10/12/2025
“Un enfrentamiento con el n* arc o no se parece a lo que ves en las películas. No hay música épica, ni cámara lenta, ni héroes invencibles. Hay polvo, gritos, ba*las que pasan zumbando tan cerca que sientes cómo te roban el aire. En un segundo estás bajando de la camioneta, buscando cobertura, con los nervios al tope y la mente obligada a estar fría.
No puedes pensar en miedo, ni en el compañero que acaba de caer a tu lado, ni en si vas a volver a casa. Si lo haces, te desconcentras, y un error puede costarte la vida… o la de alguien más. Aprendes a moverte, a despejar espacios sin pensarlo, a confiar ciegamente en el de al lado. Y aun así, cada segundo parece una moneda al aire.”
Recuerdo ese primer operativo como si hubiera pasado hace dos días.
Llegamos a una supuesta casa de seguridad, y mientras uno de los nuestros intentaba brincar la barda, le entró un impacto por debajo del casco. Cayó al instante. No sabíamos si había más dentro, si nos estaban cazando o si era una trampa.
Nos tiramos al suelo, buscamos de dónde venía el fuego, y ahí fue cuando le atravesaron los dos brazos al sargento. Fue un francotirador. Se quedó congelado en medio del patio.
Lo jalé para cubrirnos, y entonces entendí que esto no era un juego. Aquí o te mantienes sereno… o no regresas.
El tipo que nos tiraba estaba arriba, pero lo agarramos vivo.
Hubo quien pidió bajarlo ahí mismo, por lo que le hizo al cabo… pero el teniente dijo: “Vamos a hacer las cosas con honor”. Lo entregamos, aunque llegó tan golpe*do que parecía que había perdido solo.
Así funcionan las reglas no escritas en una gue* rra donde nadie quiere llamarla gue* rra.”
Testimonio de ex infante del ejército mexicano sobre la crudeza de los enfrentamientos en operaciones de alto impacto.