09/08/2025
El ciudadano ausente en la ciudad mercancía
Observatorio Socioambiental de Morelia*
https://en15dias.com/opinion/el-ciudadano-ausente-en-la-ciudad-mercancia/
El Observatorio SocioAmbiental de Morelia (OSAM) surge por la necesidad de algunos movimientos sociales urbano-populares (MUP) en Morelia de conocer de manera integral el desarrollo de la ciudad (o mejor dicho, el subdesarrollo de la ciudad), tarea que las luchas ambientales no alcanzan a realizar por sí mismas por estar demasiado embebidas en sus dinámicas más locales. Buscamos ser ese espacio de observación de las acciones del poder, gobierno y empresas, para producir información que oriente los esfuerzos populares por una ciudad justa.
Y para cumplir esta tarea de observar, necesitamos un marco de entendimiento que nos permita interpretar lo que observamos. La manera de entender la conflictividad urbana en el MUP ha ido evolucionando.
Hace unos años señalábamos el problema como “urbanización salvaje”, refiriéndonos a la expansión urbana, aparentemente caótica. Hoy se habla de “gentrificación”, “cartel inmobiliario”, siendo todos ellos son aspectos diferentes pero conectados de lo que le sucede a las ciudades. Más hay muchos MUPs que no se enfocan ni en la gentrificación ni en la expansión urbana, como los sindicatos de inquilinos, ciclistas, okupas, defensa de parques. Por ahora, el concepto que nos parece más abarcador para definir lo que vivimos es el de “Ciudad- Mercancía” o mercantilización de la ciudad.
La ciudad-mercancía o la mercantilización de la ciudad se refiere a un proceso en el cual la ciudad va perdiendo su valor de uso, su carácter de hábitat humano, y se va priorizando como objeto de acumulación de capital.
Ciertamente, la ciudad siempre ha sido un espacio de reproducción intensiva de capital. Incluso por eso le decimos “burgueses” a los capitalistas, porque en la edad media eran los comerciantes que vivían en los burgos (ciudades), a diferencia de la gran mayoría de la población, campesinos o artesanos que entonces vivían en el campo. Hasta en algunas lenguas nacionales, como el tojolabal, la palabra para ciudad es “Chonab”, que denota el lugar donde se va a vender, casi como sinónimo de mercado.
Pero esta mutación aceleró en el periodo del capitalismo neoliberal, con la privatización de los ejidos, la municipalización de los sistemas de agua, el fin de la política social de vivienda, entre otras reformas, favoreciendo la especulación urbana.
La especulación se refiere a la acción de comprar con el único fin de “esperar” (de ahí especulación) a que suba su precio para revenderlos. Sólo se compra con la esperanza de vender después y tener una ganancia. Pero en ese modelo, la producción de mercancías se va divorciando de las necesidades sociales. Infelizmente, es el modelo de economía que hoy prevalece y está en crisis a nivel mundial, particularmente en los Estados Unidos.
Este modelo, basado en la especulación financiera, de seguros y de bienes raíces, se describe con un juego de palabras en inglés cómo economía “en llamas” on FIRE (Finance, Insurance, REal State).
Así, la ciudad-mercancía se está volviendo un nuevo latifundio, como en el porfiriato: una sociedad dividida entre una cada vez más chica clase de casa-tenientes rentistas, que no producen nada; una clase de capitalistas financieros, en buena medida extranjeros, que a menudo subarriendan (como airbnb) y son quienes comandan la economía; y en tercer lugar una gran mayoría social de trabajadores urbanos que somos cada vez más excluidos de nuestro hábitat.
En la ciudad-mercancía no mereces nada sin poder adquisitivo: en ciertas zonas del centro no encuentras ni un asiento o una sombra que puedas usar sin pagar, o hay zonas donde no puedes ni caminar seguro porque no hay banqueta y solo te puedes mover en carro.
En la ciudad-mercancía cada vez es más inaccesible la vivienda, transporte, alimentación, las áreas verdes. Irónicamente, nos lleva al hacinamiento en las periferias a miles incluso millones de personas, a la vez que nos lleva a una cada vez más honda soledad individual. En OSAM consideramos que superar esa división, esa atomización para recuperar nuestras instituciones y hacer valer nuestros derechos, es el primer desafío que tenemos hoy.
Por eso en esta columna, en sucesivas entregas, compartiremos 3 aspectos de esta mercantilización en Morelia que hemos observado: la participación, el transporte y la vivienda.
El ciudadano ausente de la participación
No solo se venden los espacios físicos urbanos, en OSAM observamos que la mercantilización de la ciudad comienza aún antes, cuando se mercantiliza el derecho de acceso a la información, y el derecho a la participación, es decir, a dar nuestra opinión y que ésta sea retomada en la práctica. Parece que la información y participación sólo es accesible si eres un gran inversionista.
Al buscar incidir en los megaproyectos que afectan nuestras vidas nos hemos encontrado con múltiples obstáculos a la participación social:
Desinterés: al sujeto, al ciudadano no le interesa, lo cual es una construcción también histórica, pero no es nuestro foco por ahora.
Censura informativa: Hay ánimo de participar, pero se niega la información.
Desinformación o Malinformación: hay ánimo de participar, y se facilita información, pero ésta es falsa, ambigua o incompleta.
Censura expresiva: hay ánimo de participar, se da la información correcta, pero de todas maneras no hay posibilidad de ser escuchado o la opinión es ignorada en la práctica. Esa es la causa del desinterés, y es una sutil manera de destrucción de la democracia.
En OSAM nos hemos encontrado con censura informativa, por ejemplo, al solicitar la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto de 2do anillo periférico, pero las coordenadas geográficas del trazo estaban censuradas con subrayados negros.
Tras un nuevo recurso exigiendo otra vez la información, nos argumentaron que no se podrían compartir las coordenadas porque eso alentaría la especulación ¡Vaya!
Viniendo del gobierno de Bedolla, esa respuesta es de un cinismo insultante, cuando él mismo anuncia orgulloso que los terrenos aledaños al segundo anillo periférico se podrán vender 11 veces más caros de cómo los compraron. ¡Claro! Porque para empezar los están robando, pagándoles a $30 el metro cuadrado de los terrenos cuando debería costar hasta $600.
Ahí se revela un elemento extra: los especuladores no se arriesgaron inteligentemente a comprar terrenos al azar, esperando que el precio subiera. Compraron tierras y compraron también la conciencia del dirigente político para que hiciera la carretera en su terreno. Por lo tanto, está especulación inmobiliaria es necesariamente corrupción, pero de ello hablaremos en próximas columnas.
También nos hemos encontrado con censura expresiva. Por ejemplo cuando se falsea el sentido de mecanismos como los consejos de participación o los eventos de consulta. Un ejemplo del primer caso es lo ocurrido en el Consejo Estatal de Ecología (COEECO), que de ser espacio de investigación y denuncia se ha vuelto una madriguera de tráfico de influencias, sordos a los reclamos sociales y silentes a las acciones anti-ambientales del poder, comparsas de los ecocidas, como bien se ha registrado en en15dias.com.
Otro ejemplo de censura a la expresión consideramos que fueron los foros de consulta del Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 sobre políticas de agua: participamos tanto en los foros de Morelia el 13 de enero y Guadalajara el 11 de febrero. Pero nuestras ponencias no fueron recogidas en las relatorías del evento, lo que convierte el ejercicio en una simulación. No hay vía real para que el común de la gente participe de las decisiones que realmente importan.
En suma, hemos atestiguado de primera mano que los ciudadanos estamos ausentes, excluidos de la participación en esta ciudad-mercancía. Pero este fenómeno de pérdida progresiva del derecho a la información se vive a nivel nacional en varios ámbitos, forestal, presupuesto, desaparecidos, como lo han expresado diversas organizaciones que rechazan las reformas en materia de transparencia y datos personales.
Sociedad civil rechaza la aprobación en comisiones del dictamen sobre las reformas en materia de transparencia y datos personaels y socilita que el pleno del senado y la cámara de diputados abran mecanismo de parlamento abierto
Personal de la Asamblea de Barrios y Pueblos de la CDMX, señalan que en aquella ciudad muchos de los esfuerzos de lucha ni siquiera van dirigidos contra megaproyectos en sí, sino que están luchando por mantener el derecho de acceso a la información y a ser consultados.
Pero es además es un problema internacional, sobre el que incluso la ONU tuvo que pronunciarse proponiendo los Acuerdos de Escazú para la Justicia Ambiental en América Latina, de los que México es un país ratificante. Este acuerdo es vinculante en las políticas de Estado, pero aun no se implementa. En él no solo se garantiza el derecho a la información sobre el medio ambiente, sino que también al ser consultados y participar en la toma de decisiones, relacionando los derechos humanos y la protección del medio ambiente
Es en sintonía con esa necesidad social sentida a nivel nacional y continental que en OSAM estamos promoviendo una reforma a la Ley de transparencia para que los ayuntamientos tengan obligación de publicar sus actas de cabildo en máximo una semana, y no como ahora que tardan hasta 3 meses, impidiendo con eso que la gente pueda ampararse o solicitar consultas, iniciativa de la que pronto esperamos darles noticias.
El ciudadano ausente en la ciudad mercancía
¿Qué es la OSAM?
Es un espacio de discusión y de debate informado entorno a los temas socioambientales de Morelia y una instancia de participación ciudadana que busca sobre todo mejorar los procesos de rendición de cuentas y de acceso a la información.
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Las ideas vertidas en la sección de Opinión son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten. La política editorial de en15dias.com promueve su difusión como contribución a la discusión acerca de los conflictos sociambientales y socioterritoriales, salud comunitaria, derechos humanos, política ambiental y periodismo.
La ciudad-mercancía o la mercantilización de la ciudad se refiere a un proceso en el cual la ciudad va perdiendo su valor de uso