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Cada año la organización Global Footprint Network (GFN) hace una serie de cálculos para conocer la huella ecológica de l...
09/08/2025

Cada año la organización Global Footprint Network (GFN) hace una serie de cálculos para conocer la huella ecológica de la humanidad en relación a la biocapacidad de la tierra para regenerarse.
https://en15dias.com/educacion-ambiental/24-de-julio-el-dia-en-que-se-consumio-mas-de-lo-que-la-tierra-puede-generar-en-el-mismo-ano/

En el 2025 el día en que se han consumido más bienes y servicios naturales de los que la tierra tiene capacidad de generar en el mismo año fue el 24 de julio, mientras que el año pasado fue el 1 agosto, lo cual coincide con el fenómeno de que cada año se adelanta un poco más.

“Este día significa que la humanidad está utilizando los recursos naturales a un ritmo 1,8 veces superior al que los ecosistemas de la tierra pueden regenerar. Este sobreconsumo se produce porque las personas emiten más CO₂ del que la biosfera puede absorber, utilizan más agua dulce de la que se repone, talan más árboles de los que pueden volver a crecer, pescan más rápido de lo que se repone la población de peces, etc.”
La GFN también hace cálculos por países, homogeneizando las poblaciones respectivas, para darnos una idea, si todas las personas del mundo consumieran como México, el día de sobrecargo del planeta caería en el 30 de Julio, sólo seis días más tarde. Mientras que si se adoptara más el estilo de vida estadounidense la fecha de sobrecargo hubiera caído el 13 de marzo.

Estos datos son relevantes para la formación de políticas públicas y toma de decisiones en materia ambiental de los países, así como para la cooperación internacional en la disminución de la huella ambiental frente al cambio climático y a los retos de sostenibilidad únicos de cada país.
Fuente: National Footprint and Biocapacity Accounts, preliminary 2025 Edition York University, FoDaFo, Global Footprint Network, data.footprintnetwork.org.
El Dr. Lewis Akenji miembro de la GFN, comentó para la publicación de prensa de la organización que le debemos a la tierra al menos 22 años de regeneración ecológica. Saber esto nos recuerda que vivimos en un planeta finito, cuyos ecosistemas y ciclos podrían estar siendo más considerados por empresas y gobiernos. Y nos hace cuestionar los estilos de vida en el planeta. Sin embargo, cabe preguntarnos, ¿Consumimos todos por igual?
¿Cómo calculan la huella ecológica de la humanidad?

La GFN lleva realizando estos estudios desde el 2006, este año se realizaron en la Universidad de York en Toronto con la regulación de la Footprint Data Fondation (FoDaFo) una organización independiente sin fines y de lucro encargada de garantizar la continuidad, fiabilidad y rigor del procedimiento. Tomaron en cuenta una gran cantidad de datos provenientes de la ONU, la organización Global Carbon Project y la International Energy Agency (IEA).
Para la realización de estos cálculos consideraron alrededor de 15,000 puntos de datos por país y año, la suma de las demandas humanas de energía, alimento, madera, fibras, secuestro de carbono, alojamiento de infraestructura, absorción de residuos, entre las más destacadas. Y la capacidad de la tierra de generar los bienes demandados por año, considerando la superficie biológicamente productiva disponible dentro de cada país.

El reporte emitido de este año también señala que el 62% de las emisiones de carbono son provenientes de la quema de combustibles fósiles
Consulta el reporte aquí:
2025-Nowcast-explainedDescarga
¿Hay soluciones?
La Global Footprint Network también ofrece una plataforma con soluciones que podrían implementarse en empresas, ciudades y países, las cuales son compartidas en la campaña en español: .
Puedes consultarlas en la página en inglés: https://overshoot.footprintnetwork.org/power-of-possibility/

“Polos de Desarrollo para el Bienestar”, el discurso social, con proyecto neoliberalUitzume, el perro del lago*LEE COMPL...
09/08/2025

“Polos de Desarrollo para el Bienestar”, el discurso social, con proyecto neoliberal
Uitzume, el perro del lago*

LEE COMPLETA LA NUESTRA EDITORIAL
https://en15dias.com/opinion/polos-de-desarrollo-para-el-bienestar-el-discurso-social-con-proyecto-neoliberal/

El “Plan México”, impulsado por el gobierno de Claudia Sheinbaum, se presenta como una estrategia integral para el desarrollo económico, social y territorial del país. Los “Polos de Desarrollo para el Bienestar” (PODEBI) constituyen el eje operativo de este plan, funcionando como zonas económicas especiales adaptadas al contexto actual del nearshoring.

Aunque se les presenta como una alternativa más “social” que los modelos del pasado, en realidad responden a la lógica de enclaves industriales y extractivismo territorial.

El caso del Parque Industrial Bajío en Michoacán ejemplifica esta tendencia: grandes extensiones de tierra son entregadas a empresas nacionales y extranjeras con incentivos públicos, sin consulta comunitaria real y con el riesgo de desarticular las dinámicas locales y ambientales en nombre del “desarrollo”.

“Polos de Desarrollo para el Bienestar”, el discurso social, con proyecto neoliberal: Uitzume, el perro del lago

El ciudadano ausente en la ciudad mercancíaObservatorio Socioambiental de Morelia*https://en15dias.com/opinion/el-ciudad...
09/08/2025

El ciudadano ausente en la ciudad mercancía
Observatorio Socioambiental de Morelia*
https://en15dias.com/opinion/el-ciudadano-ausente-en-la-ciudad-mercancia/

El Observatorio SocioAmbiental de Morelia (OSAM) surge por la necesidad de algunos movimientos sociales urbano-populares (MUP) en Morelia de conocer de manera integral el desarrollo de la ciudad (o mejor dicho, el subdesarrollo de la ciudad), tarea que las luchas ambientales no alcanzan a realizar por sí mismas por estar demasiado embebidas en sus dinámicas más locales. Buscamos ser ese espacio de observación de las acciones del poder, gobierno y empresas, para producir información que oriente los esfuerzos populares por una ciudad justa.
Y para cumplir esta tarea de observar, necesitamos un marco de entendimiento que nos permita interpretar lo que observamos. La manera de entender la conflictividad urbana en el MUP ha ido evolucionando.

Hace unos años señalábamos el problema como “urbanización salvaje”, refiriéndonos a la expansión urbana, aparentemente caótica. Hoy se habla de “gentrificación”, “cartel inmobiliario”, siendo todos ellos son aspectos diferentes pero conectados de lo que le sucede a las ciudades. Más hay muchos MUPs que no se enfocan ni en la gentrificación ni en la expansión urbana, como los sindicatos de inquilinos, ciclistas, okupas, defensa de parques. Por ahora, el concepto que nos parece más abarcador para definir lo que vivimos es el de “Ciudad- Mercancía” o mercantilización de la ciudad.
La ciudad-mercancía o la mercantilización de la ciudad se refiere a un proceso en el cual la ciudad va perdiendo su valor de uso, su carácter de hábitat humano, y se va priorizando como objeto de acumulación de capital.

Ciertamente, la ciudad siempre ha sido un espacio de reproducción intensiva de capital. Incluso por eso le decimos “burgueses” a los capitalistas, porque en la edad media eran los comerciantes que vivían en los burgos (ciudades), a diferencia de la gran mayoría de la población, campesinos o artesanos que entonces vivían en el campo. Hasta en algunas lenguas nacionales, como el tojolabal, la palabra para ciudad es “Chonab”, que denota el lugar donde se va a vender, casi como sinónimo de mercado.
Pero esta mutación aceleró en el periodo del capitalismo neoliberal, con la privatización de los ejidos, la municipalización de los sistemas de agua, el fin de la política social de vivienda, entre otras reformas, favoreciendo la especulación urbana.

La especulación se refiere a la acción de comprar con el único fin de “esperar” (de ahí especulación) a que suba su precio para revenderlos. Sólo se compra con la esperanza de vender después y tener una ganancia. Pero en ese modelo, la producción de mercancías se va divorciando de las necesidades sociales. Infelizmente, es el modelo de economía que hoy prevalece y está en crisis a nivel mundial, particularmente en los Estados Unidos.
Este modelo, basado en la especulación financiera, de seguros y de bienes raíces, se describe con un juego de palabras en inglés cómo economía “en llamas” on FIRE (Finance, Insurance, REal State).

Así, la ciudad-mercancía se está volviendo un nuevo latifundio, como en el porfiriato: una sociedad dividida entre una cada vez más chica clase de casa-tenientes rentistas, que no producen nada; una clase de capitalistas financieros, en buena medida extranjeros, que a menudo subarriendan (como airbnb) y son quienes comandan la economía; y en tercer lugar una gran mayoría social de trabajadores urbanos que somos cada vez más excluidos de nuestro hábitat.
En la ciudad-mercancía no mereces nada sin poder adquisitivo: en ciertas zonas del centro no encuentras ni un asiento o una sombra que puedas usar sin pagar, o hay zonas donde no puedes ni caminar seguro porque no hay banqueta y solo te puedes mover en carro.

En la ciudad-mercancía cada vez es más inaccesible la vivienda, transporte, alimentación, las áreas verdes. Irónicamente, nos lleva al hacinamiento en las periferias a miles incluso millones de personas, a la vez que nos lleva a una cada vez más honda soledad individual. En OSAM consideramos que superar esa división, esa atomización para recuperar nuestras instituciones y hacer valer nuestros derechos, es el primer desafío que tenemos hoy.
Por eso en esta columna, en sucesivas entregas, compartiremos 3 aspectos de esta mercantilización en Morelia que hemos observado: la participación, el transporte y la vivienda.
El ciudadano ausente de la participación

No solo se venden los espacios físicos urbanos, en OSAM observamos que la mercantilización de la ciudad comienza aún antes, cuando se mercantiliza el derecho de acceso a la información, y el derecho a la participación, es decir, a dar nuestra opinión y que ésta sea retomada en la práctica. Parece que la información y participación sólo es accesible si eres un gran inversionista.
Al buscar incidir en los megaproyectos que afectan nuestras vidas nos hemos encontrado con múltiples obstáculos a la participación social:

Desinterés: al sujeto, al ciudadano no le interesa, lo cual es una construcción también histórica, pero no es nuestro foco por ahora.
Censura informativa: Hay ánimo de participar, pero se niega la información.
Desinformación o Malinformación: hay ánimo de participar, y se facilita información, pero ésta es falsa, ambigua o incompleta.
Censura expresiva: hay ánimo de participar, se da la información correcta, pero de todas maneras no hay posibilidad de ser escuchado o la opinión es ignorada en la práctica. Esa es la causa del desinterés, y es una sutil manera de destrucción de la democracia.

En OSAM nos hemos encontrado con censura informativa, por ejemplo, al solicitar la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto de 2do anillo periférico, pero las coordenadas geográficas del trazo estaban censuradas con subrayados negros.

Tras un nuevo recurso exigiendo otra vez la información, nos argumentaron que no se podrían compartir las coordenadas porque eso alentaría la especulación ¡Vaya!
Viniendo del gobierno de Bedolla, esa respuesta es de un cinismo insultante, cuando él mismo anuncia orgulloso que los terrenos aledaños al segundo anillo periférico se podrán vender 11 veces más caros de cómo los compraron. ¡Claro! Porque para empezar los están robando, pagándoles a $30 el metro cuadrado de los terrenos cuando debería costar hasta $600.

Ahí se revela un elemento extra: los especuladores no se arriesgaron inteligentemente a comprar terrenos al azar, esperando que el precio subiera. Compraron tierras y compraron también la conciencia del dirigente político para que hiciera la carretera en su terreno. Por lo tanto, está especulación inmobiliaria es necesariamente corrupción, pero de ello hablaremos en próximas columnas.
También nos hemos encontrado con censura expresiva. Por ejemplo cuando se falsea el sentido de mecanismos como los consejos de participación o los eventos de consulta. Un ejemplo del primer caso es lo ocurrido en el Consejo Estatal de Ecología (COEECO), que de ser espacio de investigación y denuncia se ha vuelto una madriguera de tráfico de influencias, sordos a los reclamos sociales y silentes a las acciones anti-ambientales del poder, comparsas de los ecocidas, como bien se ha registrado en en15dias.com.

Otro ejemplo de censura a la expresión consideramos que fueron los foros de consulta del Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 sobre políticas de agua: participamos tanto en los foros de Morelia el 13 de enero y Guadalajara el 11 de febrero. Pero nuestras ponencias no fueron recogidas en las relatorías del evento, lo que convierte el ejercicio en una simulación. No hay vía real para que el común de la gente participe de las decisiones que realmente importan.
En suma, hemos atestiguado de primera mano que los ciudadanos estamos ausentes, excluidos de la participación en esta ciudad-mercancía. Pero este fenómeno de pérdida progresiva del derecho a la información se vive a nivel nacional en varios ámbitos, forestal, presupuesto, desaparecidos, como lo han expresado diversas organizaciones que rechazan las reformas en materia de transparencia y datos personales.

Sociedad civil rechaza la aprobación en comisiones del dictamen sobre las reformas en materia de transparencia y datos personaels y socilita que el pleno del senado y la cámara de diputados abran mecanismo de parlamento abierto
Personal de la Asamblea de Barrios y Pueblos de la CDMX, señalan que en aquella ciudad muchos de los esfuerzos de lucha ni siquiera van dirigidos contra megaproyectos en sí, sino que están luchando por mantener el derecho de acceso a la información y a ser consultados.

Pero es además es un problema internacional, sobre el que incluso la ONU tuvo que pronunciarse proponiendo los Acuerdos de Escazú para la Justicia Ambiental en América Latina, de los que México es un país ratificante. Este acuerdo es vinculante en las políticas de Estado, pero aun no se implementa. En él no solo se garantiza el derecho a la información sobre el medio ambiente, sino que también al ser consultados y participar en la toma de decisiones, relacionando los derechos humanos y la protección del medio ambiente
Es en sintonía con esa necesidad social sentida a nivel nacional y continental que en OSAM estamos promoviendo una reforma a la Ley de transparencia para que los ayuntamientos tengan obligación de publicar sus actas de cabildo en máximo una semana, y no como ahora que tardan hasta 3 meses, impidiendo con eso que la gente pueda ampararse o solicitar consultas, iniciativa de la que pronto esperamos darles noticias.

El ciudadano ausente en la ciudad mercancía
¿Qué es la OSAM?
Es un espacio de discusión y de debate informado entorno a los temas socioambientales de Morelia y una instancia de participación ciudadana que busca sobre todo mejorar los procesos de rendición de cuentas y de acceso a la información.
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Las ideas vertidas en la sección de Opinión son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten. La política editorial de en15dias.com promueve su difusión como contribución a la discusión acerca de los conflictos sociambientales y socioterritoriales, salud comunitaria, derechos humanos, política ambiental y periodismo.

La ciudad-mercancía o la mercantilización de la ciudad se refiere a un proceso en el cual la ciudad va perdiendo su valor de uso

Plantas carnívoras, las seductoras atrapa insectosPlantera**Emma Monserrat Sánchez Monroy*https://en15dias.com/plantera/...
09/08/2025

Plantas carnívoras, las seductoras atrapa insectos
Plantera**
Emma Monserrat Sánchez Monroy*
https://en15dias.com/plantera/plantas-carnivoras-seductoras-de-insectos/

La idea de que existan plantas que coman carne parece inaudita; una naturaleza contra natura. Y, sin embargo, existen. Aunque la verdad es que su nombre suena más rimbombante que la realidad de su dieta. Pues a pesar de que el adjetivo se antoja prometedor, estas plantas no comen propiamente carne; más bien insectos.

La Dionaea muscipula, la famosa Venus atrapamoscas, probablemente sea la más popular entre las plantas carnívoras, tal vez porque fue la primera en ser “descubierta”, aunque antes de dar fecha y ubicación, me parece importante precisar que el término “descubierta” se refiere en realidad a su documentación en lengua inglesa, porque el territorio de Carolina del Norte, en donde la encontró el gobernador de esa colonia, Arthur Dobbs en enero de 1760, estaba habitado desde mucho antes por el pueblo Cheroqui, y encuentro improbable que esta peculiar planta pasara desapercibida para una cultura mucho más dada a la contemplación del mundo natural.
Además, contrario a lo que al menos yo pensaba sobre las carnívoras, éstas no son rarezas aisladas que crecen en solitario, sino en amplios páramos alfombrados de ellas o sobre tupidos bosques húmedos de donde cuelgan sus zarcillos.

Tampoco son tan raras, existen 600 especies conocidas y sus tamaños varían desde pequeños botones dentados hasta grandes jarrones resbaladizos. Las hay incluso acuáticas.
Los árboles genealógicos siempre guardan sorpresas, ya sea que pensemos en el nuestro o en el de otras especies. A mí me asombró, por ejemplo, saber que las plantas carnívoras pertenecen a la misma familia que las plantas con flores; y que su naturaleza hambrienta de proteínas es una adaptación de las mismas hojas que sus parientes más dóciles. Evolución adaptativa, le llaman los biólogos, a esa inteligencia del mundo natural que adapta genes de funciones semejantes a nuevas circunstancias, es decir, toman lo que ya existe para usarlo de nuevas formas.

¿Y cuál es la circunstancia de las carnívoras?. La pobreza. Estas plantas se desarrollan en terrenos pantanosos donde los nutrientes son escasos en el suelo. Y es que las plantas comen por sus raíces; pero si la tierra no proveé, toca echar mano del repertorio genético para ver cómo se sobrevive. Entonces, lo que las raíces no pueden usar, lo toman las hojas. Mecanismos de defensa que las plantas con flor usan para repeler insectos o protegerse de hongos y bacterias, las carnívoras las convierten en enzimas digestivas que les permiten descomponer los esqueletos de los insectos que atrapan. Eso sí, comparten con sus primas vegetarianas la seducción a través de los olores, así es como capturan insectos, atrayéndolos hacia sí con dulces aromas.

A veces pasa que, aunque tengamos la evidencia ante nuestros ojos, el evento es tan insólito que no podemos dar crédito de él. Le rehuimos a la verdad porque aceptarla pondría a tambalear todas nuestras creencias. Pienso que eso le pasó a Linneo cuando le enviaron la muestra de la Venus atrapamoscas. El botánico que ordenó la forma de nombrar por género y especie a los seres vivos, simple y sencillamente no pudo dar crédito de lo que vió: ¿una planta de hojas dentadas cerrándose cuando un insecto se posa sobre ellas, y luego, ya atrapado en su interior se disuelve lentamente porque… se lo está comiendo? ¡Imposible!. Y la clasificó dentro de las plantas sensitivas, el mismo grupo al que sí pertenece la Mimosa sensitiva, esa que se cierra al tacto.

En 1875 – casi un siglo después que Linneo-, Charles Darwin, otro erudito de la biología, no tuvo reparos en reconocer lo obvio y en vez de buscar explicaciones más complejas para negar su naturaleza, dedicó 16 años de estudio y experimentos para descifrar los mecanismos de las trampas de cada carnívora conocida hasta entonces. Hojas que parecen gotas de rocío, pero en realidad son trampas pegajosas, como la Drosera. Hojas en forma de jarrones con un interior tan liso del que es imposible salir, como las Nepenthes. Hojas que se cierran al tacto como la Venus atrapamoscas. Carnívoras acuáticas como la Noria.
A lo largo de 140 millones de años, las carnívoras han desarrollado ingeniosas trampas para garantizar su consumo de nitrógeno. Aunque el asunto no es tan simple como esperar que el insecto se pose sobre ellas, hay animales oportunistas al acecho, como el sapo roble que de un lenguetazo se roba la comida, o la mariposa cola de golondrina que se lleva el néctar de las Sarracenias sin pagar el precio.

Tal vez por eso existen plantas carnívoras que han hecho simbiosis con otros insectos. La Roridula por ejemplo, permite al insecto pameridea devorar las presas que ésta atrapa, para luego alimentarse con sus excrementos que le son más fáciles de digerir. O una variedad de Nepenthe que habita en el sur de Asia y provee hogar a las hormigas a cambio de que éstas mantengan limpio y resbaladizo su jarrón atrapa insectos.
Darwin tuvo además la sensatez de entender la diferencia de kilos que hay entre insectos y mamíferos y las llamó insectívoras; pero ese nombre es menos sensacionalista y en una época donde el descubrimiento de nuevas tierras está asombrando al mundo, las historias de plantas gigantes devoradoras de carne, atraen más lectores.

Y es que fue la literatura quien se encargó de darles un lugar en el imaginario del terror. Cuentos como “La floración de la extraña orquídea” de George Wells o el relato del Árbol devorador de hombres de Madagascar, alimentaron el miedo de lo desconocido a través de las plantas. Todavía en la década de los 80, la película “La tienda del horror” trató de asustarnos -con bastante humor- con la idea de plantas gigantes come humanos.
Es una pena, sin embargo, que nuestra especie no esté en su dieta, pues de ser así, tal vez algunas personas serían más prudentes con su insaciable apetito, que ya se ha devorado bastantes extensiones de verdor de este mundo.

Aunque quién sabe, tal vez la disminución de insectos las lleve a un nuevo grado de evolución, o el exceso de dióxido de carbón las haga alcanzar nuevas dimensiones y entonces sí, podamos ser parte del menú: proteína, sales y agua en un solo bocado. ¡Tentador!
Plantas carnívoras, las seductoras insectívoras
¿Quién es Emma Monserrat?*
Comunicóloga, huertera y activista de causas ambientales en Morelia y Tula Hidalgo.
**Plantera: Es un espacio que sirve para aprender a nombrar las plantas que no conocemos, los remedios que hemos olvidado, los mitos que no hemos escuchado o las historias que no hemos leído.
En sus acepciones, Plantera es una maceta y también la persona que se dedica al cultivo de plantas; que en este caso es desde la palabra. Un rumor, un remedio, un dato curioso, cualquier hilo sirve para empezar a tensar los filamentos del descubrimiento del mundo vegetal.

Desde hace 21 meses, 2 millones de personas en Gaza, Palestina, han estado bajo bombardeos y un asedio militar por parte...
08/08/2025

Desde hace 21 meses, 2 millones de personas en Gaza, Palestina, han estado bajo bombardeos y un asedio militar por parte de Israel que les ha bloqueado el acceso a las necesidades básicas como agua, comida, refugio, servicios de salud, formula para bebés y un ambiente saludable, sometiendo a la población en una crisis humanitaria sin precedentes en la región.
CHECA LA NOTA COMPLETA
https://en15dias.com/comunidades-en-defensa/palestina-impacto-socioambiental-de-un-genocidio/

Más de 20,000 niños y niñas han sido asesinados por los bombardeos, entre más de 60,000 personas palestinas que han mu**to por bombas, balas y hambre, más de 100,000 personas han sido heridas y se estima que más de 10,000 quedaron bajo los escombros o están desaparecidas.
FOTO: Fatma Hassouna. / 5 de mayo 2024.

Pueblos y comunidades de Gaza fueron arrasados, las principales ciudades fueron demolidas y la infraestructura de agua y saneamiento quedaron destruidas. Y debido al bloqueo de alimentos han contabilizado 133 muertes por hambruna recientes, 87 de esas, niños según datos de la ONU hasta el 24 de julio.
La contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los ataques militares en Gaza también tienen repercusiones climáticas que afectan los sistemas de la tierra.

Investigadores de la Universidad de Londres Queen Mary publicaron en mayo de este año un estudio en el que analizaron el impacto climático de los bombardeos en Gaza, en el que señalan que en los primeros 15 meses generaron una cantidad de emisiones de carbono superior a la de 102 países juntos en un año. Para darnos una idea, en el mundo hay 197 países.

El uso faccioso de los mediosAndrés A. Solis*¿Recuerda la historia de la niña Frida, atrapada bajo los escombros del Col...
08/08/2025

El uso faccioso de los medios
Andrés A. Solis*
¿Recuerda la historia de la niña Frida, atrapada bajo los escombros del Colegio Rébsamen tras el sismo de 2017 en Ciudad de México?
https://en15dias.com/opinion/el-uso-faccioso-de-los-medios/

Ese montaje televisivo donde la mayor televisora del país distrajo la atención de un entramado de espionaje del Estado de Israel que operaba desde el edificio de Álvaro Obregón 286, que también sucumbió por el terremoto.
Una reportera con escasas habilidades fue la responsable de sacar al aire la invención de la supuesta niña, citando fuentes de la Marina. El premio para ella fue conducir el noticiario matutino; cosa que sigue haciendo a ocho años de distancia.

Un ejemplo de lo que esa empresa ha hecho como parte de su estrategia comunicativa. Otro gran ejemplo es, por supuesto, el montaje de la detención de Israel Vallarta y Florence Cassez, presentado “en vivo” como una gran acción policial.
El gobierno de Felipe Calderón creó su verdad histórica y convirtió a Isabel Miranda en la vocera de esta historia que mantuvo a Israel Vallarta casi dos décadas en la cárcel, sin sentencia y finalmente liberado por falta de evidencias.

De ese show, Televisa sólo prescindió del eslabón más débil; corrió al que tenían como su “reportero estrella”, de quien hasta trasmitieron en vivo su boda antes de defenestrarlo.
Pero el titular del noticiario no cayó de inmediato, fue protegido y apapachado, a pesar de comprobarse su mentira y complicidad con Genaro García Luna y su ex hombre fuerte, Luis Cárdenas Palomino, el entonces jefe de la Policía Federal.

Apenas fuera de la prisión, apenas a bordo del auto que lo llevó a su casa después de casi 20 años, Israel Vallarta envió un mensaje a Carlos Loret de Mola para pedirle que lo invite a una entrevista, a sabiendas de que hay muy pocas, poquísimas, probabilidades de que eso suceda.
El ex conductor consentido de Televisa fue parte de un circo organizado desde el poder, en el que estuvieron involucrados otros personajes de la misma empresa que facilitaron y pusieron los recursos necesarios para el montaje y que siguen campantes trabajando en el mismo lugar, organizando otros montajes como aquellos que fueron denunciados recientemente.

Manipular está en el ADN de los grandes medios y Televisa ha sido ejemplo destacado, lo que termina opacando el trabajo de buenos y buenas periodistas de calle que han sido profesionales en los equipos de noticias de esa empresa y que terminan aguantando un desprestigio inmerecido por culpa de quienes toman las decisiones desde la élite corporativa.
Otra cosa es que ahora Morena, fiel a su estilo, aproveche la ocasión para ofrecer cargos de elección a personajes como Israel Vallarta.

¿Quién es?
Andrés A. Solis*
*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Integrante del Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación. Conduce el programa “Expedientes MN”, que se transmite los viernes a las 18:10 hrs., por la cadena de Meganoticias
Las ideas vertidas en la sección de Opinión son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten. La política editorial de en15dias.com promueve su difusión como contribución a la discusión acerca de los conflictos sociambientales y socioterritoriales, salud comunitaria, derechos humanos, política ambiental y periodismo.

El uso faccioso de los medios. ¿Recuerda la historia de la niña Frida, atrapada bajo los escombros del Colegio Rébsamen tras el sismo de 2017?

V. EL DISCURSO SOCIAL, CON UN PROYECTO NEOLIBERALhttps://en15dias.com/opinion/polos-de-desarrollo-para-el-bienestar-el-d...
08/08/2025

V. EL DISCURSO SOCIAL, CON UN PROYECTO NEOLIBERAL
https://en15dias.com/opinion/polos-de-desarrollo-para-el-bienestar-el-discurso-social-con-proyecto-neoliberal/

Es necesario decirlo con claridad: los “Polos de Desarrollo para el Bienestar” impulsados por la presidenta Claudia Sheinbaum constituyen, en esencia, una política de corte neoliberal. Y hay argumentos sólidos para sostener esta afirmación.
En primer lugar, estos proyectos están claramente alineados con una lógica de mercado. A pesar de su envoltorio social, los PODEBI están diseñados para atraer inversión nacional y extranjera, aprovechar acuerdos comerciales como el T-MEC y vincularse con cadenas productivas globales, especialmente en relación con Estados Unidos. Este enfoque responde a los principios clásicos del neoliberalismo: competitividad, apertura comercial y subordinación de las políticas públicas a los flujos de capital.

En segundo lugar, se promueve una territorialización selectiva de la industria. El Estado mexicano identifica y delimita regiones específicas para el desarrollo de sectores estratégicos como la agroindustria, el sector automotriz, farmacéutico o textil. Esta lógica —ya aplicada en gobiernos anteriores como los de Carlos Salinas, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto— puede desplazar dinámicas locales y afectar negativamente a comunidades rurales e indígenas, al imponer estructuras productivas ajenas a sus formas de vida y organización.
Un tercer elemento preocupante es la debilidad en los mecanismos de participación social. Aunque el discurso oficial habla de “consultas”, en la práctica no existen procesos vinculantes ni canales claros de diálogo comunitario. Esta falta de consulta previa, libre e informada a pueblos originarios y comunidades ha sido una constante en las políticas neoliberales del pasado, y hoy se repite bajo un nuevo ropaje discursivo.

En cuarto lugar, el enfoque de los polos gira en torno a grandes obras de infraestructura al servicio del capital privado. El modelo implica que el Estado provea suelo, energía, agua y servicios básicos, mientras que la iniciativa privada se encarga de explotar los beneficios. En otras palabras, es un esquema de acumulación por desposesión, característico del extractivismo contemporáneo.
La socióloga argentina Maristella Svampa, reconocida por sus estudios sobre extractivismo, movimientos sociales y desigualdad en América Latina, define este modelo como una forma de acumulación basada en la apropiación intensiva de bienes comunes (naturales y territoriales), orientada a la exportación y sin valor agregado local. Svampa advierte que, en el actual contexto latinoamericano, tanto gobiernos neoliberales como progresistas han promovido este modelo bajo discursos de “desarrollo, inclusión y combate a la pobreza”.

Para ella, el extractivismo no solo involucra la explotación de recursos como minerales, agua o monocultivos, sino que también representa un patrón de poder en el que el Estado actúa como facilitador de intereses corporativos, debilitando la soberanía de comunidades campesinas, rurales e indígenas. Es un modelo de despojo legalizado, impulsado por megaproyectos que transforman radicalmente ecosistemas, economías locales y estructuras sociales.
En este sentido, los PODEBI, incluidos ejemplos como el Parque Bajío en Zinapécuaro, Michoacán, encajan perfectamente en esta lógica extractivista. Aunque se presentan como proyectos de “bienestar”, en realidad responden a una matriz de acumulación territorial que prioriza la rentabilidad de grandes consorcios por encima de los derechos comunitarios, la sostenibilidad ecológica y la autodeterminación territorial.

Lo más preocupante es que la autodenominada Cuarta Transformación ha reproducido estructuras y mecanismos del neoliberalismo bajo un nuevo discurso. El modelo es el mismo: inversión extranjera, zonas de sacrificio ambiental, empleos precarios y desarticulación del tejido comunitario; pero ahora revestido con una retórica de justicia social.
Este modelo, como plantea Svampa, se inscribe en lo que ella llama el “consenso de los commodities”: una alianza entre élites políticas y empresariales que legitima la expansión de proyectos extractivos —mineros, agroindustriales o logísticos— bajo promesas de desarrollo regional, progreso y redistribución. Es el mismo discurso que hoy se usa para justificar los “polos de desarrollo” en México.
Claudia Sheinbaum con empresarios.

Si bien el gobierno actual insiste en diferenciarse del neoliberalismo clásico —ese que promueve la privatización abierta y el retiro del Estado— lo cierto es que en el caso de los PODEBI, el Estado no se retira, sino que se convierte en operador directo del modelo extractivista: identifica territorios estratégicos, canaliza recursos públicos, flexibiliza normativas ambientales, otorga incentivos fiscales y facilita la apropiación privada de bienes comunes.
Este nuevo rol estatal, lejos de democratizar el desarrollo, termina reproduciendo desigualdades históricas, debilitando el control comunitario del territorio y profundizando la crisis socioambiental. Además, refuerza la dependencia estructural del país con respecto al capital global y sus dinámicas de acumulación.
Realizado por redacción de en15dias.com con información oficial.

Los “polos de desarrollo”, en este sentido, son un claro ejemplo de cómo las políticas públicas pueden mantener una retórica de inclusión, mientras en la práctica operan bajo los mismos principios que han guiado el despojo territorial desde hace décadas.
Entonces, ¿es neoliberal este modelo? Técnicamente, sí. Comparte múltiples elementos con las políticas neoliberales: inserción en cadenas globales de valor, promoción de inversión extranjera, prioridad al crecimiento económico como motor del desarrollo y una visión tecnocrática del territorio.

Eso sí, no es neoliberalismo en su versión clásica. Aquí el Estado no desaparece, sino que se vuelve el facilitador activo del capital, operando bajo una narrativa de justicia social que, sin embargo, rara vez se traduce en transformaciones estructurales para las comunidades.
Aunque los PODEBI se presenten como herramientas para reducir la desigualdad y generar bienestar, su estructura de fondo —basada en grandes capitales, despojo institucional y extractivismo ambiental— se asemeja más a los esquemas neoliberales de los años 90 que a una verdadera transformación progresista.

La retórica del “bienestar compartido” no basta para ocultar una lógica de acumulación que subordina pueblos, territorios y ecosistemas a los intereses de un modelo económico excluyente. Como advierte Svampa, sin una ruptura real con este paradigma, el discurso social no será más que una máscara del viejo despojo, ahora con rostro progresista.

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