
21/07/2025
‼️La caja se le cayó. Las palomitas volaron por todo el suelo.
Y el arroz con leche que había preparado desde temprano… se derramó.
El señor se agachó lentamente…
Y ahí, frente a todos, se soltó a llorar.
Como quien ya no puede más.
Pero cuando pensó que todo estaba perdido… sucedió un milagro.
📌 Una señora se acercó.
Sin decir una palabra, puso un billete en su mano.
Luego fue un joven. Luego otra persona. Y otra más.
Uno a uno, comenzaron a llegar.
El señor seguía llorando.
Pero ya no por tristeza.
Ahora sus lágrimas sabían a esperanza. A consuelo. A milagro.
Ese día no vendió palomitas…
Pero ganó algo más grande:
la prueba de que, cuando uno cae,
todavía hay manos dispuestas a levantar.
Y aunque perdió lo material,
la vida le devolvió algo más valioso:
la fe.
Porque no siempre sabremos cuándo Dios responde…
pero cuando lo hace, se nota.
Y muchas veces, lo hace así:
a través de personas con el corazón despierto.
Si tienes padres, hijos o abuelos en lucha diaria,
hazles saber que los milagros aún existen.
Y que si hoy están de pie,
es porque Dios aún tiene algo bueno por entregarles.
📷 By; Trabajos del campo USA