02/06/2020
NO ES DIFICIL ENTENDERLO PERO SI DURO DE ACEPTAR
Raúl R. Dzul Paredes
Precisemos una cosa: La inmensa mayoría de la gente no se declara arrepentida de haber votado por AMLO-MORENA. Este hecho debe responder a una o varias razones. Una de ellas la podemos encontrar fácilmente en la propia motivación que los llevo a votar por él. A saber, las alternativas eran MEAD-PRI y ANAYA-PAN. Consideradas ambas formulas, por sí mismas, partes esenciales del problema de México. Si se requiere ser más específico autores, cómplices o solapadores de la corrupción y el saqueo del patrimonio y la riqueza creada por la sociedad mexicana.
Por otra parte, si alguien piensa que necesitamos dar datos para hacer válido el argumento, que nos disculpe porque tendríamos ejemplos que llenarían miles de cuartillas. Bastaría con mencionar los nombres de los últimos gobernadores acusados o evidenciados, incluso alguno en la cárcel y otros evadidos o absueltos por las convenientes fallas procesales y, otros secretarios de estado en la misma situación. Por citar un mínimo: Emilio Lozoya- PRI, Genaro García-PAN.
Así que no pueden tachar de fanáticos y estúpidos a los que votaron por AMLO y muchos menos exigirles que se arrepientan. Eso no. 30 millones de veces no. De sobra se sabía que esos caminos no eran alternativos. Las condiciones de nuestro sistema educativo, el sistema de salud, la inseguridad, la impunidad, la pobreza, la desigualdad, tenían y tienen responsables: Los gobiernos priistas y panistas.
El argumento de que ya no es válido seguir culpando a los gobiernos pasados, conlleva una carga de cinismo, de la que acostumbran tales actores, porque ninguno de los problemas estructurales que nos legaron se pueden arreglar en el corto plazo. Ni modo de reconstruir las ruinas del sistema de salud, el sistema educativo, la inseguridad, la corrupción, etc., en tan poco tiempo. Todos y cada uno de estos problemas precisan de muchos años. Acudir al exceso de campaña de López Obrador que problemas como la corrupción se acabarían con su mera asunción al poder barriendo de arriba abajo se acabaría, es un argumento tan efectista como la misma promesa. La diferencia hoy día es, que una denuncia del tipo Barttlet, hijo, por ejemplo, tienen una respuesta, cuando antes era moneda corriente y pasaban de noche antes los medios de comunicación y organizaciones civiles. Antes nuestros ojos, parientes y amigos de políticos y funcionarios se enriquecían hasta la opulencia.
Frente a esto último brilla el “logro” de hacer pagar sus impuestos, por fin, a las grandes corporaciones. Siempre consentidas, siempre recipiendarias de grandes cancelaciones en sus contribuciones. A discreción y gracia del gobierno, en contra en contra siempre del pueblo y de los pequeños y cautivos contribuyentes.
Entiendo que es menos duro reconocer y hasta evidenciar que dicho respaldo responda a los programas sociales de su gobierno que a lo descrito arriba. A nadie le gusta respirar su propia c**a. Pero por mucho que se repita, los números no cuadran. Para mal y para bien, ninguno de sus programas le da para tanto.
Producto de todo aquello, hasta hoy, el PRI-AN, no ha logrado plantar alguna bandera frente al gobierno actual. Ninguna. La pandemia se les presento como una oportunidad. Le apostaron a sacar raja de las locuacidades del presidente. Cero resultados. En cuanto asimilaron que la confianza de la sociedad se sustentaba en el subsecretario de salud y vocero líder del plan contra epidemia, redireccionaron sus baterías. Hasta el día de hoy, han perdido cada batalla. La gente le cree a Gatell.
Todo lo expuesto, ¿justifica aprobar todas y cada una de las acciones del régimen de gobierno? No. Definitivamente no. En primera instancia porque muchos de sus votantes no militan ni en las filas de MORENA ni forman parte de su filia personal. ¿Qué tantos son? Francamente no lo sabemos y abusando del simplismo podríamos estimar la diferencia de los que dicen militar en MORENA.
Así, podríamos afirmar, que esos, no se arrepienten de haber votado por Obrador, aunque no están de acuerdo con varias de sus decisiones, los afecte o no, pero que preferirían que por ejemplo la estrategia de austeridad no desmantele ciertos fideicomisos encaminados a desarrollar o auspiciar la cultura y las ciencias, el campo, la salud entre otras cosas. Otro tanto se puede decir de los topes salariales que igual se pueden constituir en topes al talento y la capacidad. Por supuesto, el insulto de los sueldos de los poderes legislativo y judicial, no permiten un mejor debate del tema.
Otra razón importante tiene que con las alternativas. El PRI ya quemo sus naves: Lo sacaron, regresó después de doce años; lo hizo peor que el propio PAN, que demostró ser más de lo mismo en dos períodos consecutivos.
Reiteramos, nuestro país requiere de una buena oposición. Eso supone dejar de lado al prianismo. Debe ser duro comprenderlo o aceptarlo. Pero muchos lo sabemos.