad, las relaciones líquidas que describía Bauman, el riesgo en tiempos de pandemia y postpandemia que menciona Beck, o la cultura de la inmediatez y el placer exacerbado que Lipovetsky analiza en el hiperconsumo. La teoría sociológica que gusten aplicar.

Lo que sí, tenemos que recordar una verdad fundamental: EL VIH NO MATA. YA NO. PERO EL ESTIGMA Y LA DESINFORMACIÓN SÍ. En México, más del 90% de las personas con VIH están en tratamiento, lo que significa que llevan una vida normal y no representan un riesgo de transmisión. Pero en redes sociales siguen circulando mitos y prejuicios que nos hacen retroceder décadas en la conversación, sobre todo los últimos días que el tema ha sido tendencia.

Para empezar, el VIH no se contagia como una gripa, se transmite, porque no es una enfermedad, es una CONDICIÓN. Tampoco es exclusivo de personas infieles, g**s o miembros de la comunidad LGBT+.

NO TODAS LAS PERSONAS CON VIH SON INFIELES U HOMOSEXUALES, Y NO TODOS LOS INFIELES TIENEN VIH.

Pero la sociedad ha construido un discurso punitivo en torno a la infección, alejándose de un enfoque de educación sexual integral. Se sigue viendo el VIH como un castigo moral, una consecuencia de "conductas indebidas", cuando en realidad cualquier persona sexualmente activa está en riesgo. Este punitivismo refuerza el miedo, la culpa y el silencio, lo que lleva a que muchas personas no busquen información ni accedan a pruebas diagnósticas. En lugar de fomentar la prevención y la responsabilidad compartida, se señala y estigmatiza a quienes viven con el virus, perpetuando su aislamiento y dificultando la erradicación del VIH como problema de salud pública, casi casi como si regresáramos a los 80 donde era todo un estigma.

Además, ya es 100% tratable con antirretrovirales, que controlan el virus hasta hacerlo prácticamente indetectable. Y aquí viene el dato clave: una persona con VIH en tratamiento, con carga viral indetectable, es intransmisible. O sea, aunque tenga s**o sin protección, no puede transmitir el virus. Es un avance médico impresionante que sigue sin ser lo suficientemente difundido.
Aun así, hay que usar condón. No solo por el VIH, sino porque hay otras ETS igual o más agresivas. Sin embargo, la falta de educación sexual y la romantización de prácticas de riesgo en la cultura pornográfica (con discursos como el de los "creampies" en redes) han generado una percepción de invulnerabilidad entre quienes no vivieron la crisis del VIH en los 80 y 90. El riesgo sigue ahí, pero el imaginario colectivo lo ha minimizado.

También hay que dejar algo claro: VIH y SIDA no son lo mismo. El primero es el virus, el segundo es el síndrome que aparece cuando el sistema inmune se debilita por falta de tratamiento. La gente no muere de VIH, sino de SIDA y de las enfermedades oportunistas que atacan un sistema inmune comprometido. Por eso es clave el acceso a tratamiento, que en México es GRATUITO a través del IMSS y otras instituciones de salud. También existen los tratamientos PREP (profilaxis preexposición) y PEP (profilaxis postexposición), que previenen la transmisión del virus y también son gratuitos.

Tener VIH no es un castigo divino por vivir una sexualidad libre ni una condena por ser gay. Nadie elige enfermarse de gripa, de cáncer o de VIH. Solo pasa. Lo que sí podemos elegir es la información, la prevención y el fin del estigma. El problema no es el virus, sino el miedo y la ignorancia que aún lo rodean. Y en tiempos donde la desinformación viaja más rápido que la verdad, eso es lo que realmente nos pone en riesgo.

En términos sociológicos, el VIH ya no representa una condena médica, pero sigue siendo una condena social. Se ha convertido en un marcador de exclusión, en una herramienta de diferenciación y segregación que, más que responder a criterios científicos, se mantiene por discursos morales y culturales profundamente arraigados. El estigma asociado al VIH es un reflejo del control social sobre la sexualidad, un mecanismo que castiga y refuerza estructuras de poder donde ciertos cuerpos y prácticas son señalados como peligrosos. Superar este estigma requiere no solo avances médicos, sino una transformación cultural que desplace el miedo y la culpa por el conocimiento y la empatía. Solo así podremos erradicar no solo el impacto del virus, sino el daño estructural que ha generado en las personas que viven con él.

Anexo la misma tabla que se ha viralizado en redes, donde se muestran los casos registrados de VIH los últimos años. 168,000 personas representan aproximadamente el 0.13% de la población total de México.

Protejanse con condon, pero principalmente con información.

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