29/09/2024
Algo serio pasa en el Polo Sur. Los Pingüinos usan Frac y atesoran piedritas en sus nidos. Según los estudiosos ellos creen en el amor de toda su vida. Como un fueguito pequeño, con un carboncito que espera el resoplar del alma gemela. ¿Pero qué pasa si no llega? Si el pequeño pajarito que no puede volar le ha tocado ser el solitario de su especie… Imagino sus ojitos negros, con esa lágrima que se congela mientras resbala por su pico, patea su piedrita ignorando la realidad. Su destino está hecho. Él no conocerá el: “fueron felices para siempre”. Sólo el frío de otro invierno que se acerca… Mientras el calor se apaga dentro de sí, lejos, un científico lo observa, el hombre desesperado ante tanta desolación corre a adoptar al animalito. Pero los Pingüinos no hablan humano, y mucho menos leen mentes, así que toda la parvada huye con sus parejas, únicamente el solitario lo enfrenta, coloca una patita delante de la otra y grazna todas las blasfemias que recuerda. Las hembras se detienen. Lo observan. Los machos más prácticos usan el: -sálvate hoy que el mañana aún no existe- El científico recuerda que es científico y lee el comportamiento que tiene en frente. Ha cometido un error, ha alterado el orden. Asustado se retira y el solitario Pingüinito abre los ojos para verlo huir ante su aplomo. Una Pingüinita se acerca con una piedrita y la coloca frente al héroe. El corazón de nuestro protagonista está a punto de estallar, pero se controla, acerca otra piedrita preguntando su intención, ambos dan un pasito, apenas para tocarse. Ese gesto sella el trato. Ninguno de los dos pasará otro año más solos.
¿Tú, tienes una piedrita?