22/06/2025
La movilidad social: más que dinero
En medio de la atención mediática sobre un supuesto romance entre Belinda y Gonzalo Hevia, heredero de El Palacio de Hierro, vale la pena preguntarnos...
¿Realmente basta la riqueza para entrar a “ciertos círculos”?
Para Pierre Bourdieu, la movilidad social no es solo una cuestión económica.
En “The Forms of Capital” (1986), el sociólogo define cuatro tipos de capital que determinan nuestra posición social:
1. Capital económico – Los recursos financieros que poseemos.
2. Capital cultural – Educación, habilidades, conocimientos y gustos legados.
3. Capital social – Las redes de relaciones y conexiones que nos respaldan.
4. Capital simbólico – El prestigio, la reputación y la legitimidad socialmente reconocidas (Bourdieu, 1986).
Cuando se analiza una pareja como esa, no se trata únicamente de comparar fortunas.
En un entorno donde las élites conservan su poder, lo que pesa más es el capital cultural y simbólico: esa herencia invisible que consiste en coleccionar títulos, hablar el “lenguaje correcto”, frecuentar ciertos espacios y ser recibido sin explicación.
En La Distinction (1979), Bourdieu señala que las clases dominantes imponen sus gustos como
“Naturales”
y excluyen a quienes no cuentan con el bagaje cultural
"Adecuado".
De ahí la famosa frase: “la meritocracia es una farsa si tu 'esfuerzo' nunca limpia el polvo del lugar al que llegas”.
Y ese es el gran mensaje: por más talento, esfuerzo o fama que tengas o logres alcanzar, hay círculos que solo se auto-perpetúan.
El capital social también juega su rol: los contactos familiares, lazos de colegio, las presentaciones recíprocas. En este sistema de exclusión, tu dinero puede comprar una cena, pero no una invitación genuina.
Reflexión:
La movilidad social no es lineal ni garantizada. El dinero puede abrir una puerta, pero sin capital cultural, social o simbólico, esa puerta nunca se cerrará completamente.
Puedes tener éxito, talento y reconocimiento. Pero para un herederos tradicionales que se han perpetuado en la cima de la clase social nunca será suficiente.
Pertenecer a los círculos de poder exige validación cultural, histórica y simbólica. Siempre rechazarán a quien "no pertenezca".
Ese es el límite real de la meritocracia.
Un mito que justifica el status que mientras excluye a quienes han nacido, o nadado, fuera de ciertos ecosistemas de poder.
"Naturellement", los Aristogatos.
Referencias:
Bourdieu, P. (1979). La distinction : critique sociale du jugement. Les éditions de Minuit.
Bourdieu, P. (1986). «The Forms of Capital». En J. Richardson (Ed.), Handbook of Theory and Research for the Sociology of Education. Greenwood.